La dictadura del proletariado en Venezuela

FREDDY RIERA – EL CANDIL – AÑO IV – N° 185.-


¿Desde una dictadura de derecha a una dictadura de izquierda?

Analizando el sistema político y económico creado en Venezuela en el período “democrático” a partir de la constitución de 1961, desde una perspectiva de la economía liberal, se llega a la conclusión que su diseño fue influenciado por la ideología comunista.

Esta fuerte presencia de elementos del sistema comunista tiene su explicación en que el nuevo liderazgo político emergente que se hizo con el poder en Venezuela tras el vació de poder en 1958, eran todos militantes de la izquierda.

Al momento de crear la organización para el nuevo estado que suplantaría a las instituciones de la dictadura de derecha saliente, no podía ser el reemplazo de una dictadura de derecha por otra dictadura de izquierda, ya que la única forma de operar el comunismo es mediante el uso de la fuerza, la confiscación de la propiedad privada y la dictadura del proletariado, por tanto, no era posible salir de Pérez Jiménez para entrar en una dictadura de izquierda.

Así que, la mejor idea que se les ocurrió fue la creación de una “democracia social”; además, los EEUU tenían intereses muy poderosos en territorio venezolano, y no permitirían que los comunistas se hicieran con el control del gobierno poniendo en riesgo las inversiones norteamericanas en Venezuela, y sobre todo, la interrupción del suministro confiable de materias primas estratégicas.

Ni uno solo de los integrantes de ese nuevo liderazgo tenía formación en economía, ni eran empresarios; o eran abogados, poetas, escritores, o simplemente militantes exiliados de la izquierda en algún país latinoamericano.

Con la llegada de la “Democracia social”, se abren las puertas a un tipo de libertad pesimamente administrada-mejor dicho-se abren las puertas a una libertad casi absoluta en materia de ordenamiento catastral, urbanístico, social, y legal.

Lo ilegal se convierte en norma y paulatinamente, lustro tras lustro, y casi sin que lo notáramos, Venezuela se fue transfigurando desde un país bonito y organizado, a algo feo, muy feo, desorganizado, caótico y marginal.

El comercio ilegal, el contrabando, la evasión de impuestos, los indocumentados, los buhoneros, las invasiones, construcciones ilegales, el robo de la electricidad, del agua, el colapso de todos los servicios, la corrupción y el clientelismo político se convirtieron en algo normal, cotidiano.

El país inició así el lento recorrido hacia la decadencia en todos los aspectos, condenándola de forma irreversible al subdesarrollo, con contadísimas excepciones de algunos esfuerzos individuales privados de hacer las cosas de forma sobresaliente.

El nuevo estado democrático interviene a la industria privada

En esa nueva Venezuela democrática se introduce, se implanta, crece y se multiplica el germen de la dictadura del proletariado, concepto eminentemente comunista, insertado por la fuerza en un entorno económico crematístico con predominio de la propiedad privada. Ese germen se llamó “sindicato”. Ahora el gobierno tendrá injerencia en la empresa privada a través de esa figura muy propia del sistema comunista, ya que estas organizaciones tenían un vaso comunicante con el Partido Comunista de Venezuela, con Acción Democrática, el MEP, Copey y el Mas, todos de izquierda.  

El nuevo estado democrático interviene políticamente e ideológicamente en todos los sectores de la vida del país. Interviene a la empresa privada por medio de los sindicatos de obreros y organizaciones campesinas, interviene en todos los organismos públicos con los sindicatos de obreros y trabajadores, también interviene en la educación media y universitaria del sector público por medio de los centros de estudiantes; También interviene el sector de profesionales y técnicos por medio la creación las organizaciones gremiales; Crea a la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), es decir, crea todo este entramado y una red de orientación marxista con el apoyo de los partidos políticos configurando una estructura ideológico-social cuya postulado primordial se basaba en ver al capital, al empresario y a las transnacionales como enemigos, como causantes de la pobreza, y por lo tanto era necesario “redistribuir la riqueza”.

Todos los sindicatos de obreros, campesinos, maestros y centros de estudiantes estaban controlados por comunistas. Los gremios profesionales y técnico los controlaba Acción Democrática y Copey.

