Héroes del Progreso, Parte 14: JOHANNES GUTENBERG

ALEXANDER C. R. HAMMOND – EL CANDIL – AÑO VI – N° 265.-


LA IMPRENTA –

Esta columna provee una breve introducción a los héroes que han realizado una contribución extraordinaria al bienestar de la humanidad.

Nuestro catorceavo Héroe del Progreso es Johannes Gutenberg, un orfebre e inventor alemán que creó la primera imprenta de caracteres móviles. Las invenciones de Gutenberg incluían un proceso para producir a escala masiva los caracteres móviles, el uso de tinta basada en aceite para imprimir libros, los moldes ajustables, la imprenta mecánica móvil y el uso de una imprenta de madera similar a las prensas agrícolas de la época.

Las ideas de Gutenberg iniciaron una revolución en la impresión, la cual mejoró considerablemente la difusión de la información. La imprenta ayudó a fomentar la parte tardía del Renacimiento, la Reformación, y la Revolución Científica, sentando así las bases para la Revolución Industrial durante la segunda mitad del siglo dieciocho.

Se conoce relativamente poco acerca de los primeros años de vida de Gutenberg. Se cree que nació en algún momento entre 1394 y 1404 en la ciudad de Mainz, del Imperio Santo Romano (en el territorio de la actual Alemania). Sí sabemos que Gutenberg nació en el seno de una próspera familia patricia dedicada al comercio y que creció aprendiendo acerca del comercio y de la orfebrería.

En 1411, los Gutenbergs fueron exiliados de Mainz debido a una rebelión en contra de la clase de los patricios. No sabemos mucho acerca de la vida de Gutenberg durante los próximos quince años, pero una carta escrita por él en 1434 indica que estaba viviendo en Estrasburgo (en el territorio de la Francia actual). Además, los registros legales del mismo año indican que era un orfebre y un miembro de la milicia de Estrasburgo.

Mientras estaba en Estrasburgo, Gutenberg hacía espejos de mano hechos de metal que los peregrinos compraban y usaban cuando visitaban los sitios santos (se creía que los espejos de mano podían capturar la luz santa de las reliquias religiosas). Las habilidades para trabajar con el metal de Gutenberg demostraron ser útiles cuando desarrolló el carácter móvil de metal que se utiliza en la imprenta.

En 1439 Gutenberg tuvo problemas financieros. Incapaz de apaciguar a sus inversores, se dice que Gutenberg compartió un “secreto” con ellos. Se dice que el secreto era un proceso muy mejorado de imprimir. Un año después, Gutenberg supuestamente declaró que había perfeccionado el arte de la impresión. Dicho esto, todavía faltaba mucho para llegar a tener un prototipo factible de su imprenta.

En 1448, Gutenberg volvió a Mainz. Gracias a un préstamo de su cuñado, Arnold Gelthus, fue capaz de construir una imprenta operativa en 1450. Una imprenta funcional permitió a Gutenberg convencer a Johann Fust, un próspero prestamista, de que le preste más capital para financiar un mayor refinamiento del proceso de impresión. Peter Schöffer, el yerno de Fust, también se unió a la empresa y es probable que Schöffer diseñó algunos de los primeros tipos de letras de la imprenta.

Es ampliamente aceptado que Gutenberg tenía dos imprentas, una de textos comerciales lucrativos, y otra reservada para imprimir la Biblia. En 1455, las primeras 180 copias de la Biblia de Gutenberg fueron completadas. Sin embargo, en el mismo año, Fust demandó a Gutenberg y exigió que le devolviera su dinero, acusando a Gutenberg de una mala asignación de fondos. La corte falló a favor de Fust, lo cual le dio la posesión del taller de imprenta y de la mitad de todas las Biblias impresas.

El fallo de la corte dejó a Gutenberg efectivamente en la bancarrota. Todavía decidido, Gutenberg logró abrir una pequeña tienda de impresión en Bamberg (Bavaria) en 1459, donde continuó imprimiendo Biblias. En 1465, el Príncipe Arzobispo de Mainz reconoció los logros de Gutenberg nombrándolo un Hofmann o caballero de la corte. Esto implicaba que, hasta su muerte en 1468, Gutenberg viviría cómodamente en virtud del considerable salario anual de la corte. 

La innovación de Gutenberg se esparció rápidamente a través de Europa y más allá. Esto implicó que los libros y los panfletos se volvieron mucho más baratos y accesibles. El diluvio de textos impresos ayudó a aumentar la tasa de alfabetización alrededor del continente. El conocimiento médico, científico y técnico proliferó, mejorando las vidas de millones de individuos. Los tratados filosóficos, religiosos y políticos abundaban. Los controles monopolísticos que los gremios y la nobleza habían mantenido sobre la vida económica y social de Europa durante siglos se habían roto. Es por estas razones que Johannes Guttenberg es nuestro catorceavo Héroe del Progreso.

Este artículo fue publicado originalmente en HumanProgres.org (EE.UU.) el 22 de marzo de 2019.


Alexander Hammond

Analista de Políticas Públicas en el Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Titular de African Liberty y ex-investigador del Instituto Cato.


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