La Internacional de las Democracias

PETROLEO SIN RESERVAS – RAFAEL GALLEGOS – EL CANDIL – AÑO III – N° 120.

Estados Unidos inició su Independencia con trece estados y se expandió hasta cincuenta. ¿Hasta dónde esa unificación ha influido en su éxito? Contrariamente, ¿tantas patriecitas al sur del Río Grande han influido en su eterno subdesarrollo? ¿Tendría la misma fuerza mundial y prosperidad Estados Unidos si fueran, digamos, veinte o treinta países en lugar de uno solo? ¿Y si la parte hispana de América se hubiera integrado en un solo país, seríamos un subcontinente más exitoso?

EL ESPACIO VITAL

En los albores del siglo XX Estados Unidos era una potencia que requería del Mar Caribe para sus designios. De allí la dominación de Puerto Rico y de Cuba. La “liberación” de Panamá de Colombia fue un imperativo de la construcción del Canal.  El Caribe se fue convirtiendo en el patio trasero de Estados Unidos. Las repúblicas hispanas, débiles y separadas, se limitaron a cumplir designios imperiales. También hay que recordar la historia de las bananeras, muy bien descrita en el relato novelado “Tiempos recios” del maestro Vargas Llosa, designado el libro del año 2020 en España.

LA INTERNACIONAL DE LAS ESPADAS

Para los años cincuenta Latinoamérica estaba minada de dictaduras militares. Somoza, Odría, Pérez Jiménez, Perón, Rojas Pinilla, Trujillo, Batista y paremos de contar. Dictaduras que eran producto de la guerra fría: el comunismo soviético versus el capitalismo. En Estados Unidos el anticomunismo fue una cruzada que arruinó prestigios y economías. La meteórica carrera de Richard Nixon, a los 37 años vicepresidente de Estados Unidos, está asociada a su rol como inquisidor anticomunista. Estados Unidos se sentía más seguro con militares represivos y obedientes, que con demócratas que ellos consideraban procomunistas.

Hacia la segunda parte de esa década de los cincuenta, las dictaduras comenzaron a caer como barajitas y fueron sustituidas por gobiernos democráticos. Rómulo Betancourt se convirtió en la referencia democrática del Caribe. La referencia dictatorial era el dominicano Rafael Leonidas Trujillo, alias Chapita. 

El 14 de junio de 1959, Fidel Castro, secundado por Betancourt, intentó invadir República Dominicana desde Cuba. En medio de muchas emociones salió del aeropuerto el primer grupo. El planificado segundo lote, nunca salió. El gobierno norteamericano le comunicó a Fidel Castro que si no abortaba la operación, invadirían Cuba. Castro se echó para atrás. A los patriotas dominicanos los masacraron.

En 1960 Trujillo intentó asesinar a Betancourt. En mayo de 1961 Trujillo fue asesinado por su misma gente.

Fidel Castro se constituyó en la tercera referencia política del Caribe: el comunismo. Trató de tomar a Venezuela como cabeza de playa para su revolución y fue derrotado por la democracia venezolana. En Latinoamérica ningún movimiento guerrillero llegó al poder, hasta el arribo de los sandinistas en Nicaragua.

En 1968, la invasión a Checoslovaquia desnudó al llamado comunismo real. A partir de allí tomó fuerza la idea de hacer la revolución socialista por la vía democrática. A la izquierda latinoamericana la emocionó el triunfo del socialista Salvador Allende en 1970. A los pocos años su gobierno fue derrocado. En el golpe de estado influyeron el fracaso económico, la polarización del país, la inacabable visita opinando de lo humano y lo divino que hizo Fidel Castro a Chile, y fundamental, el apoyo norteamericano al golpe.

Se instaló Pinochet en el poder. Volvieron las espadas como antídoto al comunismo y con simpatía norteamericana, del cono sur: Uruguay, Chile, Argentina; además en otros países cercanos.

LA NUEVA ESTRATEGIA COMUNISTA

Desde la derrota de la guerrilla venezolana, Castro y otros revolucionarios diseñaron una nueva estrategia para tomar el poder. Se trataba de carcomer la democracia desde adentro. De infiltrar adeptos comunistoides en las milicias. En Venezuela formaron una primera generación que no pudo tomar el poder; luego con el militar Hugo Chávez, arrojado, simpático y carismático, lograron su cometido.

