ENFOQUE LIBERAL – EL CANDIL – AÑO V – N° 243.-
La ausencia de competencia directa en los servicios del Estado, principalmente en los de salud y educación, históricamente ha degenerado en una baja calidad de estos.
Y es que el asegurarle a un trabajador un salario mensual independientemente de que atienda a más o menos pacientes, de que logre formar bien o mal a sus alumnos o, en líneas generales, de que desempeñe adecuadamente o no su labor, únicamente ha terminado por mal acostumbrar a quienes se dedican a asistir a su centro de labores y cobrar cada día de pago, ocasionando un enorme perjuicio para quienes no pueden solventar el uso de servicios privados.
A esto último me refiero con la ausencia de competencia directa, pues el Estado ofrece dichos servicios financiándolos con el dinero que recauda gracias a todas las figuras impositivas establecidas, es decir, sin que les cueste un centavo de su bolsillo, algo diametralmente opuesto a todo hombre de negocios quien arriesga sus ahorros para emprender y depende únicamente de la aceptación que tenga aquello que ofrece para que su empresa subsista.
Si bien pensar en la eliminación radical de los servicios del Estado, fundamentalmente los de educación y salud, supondría el advenimiento de una inminente crisis social, hay formas más sensatas de ir reduciendo el impacto negativo que estas vienen causando.
El sistema de vouchers para la educación, propuesto en 1955 por el Nobel de economía, Milton Friedman, ofrece una alternativa eficiente y funcional para contrarrestar esta problemática, financiando a la demanda (al beneficiado) en lugar de a la oferta (al benefactor), introduciendo de esta manera el factor clave de una economía libre: la dinámica de la oferta y demanda.
Al dársele al consumidor de los servicios la libertad de elegir en qué escuela matricular a sus hijos y en qué hospital atenderse, se incentiva a los oferentes, tanto escuelas como hospitales, a mejorar la calidad del servicio brindado, esto con la finalidad de poder atraer a más personas; exactamente como sucede en cualquier rubro de un mercado libre.
A la postre, ganan todos: quien recibe los servicios, porque tiene la oportunidad de elegir entre buenas opciones a un costo que podrá cubrir; y quien ofrece el servicio, porque será por mérito propio que podrá lograr el éxito deseado, además de que este sistema contempla la posibilidad de que los trabajadores del establecimiento puedan eventualmente adquirirlo.
Idealmente, este escenario apunta hacia la total privatización de los servicios actualmente en manos del Estado, lo cual necesariamente iría de la mano con el incremento general del nivel de vida en todos los estratos sociales, lo que se traduce en: bajos índices de pobreza extrema; bajas tasas de desempleo; altos índices de desarrollo humano; altos niveles de ingresos per cápita; entre otros indicadores que pueden ser posibles en un contexto de libertad económica real y permanente, así como de un sistema judicial basado en leyes objetivas que protejan a ultranza los derechos individuales y castiguen con severidad a quienes los trasgredan.
De otra forma, cualquier avance que pueda lograrse se esfumará tan pronto como aparezca.
Enfoque Liberal
Concebido con el objetivo de difundir las ideas liberales en los distintos campos que rigen la vida del hombre, tales como la Economía, la Política, la Ética y la vida en sociedad. Las publicaciones que se realizan en esta página se basan en el conocimiento adquirido del estudio del Liberalismo Clásico, el Objetivismo y la Escuela Austríaca de Economía.
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