INSTITUTO LIBERAL – LUAN ESPERANDIO – EL CANDIL – AÑO IV – N° 165.
Camino de servidumbre es la obra más famosa de Friedrich von Hayek, economista y filósofo político, reconocido por muchos como el mayor defensor de la libertad política, económica e individual del siglo XX. La obra representa una alerta por el avance del gigantismo estatal sobre las libertades civiles y económicas, en medio de una comunidad internacional sacudida por la Segunda Guerra Mundial y una sociedad agitada por el New Deal.
¿Quién fue Friedrich Hayek?
Nacido en la ciudad de Viena en 1899, era descendiente de la nobleza austriaca y pretendía convertirse en psiquiatra. Sin embargo, con los acontecimientos de la Primera Guerra Mundial, período de propagación de los ideales socialistas con la Revolución Rusa de 1917, cambió de planes y decidió ingresar a la Universidad de Viena.
A los 23 años ya tenía un doctorado en Derecho y Economía Política y comenzó a asistir al seminario del profesor Ludwig von Mises, considerado el centro del debate económico en la capital austriaca. A pesar de que Hayek era considerado un destacado economista, las clases llegaron a tener una profunda influencia en su obra, pero no se limitó a aceptar las ideas de Mises.
Como ya tenía un título, buscó presionarlo más críticamente. “Estaba completamente de acuerdo con las conclusiones de Mises, pero no siempre con los argumentos para llegar ahí”, como él mismo afirmó en entrevistas a lo largo de su vida. En consecuencia, este panorama representó un estímulo intelectual para Hayek, quien se puso a trabajar en mejorar los argumentos de su mentor.
Posteriormente enseñó en la Universidad de Viena y en la primera mitad de su vida se distinguió por involucrarse académicamente en los grandes debates económicos de la época desde la publicación de su primer libro. En Monetary Theory And The Trade Cycle, entró en conflicto con las dos principales corrientes de pensamiento de la época: el socialismo y el keynesianismo.
El argumento del trabajo se basa en que la intervención del gobierno en la economía puede provocar fallas o distorsiones que eventualmente pueden conducir a la ruina económica al perjudicar la transmisión de información a través de los precios. Por lo tanto, los precios son mecanismos que transmiten conocimiento, y las intervenciones gubernamentales en la economía podrían generar distorsiones en la transmisión de esta información.
El cálculo económico del socialismo
El austriaco pasó años involucrado en el debate sobre el cálculo económico del socialismo, sumándose al argumento inicial de Mises de que el socialismo era técnicamente imposible. Después de todo, sin un ajuste de precios basado en la propiedad privada, no habría señales para que los planificadores socialistas calcularan el valor relativo de los bienes y servicios. Además, tampoco habría información para decidir qué métodos de producción eran más eficientes. El conocimiento económico, para Hayek, estaba disperso entre todos los individuos, lo que hacía imposible llevar a cabo la planificación central, anhelada por los socialistas, con la misma eficacia que la iniciativa privada. Sin embargo, advirtió que, una vez implementado, los resultados serían catastróficos.
A principios de la década de 1930, la atención de Friedrich Hayek se centró en explicar la Gran Depresión estadounidense. Argumentó que el origen de la crisis se debió a la injerencia del Estado en el mercado y que las medidas defendidas por el economista inglés John Maynard Keynes, quien consideró el rol del gobierno de estimular el crecimiento a través del aumento del gasto público, generan inflación.
También argumentó que el origen de toda la crisis provocada por la Gran Depresión habría sido por intervenciones previas del gobierno estadounidense, que estimuló malas inversiones en el mercado, concluyendo que los precios debían fluctuar sin interferencias. Sin embargo, el debate se interrumpió públicamente tras la publicación de la Teoría general del empleo, el interés y el dinero, que representó un ataque a la economía liberal clásica: Hayek consideró que las ideas de Keynes de un mayor control del gobierno sobre la vida económica no serían acogidas por el público. opinión, que resultó ser un gran error.
Camino de servidumbre de Hayek
Los años siguientes fueron difíciles y, en medio de un creciente entusiasmo por la intervención del gobierno y la planificación central en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, Hayek cambió su enfoque de interés a la filosofía política. Señaló que el debate entre la economía planificada y el libre mercado no era un tema meramente económico, sino un punto fundamental de libertad política, porque planificar la economía significaba, en la práctica, controlar la vida de las personas.
De esta manera, permitir que los funcionarios del gobierno interfieran en la vida económica sentaría las bases para el surgimiento del totalitarismo. Por lo tanto, abogar por un papel activo del Estado en la economía era “ayudar a hacer salir el huevo de la serpiente”.
Este argumento se desarrolla en Camino de servidumbre, en el que ataca al nacionalsocialismo por cometer los mismos errores que el socialismo marxista: pensamiento visionario para la época. Así, el libro fue una advertencia de que el resultado de la experiencia colectivista sería la negación de la libertad y la deshumanización de quienes no encajaban en la sociedad idealizada por los burócratas.
El profesor Hayek explora el argumento de que el totalitarismo no resulta del derrocamiento repentino de un régimen democrático por parte de un partido o facción autoritaria, sino que es una consecuencia no deseada de sucesivas intervenciones gubernamentales cuyos defensores no quieren el resultado totalitario que producen sus acciones.
Argumento de la pendiente resbaladiza de Hayek
El argumento se ha denominado la pendiente resbaladiza, en el que Hayek, en un momento comprensiblemente pesimista de la historia mundial, afirma que la intervención económica conduciría inexorablemente al totalitarismo si se prolonga y que un sistema de economía mixta es intrínsecamente inestable.
Sin embargo, luego de casi siete décadas de la publicación de Camino de servidumbre, la evidencia histórica y empírica contrasta felizmente con la hipótesis de Hayek. Como lo señalaron investigadores de la Universidade Católica Portuguesa y King’s College London en Hayek’s Slippery Slope, the Stability of the Mixed Economy and the Dynamics of Rent Seeking, desde la década de 1970 se ha producido una estabilización en el tamaño del gasto público promedio en la economía global.
Es decir, no existe un determinismo histórico y, según los criterios expuestos por el Economic Freedom Ranking de Heritage Foundation y The Economist’s Freedom House, nunca en la historia ha habido tanta libertad económica y libertades civiles e individuales.
Con razón, en 1989, Francis Fukuyama teorizó en ¿El fin de la historia? que habían ganado las democracias liberales, haciendo consensuadas ideas como los derechos de propiedad, la libertad de expresión, los mercados libres de precios, la democracia representativa y la limitación del Estado a partir de la Constitución.
El legado de Camino de servidumbre
Es importante notar, sin embargo, que las fallas fundamentales en el argumento de la pendiente resbaladiza de Hayek no disminuyen la importancia de sus contribuciones generales a la economía política. El más grande filósofo político del siglo XX sigue siendo muy actual porque no necesitamos tener estados totalitarios para registrar altos niveles de intervención gubernamental que, en última instancia, pueden impedirnos tener las conquistas civilizatorias que tanto anhelamos.
NOTA DEL EDITOR: Este artículo fue publicado originalmente en la página del “Instituto Liberal” el 13 de mayo 2022, y es compartido con El Candil con autorización de los administradores del “Instituto Liberal” de Brasil.
