CUENTOS DE A LOCHA EN UNA CUARTILLA – LUIS RAMÍREZ SÁNCHEZ – EL CANDIL PEDREGALERO – AÑO I – N° 01.-
Ningún pedregalense de aquellos tiempos llegó a imaginarse que aquel oficial de la Marina Venezolana, que encabezó el derrocamiento del sátrapa-dictador Marcos Evangelista Pérez Jiménez, nos dispensaría el honor de honrarnos con su presencia con motivo de la primera campaña electoral que dio origen a nuestra incipiente democracia.
La mayoría del poblado se apiñó en la gloriosa Playa de Béisbol, con la mirada puesta al firmamento hasta que la silueta inconfundible de aquel par de helicópteros de la fuerza aérea se hizo visible en el cerro noroeste de nuestro pueblo.
Cuando Hely Hernández señaló el punto por donde ilustraron el paisaje las ruidosas naves, la gente humilde de mi pueblo gritó jubilosa:
-¡Viene el presidente!
Y aunque algunos no sabíamos ni siquiera pronunciar su nombre, todos destornillábamos de risa cada vez que alguien de la multitud, lo intentaba , todo era euforia hasta que el polvorín levantado tras el aterrizaje se disipó en el improvisado helipuerto y el pueblo rompió en aplausos con algunas lágrimas al observar al Contralmirante Wolfang Larrazábal Ugueto, impecablemente trajeado de gala, posar pie en tierra, y comenzar a saludar de mano a los laboriosos hombres y mujeres que se dieron cita aquella mañana inolvidable.
El presidente de aquella Venezuela de mediados de siglo XX, caminó a paso militar a través del barrio más tradicional del pueblo el Chimpire de todos los tiempos, y tras desayunar con su calificada comitiva en la memorable posada-pensión de la Chiche Quero, emprendió una caminata por la Calle Comercio hasta la iglesia, la plaza y la calzada en donde aún se evidenciaba la tierra quemada a causa de la acción de incineración del retrato del Coronel Pérez Jiménez, aquel reciente amanecer del 23 de Enero. Todos presidente y pueblo, sin agenda, sin ruta prevista y sin protocolos caminaron hasta el Estanque en donde un voluntario le ofreció un vaso de agua de la de consumo del pueblo, la que el presidente tomó en un sorbo para luego hacer un gesto de desdén por lo salobre del agua.
Nuestro insigne visitante emprendió la vuelta hacia las naves motivado por la premura de aquella cortísima campaña electoral por la presidencia, y las ancianas de mi pueblo derramaron más lágrimas que en la llegada; mientras un periodista de los tantos ávidos de entrevistas que cubrían la fuente para aquel momento le pregunto a una de ellas que caminaba por la borda del estanque con una lata mantequera sobre su cabeza lo siguiente:
– Señora dígame por favor..: ¿ De que vive la gente en este pueblo?
a lo que la anciana replicó:
– A mundo mijito por aquí vivimos … de vaina.
El país que viene será la república del hombre honesto. ¡anótate!
Coro-Estado Falcón-Venezuela
Domingo, 08 de marzo de 2020

Hermoso relato Luis, digno de tu fina prosa, Son datos muy importantes los que estamos escribiendo los colaboradores y los lectores de este periódico que gracias al esfuerzo de tantos, pero especialmente tuyo y de Freddy, acaba de cumplir su primer año de edad. Gracias por compartir tus recuerdos y reflexiones. Recibe un gran abrazo.