RICARDO BULMEZ.– EL Candil Pedregalero – Año II – N° 74 – Sábado, 15 de agosto 2020.-
A los que juegan con la vida.
Dicen los entendidos en la materia que Mohamed Alí no era de pegada aplastante ni avasalladora, porque su objetivo no era sólo ganar la pelea sino vencer peleando, es decir, haciendo una alegre y artística exhibición.
Por eso sus encuentros duraban más de siete “rounds” porque “jugaba” primero con sus contrincantes antes de aniquilarlos. El “juego” consistía en lo siguiente: comenzaba atacando en los costados de su retador con humor pero con mucha potencia, luego castigaba duro en los antebrazos y de allí pegaba en los músculos de los brazos, de esta forma neutralizaba a todos sus rivales por completo. De ahí “pa’lante” hacía lo que le daba la gana.
Entonces cuando Clay tenía todo su cuadro preparado, daba su golpe final diciéndole inmediatamente al árbitro: “¡Quítenmelo!”, porque no quería castigarlo más. Terminaba con un sensacional “knock-out”.
Así es la vida, cada momento que vivimos es como un combate donde peleamos y nos enfrentamos con los retos y con las metas que nos hemos trazado, y perdemos o ganamos. Cada “round” perdido pega duro y duele mucho, los dolores y las pérdidas se van acumulando y pueden terminar en “knock-out”.
Las ganancias también se van amontonando, eso es lo bueno de la vida. Una meta querida y soñada es una batalla perdida… cuando no se culmina. Y eso pega duro, muy duro y nos hace sentir mal. Una promesa no cumplida nos hace daño… esto también duele, por ahí se nos va otro combate.
Todo aquello que queremos y debemos realizar, que podemos llevar a cabo y no lo hacemos… son formas de perder en la vida; el deber que no se cumple es un “round” perdido. Cuando le corto la palabra a alguien yo soy quien sufre, y cuando hablo mal de mi prójimo yo soy quien recibe el golpe.
Conocí a un señor que tenía tres divorcios e hijos desatendidos en cada uno de ellos. Cada abandono es una lucha perdida y los hijos del divorcio son puntos quitados por la vida, porque ésta resta puntos pero también los da, y al final se totalizan los perdidos y los ganados.
Si amamos a los demás, si cumplimos con nuestro deber, si perdonamos de corazón vamos ganando la pelea, pero muchas veces nos dejamos pegar por las circunstancias y éstas nos aniquilan.
Perdemos cuando no nos damos a nosotros mismos ni a los demás. La vida “juega” primero con sus contrincantes antes de aniquilarlos y a veces lo hace con mucho humor y gozo. Y un día la vida te dirá: “¡Quítenmelo!” Y te quitará del medio… si sigues perdiendo.
Si haces lo que tienes que hacer y lo haces bien, acumulas puntos ganados. No juegues a perder sino a ganar.
NOTA: Tomado del libro «El Arte de Combinar el SI con el NO» con autorización de su autor.
Coro – Capital del Estado Falcón – Venezuela
