FREDDY RIERA – EL CANDIL – AÑO V – N° 217.-

“LA POLITIZACIÓN, FUE UNO DE LOS GRANDES PECADOS COMETIDOS EN LA CUARTA REPÚBLICA, EL CUAL, JUNTO CON EL MODELO ESTATISTA, CENTRALISTA Y POPULISTA, CREARON UN CAMINO QUE NOS LLEVÓ AL PUNTO EN EL CUAL ESTAMOS HOY”

Marxismo en Bachillerato

En 1970, este servidor cursaba cuarto año de Bachillerato en El Liceo Mariano de Talavera, en la ciudad de Punto Fijo, del Estado Falcón, Venezuela, y el líder estudiantil, militante del partido político Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), ganaba la presidencia del Centro de Estudiantes.

El MEP fue un partido político conformado por los miembros del ala radical comunista del partido político socialdemócrata Acción Democrática (AD). Los comunistas radicales decidieron formar un nuevo partido político, y su líder fue el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa.

Para ese entonces, recuerdo que ya se comenzaban a escuchar algunas canciones del cantautor revolucionario paraguanero Alí Primera. La canción protesta estaba en su apogeo en Venezuela y la lucha del momento era “La autonomía universitaria”.

Al año siguiente, en 1971, me graduaría de Bachiller, y el nombre de la promoción fue justamente «Autonomía universitaria 1971», siendo apadrinada por el ex-Rector de la Universidad Central de Venezuela (UCV), el Dr. José María Bianco, uno de los impulsores de esa consigna; es decir, todo un paquete a tono con la lucha del momento.

Con los años caí en cuenta que ese movimiento en pro de la “autonomía universitaria”, a nivel de los liceos públicos, promovido por las llamadas juventudes revolucionarias del Partido Comunista de Venezuela, Bandera Roja, y el MEP, fue una estrategia para preparar, y adoctrinar sutilmente a los bachilleres que posteriormente ingresarían a las universidades públicas.

De ese modo, sería más fácil que las mentes tiernas de los recién llagados bachilleres captaran el mensaje comunista sin resistencia al llegar a la universidad.

También caí en cuenta mucho después, del propósito de los “Centros de Estudiantes” en liceos y universidades públicas. Noten que, en los centros educativos privados, no se veía esa distorsión. Su propósito era exclusivamente político, y su objetivo era “politizar, ideologizar y organizar” a las masas de estudiantes desde muy temprano, sobre todo cuando nuestras mentes, y nuestra conciencia es fácilmente moldeable.

Marxismo en universidades

Así que, las universidades públicas venezolanas fueron el gran centro de adoctrinamiento comunista. Para eso querían la “autonomía universitaria”. La autonomía fue una causa de los comunistas, cuyas estrategias provenían de la Unión Soviética, a través de sus agentes cubanos infiltrados en los partidos de izquierda venezolanos.  

Los Guaraguos, Alí Primera, y el movimiento cultural cubano fueron los ídolos de esa época, en todas las universidades públicas del país. El bombardeo ideológico marxista que recibíamos diariamente en la universidad era impresionante. La cultura estaba tomada totalmente por los grupos de izquierda. Así que, ese bombardeo ideológico marxista nos llegaba por cualquier flanco, bien sea a través de la música, el teatro, los libros y por supuesto, a través de los profesores.

Así pasé 5 años en la Universidad del Zulia, desde 1972 hasta 1977, recibiendo el chaparrón ideológico marxista hasta que obtuve mi cuero de chivo como Economista en el año 1977.

Marxismo en las empresas (públicas y privadas), y gremios profesionales

Por otro lado, las empresas públicas y privadas tenían sus centros de organización política, de carácter obligatorio, establecido en las leyes. Es decir, el propio estado obligaba al sector privado a crear una organización que es propia del modelo comunista.

Esos centros de organización de trabajadores llamados “sindicatos” fueron concebidos e implementados siguiendo el procedimiento comunista, y los mismos fueron politizados. De ese modo, el estado, por medio de sus organizaciones políticas, introducían sus representantes en las empresas privadas y públicas. Casualmente, ese mismo esquema de control es el que ejerce actualmente el Partido Comunista Chino. Es decir, Venezuela fue precursora en la intromisión del estado en los asuntos de la actividad económica privada y del individuo; y eso no ocurrió con Chávez; Eso se inició en la cuarta república.   

Otro tanto pasaba con los gremios de profesionales y técnicos. Los partidos políticos tenían el control total de esas organizaciones. Así, el proselitismo político desplazó el talento y la probidad.

Hubo una época en Venezuela, en la cual, tener un carnet de un partido político era muy importante. Imposible para los médicos recién graduados, cumplir con el requisito de ejercer la medicina rural si no se contaba con una buena palanca en el partido de gobierno de turno. Lo mismo ocurría con los egresados de los pedagógicos, o para trabajar en alguna de las empresas del estado.

Despolitizar o quitando el lastre

Imaginemos ahora por un momento, que en la Venezuela de la cuarta no se hubiese producido ese malsano proceso de ideologización y de politización, y que, en su lugar, se hubiese desarrollado la cultura de la meritocracia. Estoy seguro que, el rumbo y el destino, habría sido otro muy diferente a donde estamos hoy.

La politización polariza, divide, anula al individuo, y suprime su talento. Lo mas grave es que este proceso de politización se dio, teniendo como base al marxismo.

La politización al estilo marxista fue uno de los grandes pecados cometidos en la cuarta república, el cual, junto con el modelo estatista, centralista y populista, crearon un camino que nos llevó al punto en el cual estamos hoy.

Es uno de los temas que se deben considerar en la nueva etapa que tocara vivir en Venezuela. También es importante considerar que no es posible construir una nueva Venezuela con los mismos políticos de siempre, con su misma chachara, y con su mismo pensamiento político populista. Venezuela ya ha sufrido demasiado con el comunismo.

Mi visión de país próspero, y desarrollado, pasa por un giro radical en la concepción del estado, y de las relaciones económica de producción.

Se debe erradicar la cultura del clientelismo político, el sindicalismo, el sectarismo y todo cuanto nos divida.

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