NERVIS NAVA – EL CANDIL – AÑO IV – N° 195.-
El cáncer es una enfermedad que involucra un crecimiento acelerado de células anómalas y tumorales que afectan el funcionamiento regular de nuestro cuerpo.
Con el avance de la medicina y de las nuevas tecnologías en la lucha contra el cáncer, cada vez hay más esperanza de poder curar esta enfermedad.
Además de la medicina, hay otro elemento que interviene directamente con la curación de estas lesiones, y es la actitud del paciente, siendo muy importante al momento de enfrentar el tratamiento, por demás doloroso y difícil.
Esta enfermedad cuyo diagnóstico amerita mucha precaución y ocasiona zozobra, ya que solo escuchar la palabra cáncer genera miedo, angustia, es por lo que debemos entender que parte de la recuperación y lucha en contra de esta situación depende de nuestro estado de ánimo.
Un amigo recientemente me dijo, “El cáncer no es una enfermedad, es algo que ocurre de manera natural al no prestarle al cuerpo la debida atención”, porque es bien sabido que “el cuerpo grita lo que la boca calla”, y hacer caso omiso en cuanto al cuidado en la alimentación y sobre todo a nuestras emociones, puede llevarnos a experimentar esa situación difícil, mientras que si cuando comenzamos a recibir avisos, se toman las medidas pertinentes, en cuanto a orientación médica, alimentación y control emocional, entonces podemos vencer el cáncer, antes de que él nos coma a nosotros.
«Las enfermedades no nos llegan de la nada. Se desarrollan a partir de pequeños pecados diarios contra la Naturaleza. Cuando se hayan acumulado suficientes pecados las enfermedades aparecerán de repente».
Hipócrates
Se define la salud como un estado de bienestar físico, mental y social completo y no exclusivamente como la ausencia de enfermedad; es por ello que se contempla un estado saludable de las personas desde el punto de vista de la calidad de vida, y no solo desde la manifestación de síntomas o el padecimiento de alguna enfermedad. De allí que estar sano y sentirse sano no se define por el hecho de ausencia de enfermedad, sino que cubre una visión amplia de las múltiples facetas del desarrollo humano.
Esta visión global de la salud humana incluye su actitud y se requiere que cada cual como ser humano y no como paciente, piense y reconozca la implicación diaria que tiene en su salud, factores tanto a nivel físico como mental y social; siendo básico estar consciente de todo aquello que la actitud mental puede hacer por la salud, y en base a ello trabajar en la preparación sobre lo que puede hacerse en ese aspecto para colaborar a mantener y potenciar dicha actitud, y evidenciar la expresión “mente sana en cuerpo sano”.
La salud no es sólo algo que se tiene, es algo que se disfruta, por lo que normalmente, cuando hay ausencia de enfermedad, se dice que “goza” de buena salud; sin embargo, al presentarse algún cambio, bien que se presenten síntomas de alguna enfermedad, se sufra de alguna lesión o cierto padecimiento o trastorno psicológico, la persona deja de “gozar” de buena salud.
“El hombre sabio debería considerar que la salud es la mayor bendición humana”
Hipócrates
Ahora bien, se tiene el conocimiento que gozar de una buena salud, física y mental, depende no solo de actitud, sino un alto porcentaje corresponde a nuestro estado emocional, por lo que debemos trabajar nuestras emociones de tal manera que nos permitan mantener alejados de nosotros los malestares físicos, que nos producen stress y con ello nos debilita la capacidad del cuerpo para combatir virus, gérmenes y bacterias que puedan causar cualquier enfermedad; por lo que al asumir conductas que nos liberen del stress, se llevará una vida más serena, pudiendo ejercer una verdadera autonomía sobre nuestras emociones y estado de salud física.
