RAFAEL ALBERTO HERNANDEZ CASARES – EL CANDIL PEDREGALERO – AÑO II – N° 51.-
La Calle Comercio, por su lado oeste, frente a la plaza Bolívar y en sentido sur se inicia con una casa que, por su frente, pertenece o está ubicada en la calle Bolívar pero su costado este está en el lado oeste de la calle Comercio y es, justamente, el local comercial de la casa con acceso por la calle Bolívar, pero el espacio que fue la antigua trastienda fue convertido en local comercial individual con frente y acceso por la calle Comercio, en razón de esto por ésta casa comenzamos nuestro recorrido hoy:
La casa en referencia perteneció a Pedro Ezequiel Leal, luego a Juan Pedro Leal quien la vendió a Helimenes Burgos, perteneció luego a Gloria Burgos de Bouquett y actualmente pertenece a Omar Liscano Burgos y Ataly Jaraba de Liscano.
Continuamos en dirección sur y encontramos la casa que fue local comercial de los negocios de Doña Lastenia Olivera de Adames, tienda de víveres o abarrotes y salones de billar; luego fue adquirido por Nicolás Leal quien continuó con los negocios La Casa Blanca y la cantina Centro de Amigos, con los billares incluidos. Actualmente el local está en posesión de Jesús Quero e Irenes Matos Graterol donde funcionan negocios de mercancía seca.
Contiguo a la propiedad de Doña Lastenia (así, sólo por su nombre se le conocía en Pedregal), estaba una casona propiedad de Solano Calles, con los respectivos locales comerciales, ésta casa ocupaba aproximadamente tres cuartas partes de la manzana geográfica relativa, tenía la particularidad que su pared frontal y la pared lateral sur estaban recubiertas de madera, es decir, encajonadas o entamboradas en madera y la gente le llamaba «la casa de tablas», y aún más coloquial, «la casa e’ tabla». Además de los negocios mercantiles, en ella se prestaba el servicio de alojamiento y de comedor, es decir, funcionaba un hotel con habitaciones acondicionadas para el confort y comodidad del huésped de acuerdo con los insumos disponibles para aquella época. Esta casona, convertida ya en un caserón (en buen español, casa grande destartalada) fue demolida y el amplio terreno que ocupó fue dividido en parcelas por la Municipalidad, de las cuales tres de ellas con frente a la calle Comercio y en cada una, levantaron viviendas con materiales modernos, Leonel Riera, Adán Reyes (luego fue de Pastor Escalona y después de Gregoria Crespo), y Yousseff Mouthadi quien construyó un amplio local comercial el cual después perteneció a Carlos Rahman quien se lo vendió a Javier Navarro Jiménez, su actual propietario
Con la calle Max de León de por medio, sigue la casa que fue de Doña Manuela Zárraga, luego perteneció a José Salima, a Rafael Pérez, a Isbelia Hernández, a Angel Gutiérrez (Angelcito), a Adán Reyes, a Wilfredo Leal y a Mayra Leal, su actual propietaria. Esta fue una casona con local comercial en la esquina con la calle Falcón, el resto eran amplios aposentos para vivienda familiar con las características antes señaladas, propias de la arquitectura colonial española, tenía como particularidad que el baño era de forma circular, muy amplio, y contaba con una bañera. La casa con el patio trasero de faenas incluido, abarcaba, relativamente, una manzana geográfica en cuanto a no tener construcciones vecinas contiguas a su alrededor, colinda en lo inmediato, sólo con vías públicas: la calle Comercio su frente al este; la calle Guillermo de León su fondo al oeste; la calle Max de León su costado norte y la calle Falcón su costado sur.
