Por Mirela Quero de Trinca

Antecedentes: El PDN

Comenzaba el segundo tercio del siglo XX, cuando, según información oficial, el 17 de diciembre de 1935 moría el dictador, general Juan Vicente Gómez, autócrata que con mano de hierro gobernó Venezuela por 27 años.

A partir de entonces empezaron a llegar los exiliados, entre ellos los estudiantes rebeldes del año 1928, que en su recorrer por el mundo se habían nutrido de las doctrinas políticas de moda, como la democracia, el socialismo y el comunismo.

A su regreso en 1936, los jóvenes que ocho años antes habían dejado Caracas, la tranquila ciudad de los techos rojos, se encontraron con un país en ebullición que con entusiasmo despertaba del largo letargo gomecista.

Aprovechando la apertura de los primeros meses del gobierno del nuevo presidente, general Eleazar López Contreras, empezaron a surgir agrupaciones sindicales, gremiales y movimientos políticos, como la Asociación Nacional de Empleados (ANDE), la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV, reactivada en 1927), la Unión Nacional Estudiantil (UNE), la Asociación de Escritores Venezolanos (AEV), la Unión Nacional Republicana, la Agrupación Cultural Femenina, el Partido Revolucionario Progresista (PRP), el zuliano Bloque Nacional Democrático (BND) grupo que al igual que el Movimiento de Organización Venezolana (ORVE) propone ideas modernizadoras del Estado.

Estas organizaciones al poco tiempo desaparecieron o se integraron a organizaciones más complejas o Partidos Políticos, que llamamos modernos para diferenciarlos de los partidos tradicionales del siglo 19: el Partido Conservador, el Partido Liberal Amarillo y el Partido Nacionalista.

Uno de los estudiantes exiliados en 1928 que regresó en 1936, era Rómulo Betancourt quien traía un proyecto político para Venezuela que había redactado en 1931, El Plan de Barranquilla y el propósito de fundar un partido político para llevar adelante los propósitos expresados en dicho Plan.

Inmediatamente, Betancourt se incorporó a la naciente vida política venezolana participando en la creación del Movimiento de Organización Venezolana (ORVE), dedicándose a la organización del movimiento sindical y al fortalecimiento de ORVE en toda la República.

Mientras tanto, el gobierno de López Contreras procedía a reformar la Constitución extendiendo los alcances del Inciso Sexto del artículo 32, inserto en las Constituciones desde 1928, que prohibía la propaganda del comunismo, el que será el instrumento que utilizará el gobierno del general López Contreras, para negar la legalización de partidos políticos y desterrar a sus dirigentes acusándoles de comunistas, tal como ocurrió al año siguiente. 

A finales de ese año, el 28 de octubre de 1936, el movimiento ORVE, el comunista Partido Republicano Progresista (PRP), el zuliano Bloque Nacional Democrático (BND), la Federación de Estudiantes, el Frente Obrero y el Frente Nacional de Trabajadores se unieron en un gran bloque o partido único de las izquierdas y fundaron el Partido Democrático Nacional (PDN), el cual apenas nacido pasó a la clandestinidad en noviembre al serle negada su legalización.

Tres meses más tarde, el 4 de febrero de 1937, resuelto el problema que significó la gran huelga petrolera de 1936, el gobernador del Distrito Federal revocó el permiso de funcionamiento de los partidos que integraban el PDN; y un mes después, el 13 de marzo de 1937, el presidente López Contreras emitió el “Decreto de Expulsión” por un año, de 47 dirigentes políticos acusados de comunistas, la mitad de los cuales fueron apresados y embarcados el 26 de marzo en el barco francés Flandre con destino a México, entre quienes se encontraba Jóvito Villalba, secretario general del Partido Democrático Nacional (PDN).

Betancourt, entonces secretario de organización del Partido, también había sido expulsado, pero logró burlar esa disposición permaneciendo en el país y durante más de dos años de vida clandestina dirigió el PDN ante la ausencia forzosa de Villalba y continuó escribiendo diariamente la columna “Economía y Finanzas” en el diario Ahora, ejercicio intelectual que contribuyó a su formación política y conocimiento del país, ya que era una tribuna donde planteaba los problemas venezolanos más inmediatos y las posibles soluciones a los mismos; así como algunos de la actualidad mundial de interés o repercusión en Venezuela.

En un despliegue de incansable actividad clandestina esquivando la implacable persecución policial, durante dos años y siete meses, desde marzo de 1937 hasta su detención en octubre de 1939, Betancourt dirigió el PDN y diariamente escribió de forma anónima, la columna “Economía y Finanzas”, logrando publicar un total de 678 artículos hasta la tarde del 20 de octubre de 1939 cuando también fue apresado

Por otra parte, a pesar de los propósitos unitarios que habían llevado a la integración de varios grupos políticos en un partido único de izquierda, el PDN, en su interior pugnaban dos corrientes bien diferenciadas: una de izquierda nacionalista liderada por Betancourt y otra más radical que seguía la línea de Juan Bautista Fuenmayor, quien desde la ciudad de Maracaibo insistía en formar una organización propia, un Partido Comunista clandestino.