En el estado Bolívar el sindicalismo alcanzo niveles de violencia extrema. Los sindicatos operaban como auténticas mafias con matones a sueldo dentro de sus filas. 

El sindicalismo como arma para doblegar a las transnacionales

El sindicato fue legalizado en Venezuela para ser usado como arma política de presión contra las empresas transnacionales del petróleo que operaban en el país.

Uno de los objetivos del nuevo gobierno democrático era aumentar la participación del estado en el negocio petrolero y la explotación de materias primas como el hierro y el aluminio. Ellos sabían que el arma diplomática no era suficiente, así que los obreros organizados en sindicatos con derecho al paro y negociar contratos colectivos, eran un medio para forzar la obtención de beneficios en la mesa de negociación y en la promulgación de leyes que otorgasen al estado el total control de esas industrias. Es decir, se trazó la ruta hacia el estado intervencionista con una marcada tendencia hacia la izquierda alejándolo mucho más del modelo liberal republicano.

Los sindicatos también fueron organizaciones donde se impartía doctrina comunista anticapitalista para hacer frente a la supuesta explotación de los obreros por parte de las transnacionales capitalistas.

Leyes a favor de la clase obrera en detrimento de la empresa privada

Ley del trabajo, Ley de sindicatos, Seguro Social, Ley de política habitacional, el pago de vacaciones, utilidades, pago por prestaciones sociales, antigüedad, cesantía, maternidad, despidos injustificados, contratos colectivos, derecho al paro, las penalidades a las empresas, el control de precios, altas tasas de interés, alta inflación, burocracia administrativa, corrupción en puertos, aeropuertos, aduanas y organismos del estado, el cesta ticket, fiscalización de organismos de control ambiental, todo esto suman costos que hace inviable a muchos proyectos de inversión.

En Venezuela, para poder hacer viable algunos proyectos era indispensable el subsidio por parte del gobierno, o la imposición de altos aranceles a productos importados. Además, los costos internos eran tan altos que nuestros productos no podían competir con los similares de otros países frenado así las exportaciones.  

Toda la estructura del modelo democrático creado en Venezuela daba mayor preponderancia al tema social olvidando casi por completo el tema de la política económica para el progreso, olvidó por completo al empresariado, a la empresa privada, y a la propiedad privada, cuando lo ideal es que, asignando la importancia debida al tema económico, creando un sistema para el éxito de los individuos por medio de las empresas privadas, se estaría resolviendo además por efecto directo, el tema de la escasez, la inflación la pobreza y la distribución de la riqueza.

Esta red de sindicatos y agrupaciones de carácter político fueron agentes retardadores del progreso y del desarrollo de la nación. Eran una camisa de fuerza para el empresario. Los sindicalistas pretendieron siempre esquilmar las ganancias del empresario, tomar parte de la ganancia por nuevos desarrollos o inventos, donde la única participación de obrero era poner sus manos para la realización del producto.

El sistema Democrático venezolano preparaba al individuo para ser empleado y no para ser empresario. Fedecamaras era el enemigo a derrotar. Eso lo enseñaban en todas las universidades públicas.   

Y todavía hay muchos que se preguntan poque el comunismo se apoderó del gobierno.


Digamos no al populismo, no al socialismo, no al comunismo, no a la cuarta. Venezuela exige un nuevo rumbo. Venezuela necesita una república liberal.


La CTV fue un órgano comunista anti empresarial

Freddy Riera
Freddy Riera

Economista venezolano en el exilio. Gerencia de Empresas IESA. Experto en logística de abastecimiento. Amplia experiencia profesional en Petroquímica de Venezuela, S.A (PEQUIVEN), Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) – BARIVEN. Empresa privada y SEO en RIVSA como consultor e instructor en cadena de suministros.


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2 comments

  1. Muy de acuerdo con lo escrito en esta nota.Pues lo que tenemos hoy en Venezuela es la cosecha de los ideales cultivados por esos politicos que sacaron al dictador Marcos Perez Jimenez. Esperemos que los jovenes exiliados puedan regresar a ese hermosos pais, ya libre de estos politicos corruptos y ladrones que han hundido en la misera a esa gran nacion.Esperemos que los futuros jovenes puedan lograr nuevas y frescas ideas que permita ese crecimiento deseado para la nueva Venezuela !!!

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