FREDDY RIERA – EL CANDIL – AÑO IV – N° 190.-
Las ideas liberales de Miguel Rodriguez no fueron entendidas
Los adecos y copeyanos de la vieja escuela reconocen como “democracia” al sistema que tuvimos durante los 40 años del periodo a partir de la constitución venezolana de 1961 hasta 1998.
En sus mapas mentales es el modelo ideal de democracia, y es el que debemos restaurar después de la salida de Nicolás Maduro. Por eso lucha el G4.
Hoy en día, la militancia de esos dos partidos de centro izquierda-con más tendencia hacia la izquierda por sus orígenes marxistas-ha disminuido muchísimo. Podemos afirmar que son dos cascarones vacíos donde prácticamente militan los mismos líderes del pasado.
Ese liderazgo de hoy no ofrece nada diferente a lo mismo que ellos promovieron y apoyaron en el pasado. Son los mismos que impidieron la transición al liberalismo. Prueba de ello lo vivimos cuando Carlos Andrés Pérez, en su segundo mandato fue destituido al intentar cambiar el modelo económico centralista, interventor, rentista, por uno más liberal. Una vez más, de forma reiterativa, fue abortado el nacimiento de una república liberal.
En la etapa post-monarquica fueron abortados todos los intentos liberales por las élites que veían perder sus privilegios heredados del sistema colonial; Esa vez fueron los viejos comunistas adecos y copeyanos quienes acusaron a CAP, lo enjuiciaron y defenestraron; no porque se trataba del él, como su propio egocentrismo se lo hacía creer; sino porque la vieja política percibía esos cambios como una amenaza a la eliminación progresiva de su poder e influencia.
Las “nuevas” ideas liberales de Miguel Rodríguez no fueron asimiladas ni comprendidas por esa dirigencia política de pensamiento atrasado.
Además de haber sido implementadas de forma equivocada, por conservar las viejas estructuras políticas socialistas adecas y copeyanas anquilosadas en ese montononón de ministerios, organismos públicos, sindicatos, empresas del estado, cuyos militantes, producto todos del clientelismo político, rechazaban el nuevo modelo económico, pero además de eso, no se implementó una estrategia comunicacional y educativa idónea para lograr un acuerdo político nacional para “el gran viraje”-ese fue el nombre dado a ese ambicioso programa, ni para educar a la población.
El objetivo primordial de muchas organizaciones liberales a nivel de todo el orbe es difundir los principios y valores del republicanismo y del liberalismo. Nuestro semanario “El Candil” está en sintonía con esa corriente de pensamiento. Es indispensable que todos los ciudadanos compartan la misma visión de país. Nuestra misión es difundir las ventajas de esta alternativa de sistema, en oposición al modelo democrático fracasado de la cuarta república.
El gran viraje hacia atrás
Hay una campaña mediática que presenta a CAP como el mejor presidente que tuvo la cuarta república, pero resulta que el mismo CAP, en su segundo mandato intentó revertir todos los errores cometidos en su primer periodo, que es por lo que quieren reivindicarlo. El mismísimo CAP admite su error cuando él privatizó las comunicaciones, y se abrieron nuevas concesiones para el sector privado en la explotación petrolera e industrias básicas.
El más grave error de CAP en su primer período fue la estatización, la nacionalización de las industrias básicas y del petróleo, para sumarlas al monopolio estatal de las comunicaciones y del sistema eléctrico. Medidas todas de corte marxista, comunista. De eso no hay ninguna duda. Fue la exacerbación de la intervención del estado en asuntos que solo debían ser competencia del sector privado.
Fue un gran salto atrás el primer período de CAP. Es como si viéramos CAP saltando charcos, pero de retroceso. En ese momento se trazó el rumbo, el camino directo al socialismo del siglo XXI.
Esas medidas tuvieron gran apoyo popular, además, que la euforia popular venia estimulada con el decreto de aumento general de salarios y el establecimiento de un salario mínimo. Todo un coctel populista, socialista, solo soportado por la renta petrolera.
CAP reconoció ese gran error histórico, no de forma expresa, pero si, a través de su programa de gobierno de su segundo período para revertir el daño ya causado.
Si no hay rectificación no hay cambio
Si se sigue exaltando la figura de CAP como el mejor presidente de la cuarta, entonces estamos muy mal. Tal vez desde el punto de vista de un marxista si, ya que ellos son amantes de las estatizaciones, y la intervención del estado, pero desde el punto de vista republicano, liberal, federal, la verdad que es todo lo contrario. Ninguna obra de CAP se sostenía por sí misma en el tiempo. Solo la renta petrolera era capaz de financiar semejante dispendio de fondos públicos, incluyendo a PDVSA.
Si no hay rectificación en el modelo político y económico creado a partir de la constitución de 1961, se repetirán los mismos errores del pasado. Si seguimos teniendo como modelo, como ejemplo de líder y presidente a la figura de CAP, el del primer período, es un acto de no rectificación de errores.
Por tanto, se hace necesario y urgente desplazar esa cultura democrática deformada, falseada, y equivocada en la cual fuimos educados en nuestra generación, por una cultura federal, descentralizada, liberal y republicana. Necesitamos subir varios peldaños más en la formación ciudadana si queremos elevar nuestro nivel de progreso, prosperidad y desarrollo.
Si sigues pensando y difundiendo que el modelo de democracia creado por Rómulo es el mejor, no se podrá salir del atolladero actual. Es necesario rectificar y cambiar de rumbo y el nuevo rumbo es republicanismo y liberalismo.