El inevitable deslinde entre las corrientes existentes en el PDN ocurrió en febrero de 1938 tras dieciséis meses de vida clandestina, y la ruptura definitiva se produjo en septiembre de 1939, un mes antes del apresamiento de Betancourt. Entonces, el Partido Republicano Progresista (PRP) se transformó en el Partido Comunista de Venezuela (PCV) y la corriente betancourista conservó el nombre del PDN.

Desde la clandestinidad, Betancourt se dedicó a reestructurar este segundo Partido Democrático Nacional (PDN), de izquierda democrática; pero fue apresado y expulsado a Chile donde permaneció durante un año y tres meses.

A su regreso en febrero de 1941, Betancourt se consagró a la reestructuración de su partido clandestino, el PDN, pero ante la negativa oficial a su legalización, se acordó la formación de un nuevo partido en el que, para facilitar los trámites legales y debido a la vigencia del Inciso Sexto de la Constitución Nacional, Betancourt no aparecería como impulsor ni como firmante de su Acta Constitutiva.

Adicionalmente, Betancourt regresaba de su segundo exilio justo en año de elecciones, cuando se cumplía el período presidencial del general López Contreras y había que elegir a su sucesor.

Desde el estado Apure fue propuesta la “candidatura simbólica” de don Rómulo Gallegos a la Presidencia de la República, candidatura que mes y medio después, obtuvo el respaldo del Partido Democrático Nacional (PDN) partido clandestino dirigido por Rómulo Betancourt y donde militaban Raúl Leoni, Valmore Rodríguez, Ricardo Montilla, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Gonzalo Barrios. Alberto Carnevali y Leonardo Ruiz Pineda, entre otros.

El candidato debe ser Gallegos, porque todos los venezolanos han leído Doña Bárbara. Con parecidas palabras, Betancourt promovió la candidatura de Rómulo Gallegos a la Presidencia de la República; candidatura autodenominada “simbólica” porque con el sistema electoral entonces imperante no tenía posibilidades de triunfo.

Los 13 votos que obtuvo este “ensayo de civismo” en la elección de segundo grado efectuada en el Congreso Nacional, no fueron suficientes para derrotar al candidato oficialista, general Isaías Medina Angarita quien como era de esperar, el 28 de abril, por 130 votos, resultó electo por el Congreso como presidente de la República para el período 1941-1946.

La corta pero intensa campaña realizada por Gallegos recorriendo gran parte del territorio nacional y los discursos pronunciados en Barquisimeto, Caracas, Valencia y Maracaibo, presentando un programa modernizador y democrático basado en los lineamientos del PDN, prepararon el camino para la fundación del nuevo partido que habría de ser el mayor partido político de Venezuela.

Desde Valencia, varios ciudadanos miembros del ilegalizado PDN, solicitaron a Gallegos que canalizara en un partido político las numerosas voluntades que habían apoyado su candidatura simbólica.

En efecto, menos de un mes después de la elección de Medina Angarita, el domingo 11 de mayo de 1941, un grupo de personas se reunió en la residencia del novelista Rómulo Gallegos, donde se realizó la Asamblea Constitutiva del partido Acción Democrática, se eligió su directiva y se discutieron y aprobaron el Programa y los Estatutos del Partido.

El martes 13 de mayo se solicitó al gobernador del Distrito Federal, Luis Gerónimo Pietri, su legalización y luego de varias objeciones y aclaratorias, el martes 29 de julio de 1941, durante el gobierno del recién electo presidente, general Isaías Medina Angarita, se autorizó su funcionamiento.

El nuevo partido político hizo su presentación pública en el mitin realizado en el Nuevo Circo de Caracas el 13 de septiembre de ese año, fecha que desde entonces señala el aniversario del partido Acción Democrática

De la mano de un intelectual nacía Acción Democrática, un partido para hacer historia.

Bibliografía recomendada:

• CABALLERO, Manuel. Rómulo Betancourt, político de nación. Caracas. Alfadil – Fondo de Cultura Económica, 2004. 
• CATALA, José Agustín (Compilador). Documentos para la historia de Acción Democrática 1936-1941. Vol 1. Caracas. Ediciones Centauro, 1981.
• FUNDACION ROMULO BETANCOURT. Antología Política 1936-1941. Vol. II. (Patricia Soteldo, Vilma Petrásh y María Teresa Romero. Compiladoras). Caracas. Editorial Fundación Rómulo Betancourt, 1995.
• …… .   Papeles clandestinos del Partido Democrático Nacional (1937-1941). Documentos del Archivo de Juan Bautista Fuenmayor. Introducción por Arturo Sosa Abascal, S.J. Caracas. Ediciones de la Presidencia de la República – Fundación Rómulo Betancourt, 1995.  Colección Tiempo Vigente. Nº 10.

Monterrey-Estado de Nuevo León-México

Domingo, 28 de junio 2020