En esta estrategia se enmarca la recepción de jefe de Estado que le dio Fidel Castro a Hugo Chávez en La Habana, cuando la visita que les éste les hizo luego de salir de la cárcel. Fidel Castro recibió y despidió a un sorprendido Chávez en la escalerilla del avión. La suerte estaba echada. Nacía el castrochavismo.

La estrategia era integral, para quedarse de por vida en el poder. Cuba sería la base de operaciones.

Para no espantar a los pueblos no hablarían de comunismo, sino de democracia protagónica y popular, (más allá de la oprobiosa “democracia burguesa”). Castro iba tras su viejo sueño de “colonizar” a Latinoamérica (¿“castrizar”, “castrar”?).

Acusarían a los líderes tradicionales de pitiyankis, corruptos y entreguistas. Harían muchas elecciones con un grosero ventajismo. Se promocionarían como defensores de la libertad de expresión mientras debilitaban a los medios por el suministro de papel, no renovaban concesiones, embargaban, o simplemente compraban las empresas televisoras, radiales y de periódicos. Hegemonía comunicacional. 

Desprestigiarían a los empresarios, los expropiarían e invadirían sus industrias. Confundirían a la población desvirtuando términos como individualismo y emprendimiento privado, haciéndolos ver como egoísmo e injusticia. Le dirían al pueblo “ser rico es malo” y “tú eres pobre porque tu vecino es rico”, fomentando el odio de clases. Confundirían adrede, fracaso con resentimiento, mérito con mediocridad. Desprestigiarían la educación y la salud privada, en lugar de hacerlas servir de refuerzo. Una estrategia integral aplicada. Como la teoría de la rana hervida, nada de golpe, todo poco a poco.

En Venezuela solaparían los efectos de la destrucción del aparato productivo importando hasta cerca de cincuenta mil millones de dólares al año, y por varios años dieron (habrase visto) dólares para viajar al extranjero. El desiderátum era la destrucción estratégica del capitalismo y de la democracia.

El Foro de Sao Paulo sería la escuela latinoamericana para tomar el poder. Allí, unidos, generarían estrategias comunes que los conducirían al éxito. En pocos años, a Cuba y Nicaragua se agregaron Venezuela, Argentina, Brasil, Ecuador, Bolivia. Hoy perdieron en Ecuador, están a punto de ganar en Perú, el año que viene esperan regresar en Brasil, y están expectantes con dos joyas de la corona: Colombia y Chile.

Y ahora cuentan con el apoyo del nuevo eje geopolítico Rusia, China, Siria e Irán. Y el acompañamiento de grupos subversivos. Y todo por la vía “democrática”.

DEMOCRATAS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS

Así como predicamos la Unidad en Venezuela como el primer mandamiento para llegar al gobierno, también hace falta la Unidad democrática en América Latina.

Los movimientos democráticos deben actuar en conjunto, diseñar estrategias comunes. Planificar más allá de la simple toma dl gobiernos, diseñar planes para enseñar lo fundamental de mantener sistemas democráticos, desenmascarar tanto disfraz que corroe la democracia, poner plazos y estrategias que acaben el hambre y la pobreza. Hacer un bloque de liderazgo demócrata que actúe en conjunto. Forzar medidas vinculantes en las áreas electorales y ambientales.

Crear una Internacional de las Democracias que diseñe matrices acerca de las bondades de la libertad de empresa, de expresión, políticas sociales, democracia, alternabilidad, innovación, versus las acciones de los autócratas: expropiaciones, hegemonía comunicacional, ventajismo electoral y perpetuación en el poder; y modelos de producción anacrónicos.

Para el año que viene Venezuela tiene la oportunidad de ganar el Revocatorio. Es el único movimiento eleccionario del año 2022, donde las encuestas estarán a favor de la democracia. ¿Entonces?

Es urgente que todos los líderes opositores se reúnan alrededor de las elecciones regionales y locales. Movilizar a las masas, desde ya, para el Revocatorio.

¿Qué hora es? La hora de la democracia latinoamericana. ¿No tiene reloj? Compre uno, porque a este paso… no amanece.

Venezuela merece una industria petrolera de primera, que sea capaz de contribuir a la construcción de un país de primera. ¡Hasta cuándo!

Caracas – Distrito Capital -Venezuela

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