FREDDY RIERA – EL CANDIL – AÑO VI – N° 264.-
El modelo económico planteado por Carlos Marx, en el cual no existe propiedad privada, y el estado asume el control total de la planificación de la producción-para lo cual es necesario desplazar al sector privado-crea indiscutiblemente en la práctica un resultado donde “todos pierden”; me refiero al pueblo.
El pueblo pierde porque el estado se lo apropia todo; por tanto, la falacia inventada por la propaganda comunista – aquella que nos vendieron en la escuela de adoctrinamiento comunista, es decir, en la universidad pública – que “el pobre es pobre porque el rico se apropia de su trabajo”, es totalmente falsa.
Es ahí donde nos mienten otra vez indicando que el capitalismo crea una brecha entre ricos y pobres, y que, por tanto, hay un problema de distribución de la riqueza.
La falacia inventada por los comunistas respecto del capitalismo es exactamente lo contrario. Es el sistema comunista el creador de un resultado en el cual una de las partes se lleva todo (el estado) y la otra parte lo pierde todo (el pueblo), similar el resultado del modelo de la teoría de los juegos llamado “suma cero”.
EL CONCEPTO DEL JUEGO “SUMA CERO”
«Los juegos de suma cero (o juegos de suma nula) son aquellos modelos de la teoría de juegos en los que la ganancia de un jugador implica necesariamente una pérdida de otro exactamente del mismo valor». (Leonardo Girondella Mora – Falacia de la suma cero: una mentalidad).
Este concepto lo encontramos en el ámbito de la teoría de juegos, una rama de la microeconomía que estudia la interdependencia entre las decisiones de diferentes individuos.
En un juego de suma cero no existe la cooperación para que todos puedan alcanzar un punto de mayor beneficio. Tampoco es posible que un jugador obtenga alguna rentabilidad extraordinaria sin afectar al resto.
En otras palabras, lo que ha ganado un competidor proviene necesariamente de lo que ha perdido otro. Esta es la falacia que los marxistas intentan aplicar al capitalismo, cuando en la realidad es todo lo contrario. Por lo tanto, cada agente estará interesado en maximizar su propia utilidad y no coordinará acciones conjuntas con sus pares.
LA ECONOMÍA LIBERAL NO ES UN JUEGO DE SUMA CERO.
En un sistema económico liberal capitalista los sujetos tienen la libertad para alcanzar su propio bienestar ya que pueden generar riqueza sin que sea necesario el perjuicio de otros.
Una superestructura estatal liberal con limites adecuados debe ser un facilitador para la creación de riqueza, en la que todos ganen, creando políticas fiscales y monetarias que impulsen el crecimiento y el desarrollo económico.
Una característica del sistema comunista es que su nivel de intervención en la economía es tan pernicioso que bloquea los mecanismos de producción, generando dificultades para la coordinación social, el aprovechamiento de las oportunidades de ganancias y el eficiente uso de los recursos generando entornos en los que la capacidad de creación de riqueza se reduce drásticamente.
La planificación central de la economía es incapaz de dar respuesta a la complejidad de la demanda de las sociedades modernas. Es también incapaz de alcanzar los niveles de producción necesarios, creando ámbitos maltusianos en los que los recursos existentes no son suficientes para alimentar a una población crecientemente numerosa.
El socialismo crea culturas de dependencia e inhibe la función empresarial de las personas.
EJEMPLOS DE JUEGOS DE SUMA CERO
Un ejemplo de juego de suma cero son la mayoría de los juegos de azar, como el póker, donde lo que se lleva el ganador es igual a la suma de lo que apostó el resto.
Otro juego de suma cero se produce cuando debes repartir una cantidad limitada de recursos en partes iguales (Esquema comunista de distribución de la riqueza).
EJEMPLO DE POLÍTICA MONETARIA QUE TIENDE A RESULTADO DE «SUMA CERO»
Los Bancos Centrales intervenidos por el estado – caso venezolano desde 1958- no son capaces de emitir dinero al mismo ritmo que demanda la creación de riqueza, generando una escasez que lo hace muy costoso, lo cual vemos reflejado en las altas tasas de interés, que a su vez crea hiperinflación.
Un sistema monetario altamente intervenido y centralizado, está atado a decisiones políticas, y se convierte en un obstáculo para el crecimiento, reduciendo significativamente la libertad económica, en la cual sale perjudicado el pueblo, ya que reduce dramáticamente sus oportunidades de crear su propio bienestar, haciéndolo dependiente del estado.
Lo ideal es que se elimine la figura del Banco Central, y que sean los bancos privados quienes puedan emitir su propia moneda creando así una mayor oferta monetaria que se ajuste a los requerimientos de la producción, con lo cual se incentivaría el crecimiento económico.
Freddy Riera
Economista venezolano en el exilio. Consultor e instructor en logística de abastecimiento y cadena de suministros. Editor de El Candil.