Por Rafael Gallegos

La destrucción de Venezuela es un desiderátum de la “revolución”. Ha sido estratégica. Les convenía desvalijarnos “para comerte mejor”. El modelo cubano. La “revolución” no hubiera sobrevivido con cinco millones de barriles diarios de petróleo. Requieren un país sin comida, sin carros, con los jóvenes allende la patria. “Destruye y reinarás”, han parafraseado a Maquiavelo.

La destrucción de Pdvsa era fundamental. “Había que tomar esa colina” y “yo provoqué la crisis de Pdvsa”- dijo Chávez. Tomar esa colina para acabar con la producción y con las refinerías. Para provocar una crisis energética que desvertebre al país.

Bienvenida la crisis energética – pareciera decir el gobierno. La energía es esencial para movilizar una sociedad. En Venezuela la Seguridad Energética ya es cosa del pasado. La mínima producción de petróleo y gas, así como el desvalijamiento de las refinerías se refleja en la rutina de la población como colas en las gasolineras, escasez de gas de bombonas, en las industrias y en las empresas de hierro y de aluminio. También se refleja en continuos apagones. Igualmente, en una disminución muy significativa del flujo de divisas. Todo ello es consecuencia de la destrucción de Pdvsa.

El otro energético que requerimos para movilizarnos es el alimento… tan escaso que nos vamos convirtiendo en la primera hambruna petrolera de la historia. El hombre nuevo de la “revolución” es flaquito, mal vestido, triste… a veces pareciera un zombi.

La crisis energética tiene además implicaciones en nuestra economía: el decrecimiento de más del 60 %  en los últimos años, la hiperinflación que nos ha convertido en una de las sociedades más pobres de América, la diáspora de venezolanos que huyen de la patria buscando sustento, el hambre, los daños a la infraestructura por falta de mantenimiento, la balanza de pagos negativa. 

La crisis energética ha afectado seriamente la calidad de vida de los venezolanos y peor, frustrado nuestras esperanzas de progreso. Nos ha sumido en un caos, ha provocado la diáspora y nos vamos convirtiendo en una sociedad sin metas que, cual gato de Alicia en el País de las Maravillas, como no sabe a dónde van todos los caminos son iguales.

POLÍTICA ENERGÉTICA

Tenemos un gran reto energético. Petróleo, gas, luz, alimentos. Nos vamos quedando sin energía. Cada día nos parecemos más a algún atrasado país africano. ¿Se acuerdan cuando nos decíamos tercermundistas? Pues vamos llegando al cuarto mundo. ¿Recuerdan cuando los “izquierdistas” pregonaban que éramos una sociedad de consumo suntuario? Pues ahora que son gobierno nos han convertido en una sociedad donde reina la escasez. Es urgente repensar el país, el petróleo, la energía.

Plantearnos una Política Energética que contemple por lo menos los siguientes aspectos:

–      Educación Energética… Es imperativo concientizar a la población, que como decía Rómulo Gallegos “sufre y espera”; pero que a veces no tiene idea de que el acabose de Pdvsa ha sido obra del gobierno, que el portentoso Guri es apenas una sombra por falta de mantenimiento del gobierno, que hoy no producimos gasolina suficiente para el consumo interno, sino que el gobierno la compra a precios internacionales y luego la regala. Un pueblo que desconoce los costos económicos y de servicios de regalar la gasolina y la electricidad. Hay que educar a la población, sensibilizarla acerca de las causas de su crisis energética y explicarle la necesidad de contar con empresas de primera que para servir al ciudadano deben ser rentables y cobrar sus servicios.  Y por cierto para ello hay estrategias muy bien conformadas.

–      Productividad de empresas energéticas… Hay que hacer productivas las empresas de petróleo, de gas, de electricidad. Para ello es imperativo el capital privado y la despolitización. En la medida que estas empresas posean más calidad, estarán más capacitadas para impulsar el desarrollo del parque industrial de Venezuela. Debemos recordar que no hay países prósperos sin empresas prósperas.

–      Eficiencia Energética… Se trata de optimizar la cantidad de energía que se utiliza para el desarrollo de las actividades. Por ejemplo, carros que utilicen menos gasolina por kilómetro, bombillos ahorradores, o manejo eficiente del gas, mejores equipos eléctricos. Es decir, con menos energía hacer más actividades.

–      Desarrollo de nuevas energías… Se estima que luego del 2040 se produzca el pico de la demanda de los hidrocarburos y estos serán paulatinamente sustituidos por las llamadas energías alternas. Venezuela debe enfocarse hacia el liderazgo en este sentido. Igualmente, en desarrollar una petroquímica de primer mundo y a reinventar los usos del petróleo, como por ejemplo la comida de hidrocarburos. Ya los japoneses han desarrollado con éxito la llamada protein oíl. Es decir, inventamos o erramos.

Habrá otros aspectos para desarrollar una política energética. ¿Qué tal un Consejo Nacional de Energía? Países desarrollados, entre ellos Estados Unidos han trabajado el tema energético con mucha seriedad. Y nosotros, ¿qué estamos esperando?

Poco se puede esperar de este gobierno empeñado en gallineros verticales y conucos citadinos, que acabó con las haciendas y las fábricas; o en expropiar empresas en marcha para llevarlas a la inopia. La verdad es que se alimentan de la crisis por lo que no están interesados en superarla. Tendrían que brincar la talanquera y negar lo que hasta ahora han sido.

Vivimos un mundo de alta tecnología inalcanzable con este modelo de destrucción. Es hora de reinventar a Venezuela y a su energía. El destino ya nos alcanzó. Es indispensable una estrategia energética para comenzar a superar esta crisis que paraliza a una Venezuela que por tanta desidia aun no logra incorporarse ni siquiera al siglo XXI.

Caracas-Venezuela

14 de diciembre de 2019