FREDDY RIERA – EL CANDIL – AÑO V – N° 230.-
«NADIE SE ACORDARÍA DEL BUEN SAMARITANO SI SOLO HUBIERA TENIDO BUENAS INTENCIONES. TAMBIÉN TENÍA DINERO»
La primera ministra de Inglaterra Margaret Thatcher se ganó el mote de Dama de Hierro a fuerza de luchar contra el estatismo imperante en el Reino Unido de los años 70.
Su prédica contra el Estado de bienestar en el mundo occidental y contra el comunismo soviético fueron una constante durante su mandato.
En sus más de 11 años al frente de 10 Downing Street, Thatcher aprovechó casi todas las ocasiones posibles para abogar por la causa del libre mercado.
Su contrapartida eran los constantes discursos en contra de sus principales rivales políticos, los laboristas, y de la socialdemocracia, en general.
En una ocasión, la Dama de Hierro resumió lo que, en su opinión, significaban las políticas impulsadas por el laborismo.
«Quiere quedarse con el dinero que ganas; Creo que eso es muy egoísta. Quieren aplicar impuestos por todo; Quiere tener acciones de tu propia empresa. No podemos permitirlo; el Estado no debe ser el dueño de tu compañía. Quiere elegir a qué escuela mandar a tus hijos. Ellos quieren enviar a tus hijos adonde ellos le digan. El problema con el laborismo es que no se siente cómodo con la libertad. Al socialismo no le gusta que la gente elija, porque podría no elegir el socialismo»
Ganó las primeras elecciones en 1979, repitió en las generales de 1983, y volvió a triunfar en las urnas, consiguiendo un poco frecuente tercer mandato en 1987.
Durante los once años en los que fue la mujer más poderosa de Gran Bretaña actuó con firmeza en defensa de sus ideales conservadores y ultraliberales.
Thatcher era partidaria de reducir impuestos frente a las teorías socialdemócratas, que propugnaban mayores cargas fiscales para elevar el bienestar de las familias. Consideraba que el bienestar debía lograrlo cada individuo en función de su esfuerzo y sus capacidades, y por ello se empeñó en suprimir ayudas y subvenciones.
La totalidad de las empresas públicas fueron privatizadas o clausuradas, liberalizó la regulación de algunas actividades financieras, flexibilizó la legislación laboral eliminando cargas y costes al sector de la producción y del comercio y plantó cara a las organizaciones sindicales, a las que convirtió en sus bestias negras.
En una ocasión, en épocas de elecciones parlamentarias, cuando el partido socialista ingles se convirtió en una amenaza para tomar el poder en un momento crucial, ella solicitó el consejo del entonces presidente de los EEUU Ronald Reagan para trazar una estrategia ganadora.
Con la ayuda de expertos en la situación electoral de Inglaterra se concluyó que sería conveniente crear conciencia en la población sobre los peligros del comunismo, por tanto, decidieron repartir masivamente, de forma gratuita, unos cuantos miles de ejemplares del libro “El Camino de servidumbre” cuyo autor fue el economista austriaco Friedrich Hayek, en el cual explica justificadamente por qué el comunismo no es viable. Esta acción contribuyó a que Margaret Thatcher obtuviese la victoria y derrotar así al comunismo inglés.
Thatcher desplegó una intensa actividad internacional, siempre mano a mano con Ronald Reagan. Consideraba débil y hasta sumisa la actitud de los gobiernos europeos con la Unión Soviética. Thatcher creía que el comunismo era el gran enemigo de la humanidad.
Ante sus aliados de la OTAN siempre exigía mayores inversiones en armamento y un superior despliegue de fuerzas.
Posteriormente, se dio la convergencia de tres figuras muy importantes para derrotar el comunismo: Margaret Thatcher, Ronald Reagan y el Papa Juan Pablo II, quienes, con Mijaíl Gorbachov con su política de la Perestroika, aplicaron todo su poder hasta que se produjo la renuncia de Mijaíl y el posterior desplome de la unión soviética: La gran derrota del comunismo.
Freddy Riera
Economista venezolano en el exilio. Consultor e instructor en logística de abastecimiento y cadena de suministros. Editor de El Candil
Ejemplo para muchos politicos idiotas de hoy en dia !!!