Por Nervis Nava

La vida en sí es un viaje continuado, es ir y volver a través del tiempo; es desplazarse en el camino de la evolución, ello expresándonos en sentido metafísico del “viajar”.
Sin embargo, si se limita el término a este espacio de tiempo, a esta dimensión que estamos viviendo en este momento, se podría resumir, que viajar, viene a ser una actividad que realiza el ser humano, en parte para tener una vida más placentera y con ello evadir el stress cotidiano.
Es por ello, que es altamente recomendable, que llegado el momento de haber transcurrido una gran parte de la vida, en las labores de estudio, profesionalización, trabajo y crianza de los hijos, y somos bendecidos con la oportunidad de unos años dorados, dedicarlos al disfrute de VIAJAR…..
“Viajar y cambiar de lugar revitaliza la mente”.
Seneca
VIAJAR implica, además de cierta dosis de organización, como objetivo central, debe ser la curiosidad, sentir esa necesidad de conocer, y saber que hay más allá de lo nuestra mente conoce; y en el otoño de la vida, ya que no es igual VIAJAR a los veinte, que a los cincuenta, esta actividad podría convertirse además de conocer nuevos lugares, en una nueva forma de vivir, con un nuevo proyecto de vida, que nos permita desarrollarnos como personas, adquiriendo un nuevo repertorio cultural que puede permitirnos crearnos nuevas historias, y anécdotas que enriquecen al ser humano manteniendo nuestras neuronas alertas.
Siempre tendremos al planificar un viaje, nuevos retos, ante la incertidumbre de las nuevas personas que se puedan conocer, lo que puede permitirnos conocernos mejor a nosotros mismos; regresando siempre de cada travesía con la sensación de haber recargado la mente y el espíritu con nuevas y hermosas experiencias, que nos motivarán a reflexionar y a preparar el siguiente viaje; recordemos que al partir de este plano, solo llevaremos con nosotros, las experiencias vividas.
NaguaNagua-Estado Carabobo-Venezuela
25 de agosto de 2019
