Causa y efecto

ENFOQUE LIBERAL – EL CANDIL – AÑO IV – N° 194.-

Los hechos suscitados hoy en Perú son la mera e insoslayable consecuencia lógica de una cadena de hechos que, desde el primer eslabón, anunciaban el escenario que hoy se puede apreciar.

Desde las campañas mediáticas y polarizadas fomentadas por ciertos medios masivos y figuras públicas, financiados todos por grupos de poder que no querían perder sus privilegios, quienes apelaron al componente emotivo-irracional del electorado para llevar a Castillo al poder a través de eslóganes relativos al racismo y la distinción de clases, hasta las hordas de jóvenes que a duras penas se limitaban a repetir el discurso de manual que dichos medios y personajes instauraron en sus mentes, en un pueril intento de pretender demostrar su inexistente «independencia intelectual», pero cuya real finalidad era la de ganar reacciones en las redes sociales y no ser vistos como disidentes de la moda imperante. Todos y cada uno de ellos son igualmente culpables del enorme desastre político que aqueja al Perú.

Las advertencias de sus vecinos sudamericanos, quienes ya habían pasado por la desgracia que genera la elección de un sujeto que sigue la línea política de la izquierda socialista, ni las de sus propios connacionales que les recordaban el negro historial de ese pensamiento político en el Perú, bastaron para hacerles entender acerca del mayúsculo error que significaba elegir a un candidato que, además de todo lo anterior, era apoyado por un sujeto como Vladimir Cerrón, un político comprobadamente corrupto quien, en su desmedida ambición de poder, lo utilizó con la evidente intención de ser él quien dirija el destino del país.

La opción contraria, personificada por Keiko Fujimori, no era precisamente la idónea, sino otra tan mala como la primera; sin embargo, la diferencia en cuanto al peligro que representaban una con respecto a la otra, era demasiado evidente como para decantarse por Castillo.

De cualquier forma, el solo hecho de haber llegado ambos candidatos a la segunda vuelta ya denota la insalvable decadencia de la política del país.

En ese sentido, es tan triste como lamentable ver que haya tantas personas jóvenes, muchas de ellas con una notable preparación académica, que no hayan desarrollado su capacidad para pensar de manera crítica y autónoma.

Personas que sin siquiera haber leído la Constitución Política de su país o al menos tener conocimiento de las definiciones conceptuales de términos tan elementales como «Gobierno», «Ley» o «Estado», pretendían dar lecciones de política y moralidad, alegando ser parte de una «generación diferente» con la cual constituía un error enfrentarse, pero que únicamente resultó siendo una borreguiza más de las tantas que han pasado sin pena ni gloria por la historia republicana.

Cómo olvidar los carteles que inundaban las redes con el mensaje de «Merino no es mi presidente», en referencia al expresidente Manuel Merino quien asumió luego de la vacancia contra el irremediablemente corrupto y moralmente incapaz de Martín Vizcarra en 2020, o los memes alusivos a cierta canción de moda que buscaba darle un enfoque cómico a la infidelidad cometida por este último.

Hechos como los mencionados son un buen termómetro para medir la estupidez humana y la pobre calidad moral de tales personas. En un sentido político, individuos así son un auténtico lastre.

Lo de hoy y, en líneas generales, lo de los últimos cuatro años en Perú, no es más que el efecto propio de toda una pútrida serie de causas propiciadas por oscuros personajes hambrientos de poder y apoyadas por un importante sector de la ciudadanía que parece estar lejos de abrir los ojos ante la realidad.

Enhorabuena que el Perú se haya librado de tan incompetente personaje, pero aún queda mucho por remar.

Mientras la falsa dicotomía política de la derecha contra la izquierda siga prevaleciendo y no la única real, que es la del individualismo contra el colectivismo, continuaremos navegando a la deriva, a merced de la dirección hacia la cual sople el viento momentáneo.



Enfoque Liberal
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Concebido con el objetivo de difundir las ideas liberales en los distintos campos que rigen la vida del hombre, tales como la Economía, la Política, la Ética y la vida en sociedad. Las publicaciones que se realizan en esta página se basan en el conocimiento adquirido del estudio del Liberalismo Clásico, el Objetivismo y la Escuela Austríaca de Economía.

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