El Padre Fuguet en su memorable sacerdocio

CUENTOS DE A LOCHA EN UNA CUARTILLA – LUIS RAMÍREZ SÁNCHEZ – EL CANDIL PEDREGALERO – AÑO II – N° 99.-


Ejercieron sacerdocio en el Viejo Pedregal en los rudos tiempos de las dictaduras de otrora, los presbíteros: Petit, García y Fuguet Acosta.

Destacó en esta triada de sacerdotes de Parroquia, el inolvidable Padre Fuguet, un mitarero  insigne que no sólo honraría a nuestro pueblo con sus servicios eclesiales, sino que se hizo parte de la idiosincrasia pedregalense al poco tiempo de su arribo a nuestra Casa Parroquial.

Él recorría las calles a pié contando chistes de las andanzas de Marco el chamaco, de Cachaza, de las borracheras consuetudinarias de Chejendé y hasta tiene la autoría en la designación de Gervasio como primer feligrés del pueblo, quien siempre  era el primero en llegar hasta en las misas de aguinaldo a pesar de haber sufrido un pasmo que lo dejó parapléjico, a tal punto que el impedimento para caminar con bastones desde La Quebraíta al templo le tomaba media hora de su sueño matutino.

 El Padre Fuguet ideaba un chiste para cada pasaje en su andar por el pueblo y derredor a su iglesia. Una vez inventó, que saliendo él por el umbral del templo San Nicolás de Tolentino, le dio un mareo y hubo de prendarse de los dos mecates que colgaban de  la fachado principal (cuando no había campanario) e hizo sonar las campanas accidentalmente y observó por la plaza caminando presurosas a Doña Rosenda y Payita que pensaron que los repiques era para una misa de la que no estaban enteradas, alegaba nuestro párroco de aquellos tiempos que ellas , a pesar de que eran las primeras feligreses en misa de domingo, nunca pudieron ganarle una a Gervasio habida cuenta de su impedimento físico.

En síntesis este mitarero amante distinguido de nuestro pueblo, alegre y dicharachero en las calles del pueblo de otrora y ceremonioso en la homilía que se celebraba en perfecto latín que sólo lo entendían haciendo el coro responsorial los ilustres monaguillos de aquellos tiempos: Amil Figueroa, Manuelito Ramírez Sánchez, Luis Vargas, Ely Hernández, Henry Delmoral, entre otros.

El Padre Fuguet daba inicio a los evangelios desde el púlpito ante un templo repleto de damas pedregalenses con velos oscuros y blondos que eran de carácter obligatorio para acceder al templo

La convocatoria al templo se hacía una realidad exitosa, por cuanto nuestro sacro huésped mitarero, solía recorrer las calles los domingos antes que cantaran los gallos del padrecito con su unidad automotora (Jeep) `provista de un parlante en su techo, perifoneando por todo  el pueblo desde El Calvario hasta Piedra e Pulsear y desde la Línea y Santa Cruz hasta El Tendal y Vera Verde con unos versos musicalizados que nunca supimos si eran de su autoría, pero si sabemos que eran muy motivadores para asistir a sus servicios eclesiásticos  a librarse de los pecados sabatinos  infaltables en los amanecidos, serenateros y parranderos consuetudinarios de entonces.

Los versos que el padre voceaba por aquel estridente parlante se escuchaban así: El demonio en la oreja te está  diciendo / deja misa y rosario…sigue durmiendo/.

Y también el que es dado al vino, es traicionero hombre soberbio, que no permanecerá  HABACUC 2.5

Coro-Estado Falcón-Venezuela

12 de octubre de 2019


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