Con la calle Falcón de por medio, estuvo una casa propiedad de la familia Rincón, al igual que la anterior estaba aislada de construcciones vecinas contiguas, ocupando una manzana geográfica relativa, contaba con el infaltable local comercial como casi todas las casas de esa calle. Fue ocupada por muchos años por el negocio y como vivienda la familia de Don Juancho Gutiérrez. Ya convertida en caserón fue demolida con autorización de Eva, Josefa y Celinda Rincón y en el terreno que ocupó, la Municipalidad construyó un local para pre-escolar en reconocimiento a la insigne Maestra Eva Rincón. Actualmente allí funciona el Centro de Educación Inicial Fabio Manuel Chirinos.
Con calle Colina de por medio, sigue la casa que perteneció a Juan Biaggi, comerciante italiano que junto a su padre Fernando, desarrolló amplia actividad comercial en Pedregal, la casa de notable estampa de la arquitectura colonial española, alta e imponente por su estructura, aún conserva en su exterior, las líneas elegantes que indican su pasado esplendor; fue adquirida por Gumersindo Medina, luego propiedad de Aureliano Manzanarez, de Carlos Alvarez y actualmente de Francisco Alvarez.
Contiguo sigue la casa que fue de Pedro García con el negocio y vivienda familiar; más tarde de Gustavo Brizuela, de Carlos Alvarez y actualmente de la Sucesión Alvarez Meléndez, allí sin interrupción ha funcionado un establecimiento comercial.
Sigue la casa donde funcionó el negocio y fue residencia de Felix Garvett, luego de Carlos Alvarez y de Angel Graterol Hernández, de la Sucesión Graterol Meléndez y hoy, de José Ramón Graterol.
A continuación la casa que fue de Maximiliano de León, Manito de León, José Antonio Pulido, Luisa Amelia Pulido, de Modesta Vargas de Romero y hoy de la Sucesión Romero Vargas. Sigue la casa que fue propiedad de Antonio Gutiérrez, luego de Rómulo Calles, de Pedro Polanco, de Tirso Rodríguez y hoy de la Sucesión Rodríguez Palencia.
Con callejón de por medio ésta la casa del negocio de Enmanuel Henríquez, luego de Adelfo Chirinos, de Teodosio Rivero, de Moisés López Fonseca y hoy de la Sucesión López Graterol, donde funciona el negocio Dulce Pastora. Sigue otra casa que también perteneció a Adelfo Chirinos, luego a Isaías Pereira Calles, a Felicinda Pereira de Chirinos y hoy es propiedad de Lourdes de García.
Con callejón de por medio sigue la casa que fue de Pedro Rivero, luego de sus sucesores y siendo ya un caserón fue demolida; con materiales modernos se construyó en su lugar la casa de María Garcia y en la parte posterior la casa de Juan García. Y con callejón de por medio está una casa que fue propiedad de Cipriano Vargas, luego de Angel Trejo, de Darío Trejo y hoy de la Sucesión Trejo Miquilena. Sigue la casa que fue de Angel Castillo y hoy, remodelada, propiedad de Jesús García. Continúa una casa que estuvo en construcción interrumpida desde los años cincuenta, sobre un elevación del terreno por encima de la calzada de la calle, con el propósito de evitar inundación por desbordamiento del río, se construía con ladrillos macizos de arcilla y hormigón. Esta construcción fue terminada por Angel Trejo y allí trasladó su negocio. Luego pasó a ser propiedad de Darío Trejo y hoy de la Sucesión Trejo Miquilena. Sigue la casa que fue vivienda y el local del negocio de Justo Quiroz y Dolores de Quiroz, la cual tenia una moldura con forma de arco en el marco del portón de la entrada principal; luego fue de Angel Trejo, de sus sucesores y ya en deterioro fue demolida y hoy, en su lugar, se levanta una vivienda edificada con materiales modernos.
Y con callejón de por medio, una casa que fue propiedad de Pedro Rivero, frente a la que fue casa de Cipriano Vargas y descrita en nuestro cuento anterior, adyacente a la vega de la margen izquierda de lo que hoy es la madre vieja del río Pedregal. Esta casa se conserva en muy buenas condiciones, fue propiedad de Modesto Suárez y hoy, de Rafael Suárez Bolívar.
