VALORES – ÁLVARO RAMÍREZ – EL CANDIL – AÑO III – N° 123.
Ayer escuchaba un programa de radio colombiano tratando de arrojar luces sobre la situación que se ha venido presentando en el pais desde hace casi tres meses. Entrevistaban un miembro del grupo que enfrenta a la fuerza pública y cree en la “lucha” para cambiar el país. Explicaba su posición de no participar en política. Decía no creer en la postulación para ganar la representatividad. La democracia debe ser “asamblearia como la de los indígenas” y respetando las creencias y posiciones de todos decía. (“Yo Prometo”?) Las culpas de todo lo sucedido hasta ahora, son de la clase política del país que se resiste a cambiar y él y su grupo al frente de la lucha, los van a obligar a hacerlo aunque implique algunos “daños”. Interesante mensaje.
Tuve también la oportunidad de ver, como contraste?, la iniciación de los juegos olímpicos 2020. Definitivamente como era de esperarse, los japoneses pusieron en evidencia sus valores, en conjunción con lo que representan desde la antigüedad los Juegos Olímpicos. La ceremonia estuvo cargada de simbolismos que afortunadamente en varios casos habían sido expuestos de antemano por sus organizadores. No fue una “Celebración”. De hecho eliminaron la palabra de la declaración de inicio de los juegos. Quedó en evidencia que entre otras cosas se rendía homenaje a todos los “caídos” por la pandemia. Como complemento a la declaración, de lo que son los juegos como competencia para premiar lo “Higher, Faster and Stronger» (cada vez más Alto, Rapido y Fuerte), introdujeron “Together» (Juntos). Representaron también su respeto por la bondad de la naturaleza que nos suministra la madera cuando tenemos la constancia de cuidarla. La madera que se utilizó por la representación de artesanos era producto de semillas sembradas durante la olimpíada de Japón 1964, hace 57 años. También alegóricamente mostraron su culto por la armonía, tradicional en Japón con todas sus costumbres, en medio de la diversidad. Múltiples piezas de diferentes colores, manipuladas por diferentes personas, dieron lugar a un volumen y figura completamente armónica, que como símbolo 2021 se proyectó en la luz de casi 2000 drones perfectamente coordinados.
Todos esos valores apreciados y puestos de manifiesto encajan perfectamente en los valores “Excelencia, Amistad y Respeto” que han promovido desde sus inicios las competencias olímpicas, que se reafirman a través del tiempo. Desde sus comienzos los antiguos juegos en Olimpia, AC, cuando eran competencias solo de hombres y promovían la paz en medio de los conflictos, buscaron la limpia competición con normas claras y la continuidad a pesar de las dificultades, hasta su suspensión por decreto del emperador romano invasor de Grecia. Los olímpicos modernos desde 1896, han sufrido tres interrupciones solamente, asociadas a las guerras mundiales, además del lamentable atentado extremista en Munich 1972.
El manejo de los estragos de la política mal entendida que se evidencia por la cantidad de refugiados sin país a quien representar y que en los Olímpicos se cobijan bajo la bandera de los juegos como un “equipo de refugiados” que compiten en igualdad de condiciones aportando los beneficios para el deporte de contar con ellos. El tratamiento igualitario a los atletas que hablan a través de sus registros. La camaradería entre jóvenes que sin distingo de Raza Credo o Color compiten bajo reglas entendidas y respetadas. El respeto por los organismos rectores y disciplinarios que ven acatados sus fallos. La introducción a través del reconocimiento de realidades inocultables que pueden afectar el ser humano, como la diversidad de géneros y que en esta oportunidad se puso de manifiesto oficialmente aunque ello implique una adaptación general de las reglas y procedimientos. El respeto además, de las etnias, por glorias pasadas que han contribuido a dar brillo y poner de manifiesto la capacidad de superación. Todos los hechos anteriores, resaltan la capacidad de adaptación y la necesidad de los países por promover la convivencia pacífica, rindiendo culto y respeto mundial por estos juegos.
