Hambre

CANTACLARO – MANUEL BARRETO HERNAIZ – EL CANDIL – AÑO III – N° 111.

“Con la llegada del Programa Mundial de Alimentos (PMA) el régimen de Maduro reconoce que hay hambre en Venezuela. Durante mucho tiempo la Asamblea Nacional y las fuerzas democráticas lo han dicho, la Ayuda Humanitaria es vital para millones de venezolanos…”  Armando Díaz (El Venezolano News)

 “Todo lo vence el hombre, menos el hambre”.   

Séneca

Según la Real Academia Española, hambre es la escasez de alimentos básicos, que causa carestía y miseria generalizada. Si se relaciona con el concepto de seguridad alimentaria, el hambre entendida así es más visible, más urgente. Se entiende sin lugar a duda que afecta biológica y psicológicamente a la persona y a su descendencia.

Según Lenin el hambre tiene “numerosas consecuencias positivas”, pues “destruye no solamente la fe en el Zar, también en Dios. En una carta dirigida al Politburó el 19 de marzo de 1922, Lenin escribía: “Con tanta gente hambrienta que se alimenta de carne humana, con los caminos congestionados de centenares y de millares de cadáveres, ahora y solamente ahora podemos (y en consecuencia debemos) confiscar los bienes de la Iglesia con una energía feroz y despiadada. (…) Todo indica que no alcanzaremos nuestro objetivo en otro momento, porque solamente la desesperación generada por el hambre puede acarrear una actitud benévola, o al menos neutra, de las masas [hacia] nosotros”

Si bien la palabra hambre se utiliza en un sentido social y mucho más concatenada con la condición de extrema pobreza, miseria y desnutrición, el efecto del hambre o de ausencia de alimento en el organismo es una de las sensaciones más básicas no sólo del ser humano sino de cualquier ser vivo, y esta, más que una sensación, ha pasado a ser una terrible realidad que afecta a más del 60% de los compatriotas venezolanos. 

La desnutrición diaria es una forma menos visible del hambre, pero viene afectando considerablemente a buena parte de la población venezolana, al punto de plantearse seriamente, que ante tan ineludible y miserable realidad, en hambre que llegó a nuestro país de la mano irresponsable de la “Revolución Bonita”, viene a ser algo más grave que sentirse con el   estómago vacío, pues muchísimos de nuestros compatriotas están subsistiendo con mucho menos de las 2.100 kilocalorías recomendadas que una persona promedio necesita para llevar una vida sana.

Tanto la OMS y la FAO – aquella organización ayer no más nos “premiaba” como Nación bien alimentada, pero es tal el descaro, la aquiescencia o la desfachatez de esta Organización que, en su más reciente informe publicado, denominado “Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional: Sistemas alimentarios sostenibles para poner fin al hambre y la malnutrición. América Latina y el Caribe, 2018”, hay TOTAL ausencia de información real y verídica, sobre la situación alimentaria de Venezuela – señalan que… “Una mente con hambre no puede concentrarse, un cuerpo con hambre no toma la iniciativa, un niño hambriento pierde todo el deseo de jugar y estudiar…El hambre también debilita el sistema inmune. Privados de la nutrición adecuada, los niños con hambre son especialmente vulnerables y se vuelven demasiado débiles como para luchar contra la enfermedad y pueden morir por infecciones comunes como el sarampión y la diarrea…”.

“El socialismo salvará a los pueblos del mundo de la miseria, de la pobreza, del hambre y de la desigualdad” sentenciaba cual profeta iluminado Chávez en 2011. Tal vez ese utópico mensaje aún lo veía posible en ese momento, a pesar de haber dilapidado – para ese entonces- más de billón y medio de dólares… lo que ha acarreado, para nuestra nación, digamos que unos cuantos sinónimos de miseria, a saber: penuria, necesidad, escasez, indigencia, pobreza, estrechez; desgracia, desventura; sordidez, ruindad, y avaricia.

Valencia – Estado Carabobo – Venezuela

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