JUAN RAMÓN RALLO – EL CANDIL – AÑO V – N° 248.-
El Congreso argentino, controlado mayoritariamente por peronistas y radicales, ha decidido tumbar la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos que había promovido el Gobierno de Javier Milei. Por un lado, el peronismo kirchnerista se opuso frontalmente desde un comienzo a apoyar la Ley de Bases y este martes reiteró su voto contrario.
Por otro lado, el llamado peronismo federal y los radicales aparentaron inicialmente su predisposición a dialogar con el gobierno y, de hecho, llegaron a votar a favor de aprobar la ley en general (después, eso sí, de haber amputado cerca de la mitad de su articulado): sin embargo, cuando este pasado martes los congresistas tuvieron que votar en particular sobre cada capítulo de ley, tanto el peronismo federal como los radicales vaciaron de contenido esos capítulos y, por tanto, la propia Ley de Bases. Fue ahí, pues, cuando Javier Milei se plantó y decidió retirar la tramitación de la ley: «Para sacar una ley mala, prefiero que no salga».
O dicho de otro modo, la llamada oposición dialogante en realidad nunca tuvo la intención de aprobar la Ley de Bases: sólo aparentó de cara a la galería una falsa predisposición a sacarla adelante para, en última instancia, bloquearla del mismo modo que lo hacía el kirchnerismo. No es de extrañar: peronismo y radicalismo han gobernado (o desgobernado) Argentina durante las últimas décadas.
La pésima situación del país en estos momentos es responsabilidad directa del entramado institucional parasitario que estas dos corrientes políticas –a las que Milei calificó como «casta» pero a las que podríamos denominar «establishment»– han estado armando durante años para medrar a costa de los argentinos: y, evidentemente, aquellos que construyeron este marco extractivo se resisten como gatos panza arriba a desarmarlo.
Es más, tanto peronistas como radicales tienen un poderoso incentivo a impedir que la situación económica del país mejore: si Milei fracasa en su intento de estabilizar la inflación y relanzar el crecimiento, el peronismo y el radicalismo tendrán muchas más opciones de regresar al poder. Cuanto peor, mejor para ellos. Por eso, a partir de ahora, el país entra en un bloqueo político hasta, al menos, las elecciones legislativas de 2025 (cuando se renueva el Legislativo). El problema es que la economía se halla al borde del colapso y no esperará hasta 2025: o se liberaliza la actividad productiva y se cuadran las cuentas o Argentina caerá por el abismo.
Este artículo fue publicado originalmente en La Razón (España) el 8 de febrero de 2024.
Juan Ramón Rallo
es Director del Instituto Juan de Mariana (España) y columnista de ElCato.org. Juan Ramón obtuvo el tercer lugar en nuestro primer concurso de ensayos, Voces de Libertad 2008.