Y con el viento suave de la vega de la madre vieja del río culminamos el recorrido adentro por la calle Comercio de Pedregal, regresamos hacia afuera con rumbo norte, ya está cayendo la tarde, los negocios han cerrado y en la acera, frente a la entrada de amplios portones de sus casas, la familia sentada, congregada, conversando, compartiendo un café con mingela o un guarapo de canela mientras espera la hora de ir a dormir.-
Lima, Perú
Sábado 13 de abril de 2019
La casa de tabla,o la casa de los Calles, como le decían mis abuelos, fue una vivienda inmensa. Lamentablemente yo la conocí cuando ya estaba abandonada. Ahí jugábamos cuando éramos pequeños. Tenía un aljibe o depósito para el agua tapizado con azulejos españoles. De grandes ventanales y puertas de madera. Es una lástima que en nuestro país se perdió por completo la cultura de preservar el acervo histórico. Pedregal también ha sido víctima de esa cultura. De hecho, sus primeras casas fueron derribadas para construir la prefectura y el comedor escolar. Hasta Hoy día se mantiene esa práctica. Sería un proyecto hermoso rescatar todo lo que se ha perdido. Freddy Riera.
Saludos Freddy, concuerdo plenamente con tú opinión y publicaciones como ésta tienen como propósito crear conciencia del patrimonio cultural arquitectónico y estimular la organización de un movimiento para la preservación y restauración de lo presente.
En relación a tu recuerdo de infancia las ruinas del depósito de agua tapizado con azulejos españoles en la casa de tablas, fueron de la alberca que tenía el hotel para uso exclusivo de sus huéspedes.-
Fabuloso recuento que además de su valor emocional del Pedregal de mi infancia, tiene un inmenso valor histórico. Me enorgullece decir que reconozco muchos de los nombres y sitios listados. Mi infancia transcurrió cuando algunas de las casas mencionadas eran propiedad de mi madrina Gloria Burgos de Bouquett, la casa de «la niña» Isbelia quien el día de mi primera comunión nos obsequió un delicioso desayuno a todos los primocomulgantes, en el que no faltaron las galletas de soda rellenas de Diablitos; el negocio de mi padrino Nicolás Leal y el negocio de Carlos Alvarez, quien enviaba a las casas de la clientela «la caja de las muestras» de las telas que vendía. Gracias Rafael. Leyéndote, mucho pedregalero debe tener el corazón estrujado.
Muchas gracias Mirela Quero de Trinca, ya sabes cuanto valoro tu opinion, como dije en respuesta a un anterior comentario: por venir de quien viene y, estoy seguro, que este intercambio de comentarios no es bombo mutuo. Éxito.-
Extraordinaria reseña histórica de la calle del Comercio. Como sugerencia muy respetuosa sería bueno nutrirla con algunas fechas aproximadas. Por ejemplo, los años en que estuvo la Casa del Peinetón en su esplendor. Tengo entendido por algunos escritos de finales del sigloXIX y principios del XX. Había un café donde se reunían muchos pedregaleros a discutir asuntos de altísima importancia en la historia del estado Falcón, como fue por ejemplo, una carta enviada al presidente Raimundo Andueza Palacios por una serie de personajes históricos del pueblo. (https://books.google.com/books?id=7ngzAQAAIAAJ&pg=PA418&lpg=PA418&dq=carta+pedregal+noviembre+1890&source=bl&ots=QYhWOdDtbp&sig=ACfU3U1DdI2EV0YKu7LhNDSg1txQnJGO3A&hl=en&sa=X&ved=2ahUKEwj-25CcjKfjAhWKKM0KHYMZDUMQ6AEwCnoECAUQAQ)
Mis respetos al Negro Hernández por esta pieza valiosa de información histórica.
Luis Graterol Hernández