Esa capacidad de adaptación en esta oportunidad acudió al apoyo de la tecnología para que la humanidad entera presencie y apoye en forma virtual a sus atletas a pesar de la nueva guerra mundial esta vez contra el enemigo invisible que nos ataca. Todo lo anterior creo que bien internalizado y divulgado, puede y debe contribuir a que la humanidad confirme, en medio de la dificultad inmensa que representa la amenaza a su existencia por una pandemia, que siempre las dificultades se pueden enfrentar con el entendimiento y participación de todos. No en vano se demuestra que es posible llevar a cabo esta justa con más de 11.000 competidores de todo el mundo concentrados en un sitio, aclamados por todos, en perfecta armonía, creando lazos fraternos y contribuyendo a la superación permanente. Es de resaltar en un caso específico, la alegría casi propia de un latinoamericano por el triunfo de otro latinoamericano “hermano” con el cual compitió.
Contrastan las dos trasmisiones. Contrastan también las declaraciones de hoy en los medios, con acusaciones y ataques en nuestra región de un gobierno a otro y acusaciones y manipulaciones entre políticos que dicen “representar” al pueblo, arrebatándoles medios de subsistencia y ayudando a incrementar el número de refugiados, y que vendiéndose como “mesías revolucionarios salvadores”, buscan seguir exprimiendo y sometiendo al pueblo de países hermanos que han llegado a su límite de subsistencia. También las “acertadas” declaraciones de un candidato presidencial que ha dicho que su primer decreto al “dia siguiente”, será para expulsar a los inmigrantes. Estoy casi seguro que en medio del stress por hacer un buen papel, romper una marca, o pasar a la posteridad como alguien ejemplar, el sueño de cualquiera de los atletas participantes en Japón, es más placentero y apacible que el de cualquier “guerrero revolucionario” que con soberbia espera cambiar su pais y el mundo, de hoy para mañana, aunque deje una estela de desolación sufrimiento y muerte a su paso.
La lección de los Olímpicos ya de por si valiosos, llevados a cabo por Japón con sus valores donde resalta la paciencia, respeto y disciplina, deben servir a toda la humanidad. Como capitalizarlos?
Creo nuevamente que es una inversión a mediano plazo, pero que necesita la actuación inmediata si queremos que las generaciones venideras se contagien del “virus positivo” de vivir rutinariamente dentro de Valores que conduzcan al progreso y subsistencia armónicos.
Creo que nuestros medios de comunicación y personas vinculadas a la educación pueden colaborar con la tarea de preparar elementos educativos referidos o enmarcados dentro de lo que son las sanas competencias olímpicas. Se requeriría utilizar toda la simbología posible y la interpretación del comportamiento de los atletas que participan. Promover su ejemplo. Empezar a promover pequeñas competencias en las aulas, basadas en comportamientos “aceptados” y premiados en el marco de esos valores, de manera que los niños empiecen a hacerlos hábitos de vida. Muy diferente a un adoctrinamiento malsano a los niños cultivándoles la admiración por guerras y falsos “mesías revolucionarios”, para después utilizarlos como “armas” contra quienes declaran sus enemigos porque piensan diferente y creen en la siembra y construcción paciente, a mediano plazo, para las generaciones venideras. Los ejemplos de soberbios revolucionarios inmediatistas que han deseado y prometido cambiar el mundo, terminan en déspotas eternos.

Estoy seguro que la mayoria de atletas podrían ayudar con su aporte de imagen y ejemplo de logros reales obtenidos, demostrando que con disciplina y respeto si se puede. Tendría que convertirse en una campaña de “siembra de valores humanos” apoyados en los Olímpicos, que permanezca en el tiempo, y en la cual cada generación puede hacer su aporte, para que “JUNTOS” con respeto, convirtamos en hábito “LA IGUALDAD EN LA DIVERSIDAD”.
Bogotá – Colombia
