Por Nervis Nava

«La Intuición es una cualidad Espiritual y No explica el camino; sino sencillamente Lo señala»

Florence Escovel Shinn

Se aprendió en actividades académicas que el cerebro está constituido por dos hemisferios, derecho e izquierdo; que la parte derecha está relacionada y de hecho demostrado,  que en esa parte  se ubican la percepción u orientación espacial, la conducta emocional, la facultad para controlar los aspectos no verbales de la comunicación, intuición, reconocimiento y recuerdo de imágenes, voces y sonidos; o sea, el hemisferio derecho piensa y recuerda en imágenes, por lo que estudios han demostrado que las personas cuyo hemisferio dominante es el derecho, estudian, piensan recuerdan y aprenden de mejor manera con imágenes, llegando a ser personas con mayor capacidad creativa, con un alto grado de imaginación y un porcentaje elevado de emocionalidad.

«Las palabras forjan la realidad pero no la son»

Alejandro Jodorowsky

Mientras tanto, el hemisferio izquierdo es más complejo, allí se encuentran las zonas con las funciones específicas del lenguaje, además de la capacidad de análisis, de hacer razonamientos lógicos, resolver problemas numéricos, aprender información teórica y hacer deducciones; por lo que se dice que en la mayoría de las personas el hemisferio izquierdo es el dominante, por estar relacionado con la parte racional y  con  la capacidad lingüística del ser humano.

Se hace este preámbulo a manera de establecer como de manera académica y científica está establecido que es en la parte derecha del cerebro, donde se ubica lo relacionado al tema que nos ocupa hoy,  sin embargo, la intuición es algo que va mucho allá de consideraciones establecidas, y cualquiera que quiera profundizar en este estudio,  por demás complejo, puede hacerlo a través de la infinita literatura que existe al respecto, desde los ángulos de la ciencia, la filosofía y la metafísica.

«Confía en tu intuición, todas las respuestas están  dentro de ti«

Soy Espiritual

Ahora bien, desde mi perspectiva muy particular, cada persona tiene un estado de consciencia en función a sus creencias y de su comprensión sobre la vida. Lo que para unos es normal, para otros es un error, y lo que para unos puede ser algo imposible y milagroso, para otros es un hecho y una realidad.

Como seres  espirituales, viviendo una experiencia humana, mantenemos un vínculo con nuestro verdadero origen, es una conexión que podría semejar a un “cordón umbilical”  a través del cual somos guiados en nuestras acciones en este transitar de evolución; y en la medida que podamos localizarnos en la conciencia espiritual con el infinito y con nuestro prójimo, e intentamos establecernos en la convicción de la Divinidad del Hombre a través de la Intuición, podemos convertirnos en instrumentos eficaces para las acciones que debemos seguir en el desarrollo de nuestras aptitudes y acciones dentro de nuestras responsabilidades.

“La Intuición y no la razón atesora la clave de las verdades fundamentales”

Buda

En la medida que nos tornamos conscientes de esa guía, que tratamos en la  quietud y en el silencio de escuchar intuitivamente, podemos darle solución a las vivencias diarias; si aprendemos a confiar es nuestra intuición y seguir esa voz que  no escuchamos, sino que “sentimos”, ello nos ayudará tomar decisiones más acertadas; ya lo dijo Albert Einstein, “… lo único verdaderamente importante es la Intuición…” y no es que ello sea magia o cosa rara, sino que la Intuición es una “sutil capacidad” un “sentimiento” que nos inclina totalmente hacia un lado, para hacer una valoración, en fracciones de segundos, si una persona es de fiar o no; si un abrazo es sincero o no; si debemos tomar un camino y no otro, si aceptar una oferta de empleo o rechazarla, continuar o no con un proyecto, etc.; hay quienes meditan mucho las cosas; otros en cambio se dejan guiar por ella: por la Intuición. Hay quien sabiamente escribió que “…ningún marinero consulta un libro para saber afrontar un océano revuelto, se deja llevar por su intuición, por esa voz interior que sabe leer los peligros y prever la mejor ruta, la mejor estrategia…”  La Intuición es esa que se sigue en muy pocos segundos, es sentir el Alma de nuestro origen que nos habla…..

«Dudo que algún día un ordenador o un robot logre igualar  la intuición del intelecto humano.»

Isaac Asimov

Es muy cierto que siendo la Intuición el sendero del inconsciente al mundo consciente, nadie nos va a garantizar que por seguir nuestra intuición, siempre se tomen las decisiones más exitosas; lo que si es que actuaremos de acuerdo a nuestra esencia y reales valores, emociones y valoraciones obtenidas de acuerdo a nuestras experiencias previas y avanzaremos paso a paso en un adecuado equilibrio interior; ya que actuar intuitivamente nos permite aflorar nuestra conciencia y nuestras emociones, tomando decisiones más rápidas, de allí la importancia al atrevernos a desarrollar y potenciar nuestra Intuición, lo que nos llevará,  sino a  tomar decisiones acertadas, por lo menos decisiones más conectadas con nuestras auténticas necesidades para la evolución de nuestro Ser y eso si es realmente importante.

Debemos estar claros que la Intuición se siente, no se piensa, por ello es necesario, aprender a escuchar nuestras emociones, y entender qué es lo que acontece en nuestro mundo interior ,  y de esa manera encontrar la calma y el equilibrio; alcanzando un estado mental de calma profunda para ser más receptivos a la guía de nuestro origen, para ello debemos ser más libres de pensamiento y estar más receptivos a nuestras emociones; permaneciendo atentos a esas “corazonadas” que pueden ser una guía acertada y bien vale la pena dejarnos guiar por ese lenguaje tan especial..

Naguanagua-Estado Carabobo-Venezuela

Sábado, 01 de febrero de 2020