Por Nervis Nava
Hubo una mujer que fue diagnosticada con una enfermedad terminal, y a quien le pronosticaron como máximo, sólo tres meses de vida. Así que decidió poner todo «en orden«; y entre otras cosas, contactó a su sacerdote y lo citó en su casa para discutir algunos aspectos de su última voluntad.
Le dijo qué canciones quería que se cantaran en su funeral, qué lecturas hacer y con qué traje deseaba ser llevada a su última morada…e igualmente entre sus solicitudes indicó, que deseaba ser enterrada con su Biblia favorita.
Estando ya todas sus indicaciones listas, y el sacerdote se estaba preparando para irse, la mujer recordó algo que era muy importante para ella, y sería un mensaje post-morten para todos, quienes le acompañaran en esos momentos…
– Padre, hay algo más, dijo exaltada; – Qué es?, preguntó el sacerdote.
– Esto es muy importante, continuó la mujer. Quiero ser enterrada con un tenedor de plata en mi mano derecha.
El sacerdote quedó impávido mirando a la mujer, sin saber exactamente qué decir. –
A lo cual ella le dice: Eso lo sorprende cierto…?
– Bueno, para ser honesto, estoy intrigado con la solicitud, dijo el sacerdote. A lo cual ella procedió a darle una explicación:
– En todos los años que he asistido a eventos sociales y cenas de compromiso, siempre recuerdo que cuando se retiraban los platos del platillo principal, alguien inevitablemente se acercaba a uno para indicar: » Conserve el tenedor en su mano derecha” …. Y esa era mi parte favorita del evento, porque sabía que algo mejor estaba por venir, como pastel de chocolate o pastel de manzana……Algo maravilloso y sustancioso! Así que quiero que la gente me vea dentro de mi ataúd con un tenedor en mi mano derecha y todos se pregunten: «Qué significa el tenedor?» Después quiero que usted les diga: «Se quedó con su tenedor porque para ella, lo mejor está por venir.»
Los ojos del sacerdote se llenaron de lágrimas de alegría mientras abrazaba a la mujer despidiéndose. El sabía que esta sería la última vez que la vería antes de su muerte. Igualmente había comprendido que la mujer tenía un mejor concepto de la esperanza cristiana que él mismo; ella sabía que algo mejor estaba por venir.
Durante el funeral, la gente pasaba por el ataúd de la mujer y veían el precioso vestido que llevaba, su Biblia favorita y el tenedor puesto en su mano derecha. Una y otra vez el sacerdote escuchó la pregunta: «Qué significa el tenedor?». Y una y otra vez el sacerdote le platicó a las personas la conversación que había tenido con la mujer poco tiempo antes de morir, y acerca del significado que ella le había dado al hecho de conserva en su mano “el tenedor”…
El sacerdote les dijo a las personas cómo él no podía dejar de pensar en el significado que aquella mujer le había dado al hecho de conservar el tenedor y probablemente ellos tampoco podrían a partir de ese momento, dejar de pensar en él. Estaba en lo correcto. Así que, la próxima vez que tomes en tus manos un tenedor, déjalo para que te recuerde, “Que lo mejor está aún por venir”
Autor Desconocido.
Naguanagua-Estado Carabobo-Venezuela
16 de noviembre de 2019
