VALORES – ALVARO RAMÍREZ – EL CANDIL – AÑO III – N° 112.
Amanece hoy lunes, luego de una semana de manifestaciones en Colombia. Paros, además de acciones de vandalaje, saqueos, destrucción y hasta asesinatos, porque el gobierno propuso ante el congreso una reforma tributaria. El año pasado fue porque unos policías mataron a un estudiante de derecho. Hace año y medio en Chile se incendió medio país porque el pueblo, guiado por sus líderes, consideró que debía cambiarse la constitución. Solo el metro costo repararlo 11 meses. Un poco después, en Bolivia se incendió el país, porque unos pocos querían que el presidente volviera y otros, no lo querían por haber hecho fraude. Murieron unos cuantos porque el oxígeno no podía llegar a los pacientes que lo necesitaban con urgencia por la pandemia. Ecuador y Perú tampoco se han salvado de esas acciones “depuradoras” en su momento. Hace unos años, nuestro pueblo se entusiasmó, cuando su líder le prometió que iba a “freír en aceite” la cabeza de quienes no le permitían vivir como se merecía.
Pareciera que nuestros pueblos están muy claros que se necesita acabar con todo lo que le ha costado esfuerzo construir para vivir mejor, con tal de desahogar la furia y empezar a disfrutar del fruto de la destrucción: Vivir sin transporte, sin oficinas públicas, sin parques, sin universidades, en fin, sin todo aquello que se necesita para poder progresar como comunidades organizadas. Guardadas las proporciones, me acuerdo de los individuos que amenazan con suicidarse, si su pareja no le cumple sus deseos, o el demente que incendia su edificio porque no le gusta el administrador. Claro, al día siguiente todos los lideres salen a felicitar al pueblo que ha demostrado su poder, su inteligencia y su capacidad de cambiar gobiernos. Y cada votante, sigue creyendo que su líder lo considera inteligente. Cuando se acabó la ilusión de vivir repartiendo sin producir, su líder le dijo o al pueblo, y este le creyó, que debían seguir apoyándolo en la destrucción, así sea “desnudos y sin empleo”. En la pandemia se ha llegado al extremo, que explícitamente un líder en Colombia le ha dicho al gobierno, que debe hacer lo que Él le ordena, si no quiere más contagios (En otras palabras, si no quiere que haga suicidar al pueblo).
Pareciera que nuestros pueblos hubieran sido contaminados con un virus especial invisible que se aloja en su mente y produce estos efectos. Hay muchos sociólogos y analistas tratando de entender y justificar esas actuaciones, o aceptación, partiendo de la premisa que “el pueblo no se equivoca”, como dijo un presidente y sin resultados positivos en cuanto a la modificación de la conducta suicida.
Además de este virus sociológico y como para entender mejor la situación, ahora se ha presentado el COVID 19. Un virus que no se puede ver, que es altamente contagioso, que parece no tener como curarse y que mata. Parece que lo que más claramente tienen en común estos dos virus, es que solo son perceptibles por sus resultados: “Nefastos”.
Creo que llegó la hora de aprovechar lo aprendido. Creo que ya sabemos lo suficiente como para crear nuestro propio virus. Eso sí, a diferencia de los anteriores, que produzca resultados positivos: una sociedad mejor, más feliz, prospera, justa y que progrese. En otras palabras, la que todos queremos para nuestros hijos y nietos. Como es de imaginarnos, es necesario seleccionar cuidadosamente los componentes. Tenemos la ventaja de haber ensayado bastante, especialmente las últimas generaciones, como para saber cuáles son los que producen resultados positivos y cuales son solo espejismos. Factor importante es, cómo combinarlos para hacerlos indetectables, que sea difícil combatirlo, y que sea altamente contagioso, a ver si logramos la “contaminación de rebaño”, en vez de la “inmunidad de rebaño”.
Los componentes del virus que debemos crear son los VALORES: El Conocimiento como escalera al éxito, La Educación y Necesidad de aprender, Honestidad, Participación, Responsabilidad.
El otro factor es, táctico. Cómo empezar a difundirlo, hasta logar la propagación contaminadora. En este caso tenemos que luchar con los contravalores, para derrotarlos. La estrategia sería la campaña masiva, dirigida inicialmente a los niños, que ayudan cuestionando y haciendo pensar a sus mayores. Complemento de la estrategia sería hacerles preguntas alusivas, como hacen los maestros, para lograr que su mente piense y concluya en la conveniencia, de practicar un VALOR determinado. También el “bombardeo” permanente, de manera de lograr que las mentes, a pesar de sus ocupaciones, siempre estén expuestas a recibir en cualquier momento el nuevo virus. Algo parecido a lo que hacen los políticos con sus slogans.
¿Cómo pudiera hacerse?: Diseñar una imagen, con tres preguntas que son un número que no causa cansancio al leerlo, se puede memorizar fácil, se puede imprimir y trasmitir en cualquier medio, bien sea pancarta gigante, afiche, imagen de bolsillo o jingle publicitario y llama la atención por ser preguntas personalizadas. A modo de ejemplo:

Se puede enmarcar en un cuadro de color no violento, de manera que quede como una imagen. Su poder se demostrará cuando se inunden las calles y carreteras con esa pancarta, las tapas de los cuadernos la tengan, (Las empresas pueden ayudar imprimiendo cuadernos con esa tapa), los juegos tengan ese sticker, en cada salón de clase haya un cuadro con las preguntas, los sitios públicos tengan la imagen y las empresas la incluyan en su material publicitario. Este puede ser el comienzo. Después creamos e impulsamos otras cepas como, el “respeto por pensar diferente”, “la importancia de sumar esfuerzos” etc.
Creo que nuestras sociedades tienen mucho en juego y quiero pensar en forma optimista, que de verdad queremos dejarles un mundo mejor a nuestros descendientes. Sin VALORES, una sociedad tiende a su destrucción. Hasta las organizaciones e imperios más poderosos, basados en contravalores, a pesar de su aparente éxito terminan en su exterminio. Nuestras sociedades no pueden darse el lujo de tener un mundo cada vez peor. ¿Hacemos el intento? ¿Se anima Ud. a proponer preguntas que infundan VALORES por afirmación o contraposición, para armar un catálogo que permita preparar las imágenes?
Bogotá – Colombia
