ÁLVARO RAMÍREZ – EL CANDIL – AÑO V – N° 251.-
Las generaciones recientes, difícilmente pueden imaginarse subiendo una escalera o ser “atendido” por un ascensorista. Probablemente hoy le dan la instrucción verbal al ascensor indicándole su destino, lo mismo que a su carro
También en esta época, probablemente es difícil imaginarse una vivienda sin vigilancia. Últimamente cada vez más automatizada. Probablemente solo con dictarle la persona que va a visitar, o mirar a la cámara, un sistema le encenderá la luz, le abrirá la puerta y dará la bienvenida al visitante.
Estos casos son solo un ejemplo de la vida diaria hoy. La tecnología como soporte, ha venido ayudando a hacer las actividades de los seres humanos más eficientes y menos costosas de operar y mantener.
Es la misma tecnología que en su búsqueda de soluciones para hacernos más cómoda la vida, intenta permanentemente reemplazar el esfuerzo humano por el accionar de una máquina. El balance buscado es la disminución del costo total para el cumplimiento de objetivos. Uno de los indicadores de éxito, es la utilización masiva de esas soluciones. Al punto que se hace necesaria y se da por descontada su disponibilidad y derecho al disfrute.
Sin embargo, creo que nadie puede discutir que la productividad, clave de la competitividad y posibilidad de colocar un producto en el mercado, es la tecnología y la investigación, que conducen al conocimiento y con el a soluciones e innovaciones.
Probablemente ya se ha hecho también rutina escuchar el cuento de la hormiga y la cigarra. ¿Alguien se acuerda de la necesidad de guardar las frutas que se necesitarían en invierno? Las familias se reunían y tenían sesiones para preparar las “conservas” de frutas que debían congelar para tener disponibles al finalizar la estación. Aparecieron las cadenas de abastecimiento que ahorran al ser humano esos esfuerzos: Siembran, cosechan, almacenan, preservan y se los suministran fuera de la estación. ¿Le ahorran esos esfuerzos? O.. los convierten en un servicio conveniente que debe pagar si se quiere disfrutar?
Ese “derecho” a disfrutarlo hará olvidar en algunos casos, el esfuerzo necesario para tenerlo disponible.
Simplemente, alguien hace una inversión para ofrecer unos servicios que la comunidad desea o necesita y por los que estaría dispuesta a pagar, para no ejecutarlos cada uno por sí mismo.
Acuerdo conveniente para las partes que lo aceptan. El inversionista va a recibir un pago por la inversión que hace y el cliente va a recibir un servicio que desea y por el que está dispuesto a pagar, entendiendo las partes, que no hay nada gratis, porque la satisfacción de las necesidades requiere esfuerzo, cuesta.
¿En qué momento una parte importante de las comunidades olvidó que no hay nada gratis? ¿Que cada resultado requiere un esfuerzo? En el momento que decidió que no era necesario invertir para garantizar el futuro. Que no se necesita tener conocimiento y aplicarlo. Que debe ser suficiente comprometerse a hacer el esfuerzo de pagar en el futuro lo que se disfruta en el presente. ¿Y luego?… Olvidar el compromiso.
¿Vemos las protestas que se presentan por la presencia de los peajes, pero no a la disponibilidad de la carretera? ¿Se olvida que las inversiones cuando no se tiene dinero, se pagan como deuda y se convierten en costos de la operación mientras se pagan? Se olvida que cuando se compra un equipo para trabajar, por ejemplo, si no se tiene dinero se hace con deuda y que si se consumen todos los ingresos que produce, cuando se deba reponer el equipo no se podrá hacer porque no habrá dinero, y se repetirá la situación inicial sin haber capitalizado nada?
Recuerdo una de las promesas electorales de un “mesías” de un país suramericano que era próspero. Acabar con los peajes, que pagaban por la inversión hecha en las carreteras. Aún recuerdo el júbilo del pueblo al destruir las cabinas de cobro, “liberándose” de los peajes. El resultado puede verse hoy, 20 años después, en el estado de las carreteras de ese país.