“La curación es cuestión de tiempo, pero a veces también es una cuestión de oportunidad”
Hipócrates
En este sentido, el ser humano está preparado para vivir a plenitud y con buena calidad de vida todas sus etapas; pero no es menos cierto que en el camino de la evolución del ser espiritual deberá pasar por algunos eventos que estarán fuera de su control, porque forman parte de las situaciones que se traen programadas para superar, trascender y evolucionar espiritualmente; de allí la importancia de una preparación espiritual a través de los años, que nos permitirán cultivar la fortaleza y la humildad para aceptar y superar dichos eventos.
Existen situaciones en la vida que podríamos considerar desafortunadas, sin embargo, al permanecer receptivos a un buen resultado se pueden encontrar grandes bendiciones. Si consideramos que el camino de la evolución y el aprendizaje en este paréntesis de vida, ha de realizarse en “solitario”, esto nos lleva a tomar conciencia de que las experiencias que se nos presentan en este tránsito, debemos asumirlas en conciencia y buscar muy dentro de nosotros el mensaje que nos brinda, actuando con honestidad y reconociendo el aprendizaje que nos está presentando, por algo de veracidad en aquello de que la “vida” es lo que nos sucede mientras hacemos otros planes.
“El cáncer es una palabra, no una sentencia”
John Diamond
De esta manera podríamos prepararnos para llegar a la etapa de la vejez en buen estado físico y mental, que es de cierta forma y una de las cosas que más preocupa de nuestro bienestar; al fin y al cabo ¿de qué nos sirve cuidarnos sino es para vivir más y mejor?, sin embargo existen momentos en los que hemos visto situaciones que consideramos injustas como por ejemplo, personas que han fumado y bebido hasta su último día y han vivido hasta los 90 años sin mayores contratiempos, y otras que han tenido una vida más saludable y no han llegado a los 70; esto por ejemplo en mi caso me confirma que tenemos “fecha de vencimiento” y si alguna cosa está clara es que diga lo que diga la genética, hay comportamientos que ayudan a vivir más y sobre todo a tener una vejez más activa y saludable.
La curación verdadera es el regreso del cuerpo, de la mente y de las emociones a su equilibrio, a su estado natural; procurando la restauración del patrón original, tratando de mantener la armonía entre mente y cuerpo, fomentando el bienestar innato, ya que la salud es el estado natural del ser humano. En la medida que cuidamos de nuestras emociones, nuestras actitudes, y reconocemos que la felicidad es una elección, que no debemos quedarnos atascados en viejos patrones y hábitos, evitaremos al final de nuestros días, los pensamientos que tienen algunas personas al momento de partir, como son…..”Ojalá hubiera vivido a mi manera”; “Ojalá hubiera trabajado menos”; “Ojalá hubiera mantenido más contacto con mis amigos”…hubiera…hubiera…es un tiempo o palabra que debe ser borradas de nuestro léxico, porque hubiera no existe, la vida es como es, y así debemos vivirla.
“El cáncer es una enfermedad donde el paciente puede contribuir en gran medida para ayudarse a sí mismo si puede mantener su moral y sus esperanzas”
George Carman
Existe una gran realidad para todas las personas que nos hemos enfrentado a esta situación, y es que pasado el temporal, debemos continuar soñando con una larga y saludable vida; viviendo en el presente, un día a la vez y agradeciendo a Dios, a la Divina Providencia, al Universo, a lo visible o a lo invisible, por amanecer cada día con vida, y tomando todas las medidas para cuidar no solo nuestro cuerpo a través de buenos hábitos de alimentación, sino nuestras emociones, hacia nosotros y hacia todas las personas que nos rodean.
Quiero concluir este Artículo con un agradecimiento a todas las personas que me han apoyado con su lectura a través de todo este año; deseando para todo un próximo año pleno de Salud, y de excelentes relaciones.
¡Hasta una nueva oportunidad!
“El deseo de sanarse siempre ha sido la mitad de la sanación”
Séneca
Excelente reflexion ! El poder de la mente es clave en todo esto…!
Debemos cuidar hasta lo que pensamos y a las ideas a las que le damos fuerza. Eso define gran parte de nuestra vida.
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