¿Prefiere Ud. vivir en un edificio sin ascensor? ¿Sin Vigilancia? ¿En un país sin carreteras, donde no se pueda satisfacer la demanda?
Es un hecho, que la demanda es el motor de la producción de bienes y servicios… La sostenibilidad se logra si se construye un círculo virtuoso: Demanda, inversión, producción, pago, más demanda
¿Qué sucede cuando no se honran los compromisos y no se paga el producto que se consume o se desconoce el valor de la inversión? Se cae en el circulo vicioso: Demanda, inversión, no pago, no inversión.
¿Qué puede romper el círculo vicioso? El reconocimiento del esfuerzo. El pago de la inversión. El reconocimiento a que el capital es fruto del ahorro. El fruto de dedicar una parte del esfuerzo a la previsión, entendiendo que la capacidad de producción que no se aumenta o mantiene, conduce a la decadencia. Si a nivel, tanto de sociedad como de núcleo familiar o individuo, la relación entre gasto y ahorro para inversión no se balancea, no puede haber sostenibilidad.
¿Cuánto costará la nueva inversión cuando quiera reponer el valor del edificio o la vía? ¿Habrá alguien dispuesto a invertir? ¿A qué costo? ¿Con que garantías?
Todavía, después de un cuarto de siglo, una de las naciones anteriormente más prospera de Suramérica, se declaró en incapacidad de pago de su deuda. Aún hoy, está en situación crítica pendiente de las acciones de otro mesías que le imponga un camino alternativo.
Otro país suramericano, uno de los poseedores de las mayores riquezas naturales, guiado por su mesías decidió atacar la inversión, desconocerla, expropiar empresas y autorizar el no pago de obligaciones. Hoy, para obtener créditos para subsistir, debe empeñar sus recursos no renovables a sus acreedores.
¿Cuál es el panorama general hoy en día?
Tanto a nivel individual como colectivo, el capital para inversión se debe obtener pagando su costo. Desde la compra de un vehículo para uso personal, hasta la construcción de una carretera para llevar los alimentos del productor al consumidor, se requiere obtener capital solicitándolo en préstamo, dispuestos a pagar su costo.
Se debe, por tanto, como factor clave de la sostenibilidad, mantener la productividad que permita ser competitivo para producir y tener la capacidad de pago y honrar el préstamo.
Sin hacerse competitivo un país sociedad o individuo, difícilmente se hace sostenible o sobrevive. Si no hace previsiones (ahorros) a lo largo de su vida productiva para invertir y mantenerse competitivo, probablemente sale del mercado.
¿Secretos? No existen.
No se puede ser competitivo sin la creación permanente de nuevas soluciones, sin el conocimiento aplicado. Sin la investigación.
¿Cuál es el perfil suyo o de su sociedad? ¿Cuánto de su esfuerzo dedica a la mejora de su capacidad de producción? ¿Cuánto de su esfuerzo dedica a mejorar el conocimiento, la investigación, la innovación y desarrollo? Ud. y su sociedad premian el esfuerzo dedicado a la mejora?
¿Como familia, cómo se reconocen en su núcleo los éxitos del conocimiento aplicado? ¿Como se sanciona los atajos para obtener beneficios inmerecidos o presentar supuestos logros, estafando el esfuerzo colectivo?
¿En la fábula de la cigarra y la hormiga, cual es el papel que juega Ud. o su sociedad como actor? ¿Hace Ud. provisiones al aplicar su esfuerzo?
Ud. y su sociedad que prefieren? ¿Escaleras o Ascensor?
Álvaro Ramírez
Ingeniero Industrial con entrenamiento en USA, England, Holland, UCLA, Penn State y Michigan. Gerente de logística de bienes y servicios operaciones y proyectos en Shell de Venezuela, Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), Petroquímica de Venezuela, S.A. (PEQUIVEN), BARIVEN, y Canadian Oíl Company de Colombia. SEO PROCURAMOS, proyectos, consultoría y asesoramiento internacional.
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