Por Freddy Riera

Continuando con el resumen del libro de Friedrich Hayek, “El Camino de Servidumbre”, toca esta vez al capítulo VI, en el cual se deja claro que el colectivismo, o el modelo social de Planificación Centralizado, requiere la total intervención del estado en la definición de necesidades, la producción de bienes y su distribución. Esto significa que, a mayor intervención del estado en estos asuntos, más cerca del totalitarismo se está.

Los hechos confirman que el estado de derecho, cuyo principio fundamental es la ley formal, donde todo caso debe juzgarse de acuerdo con preceptos racionales generales sujetos al menor número posible de excepciones, y basado en supuestos lógicos, solo prevalece en estados con sistemas económicos capitalista y modelo político republicano, es decir, bajo el modelo liberal.

Lo que más resalta y con mucha claridad en un país libre con modelo liberal, es la observancia de los principios del estado de derecho (Rule of Law).

Esto significa que el estado esta sometido, en todas sus acciones, a normas fijas conocidas de antemano. Eso permite a los ciudadanos prever con certidumbre como el estado usará la autoridad en cada circunstancia, y disponer sus propios asuntos individuales.

Lo esencial aquí es que, conociendo que el hombre es falible, se debe reducir todo lo posible la discreción concedida a los órganos ejecutivos dotados de un poder coercitivo.

El estado republicano liberal bajo el imperio de la ley no podrá penalizar los esfuerzos individuales a pesar de que toda ley restringe hasta cierto punto la libertad individual.

El estado de derecho establece grados de libertad dentro de un marco regulatorio, donde los individuos se mueven para lograr sus fines, por tanto, el estado no podrá utilizar de forma arbitraria ni deliberadamente su poder o su autoridad para frustrar los fines y deseos personales.

Este modelo garantiza igualdad de condiciones y las mismas reglas de juego para todos sus ciudadanos. Bajo el modelo liberal, la actividad productiva es guiada por las decisiones individuales, y en un estado bajo el modelo comunista totalitario, están bajo la discrecionalidad y el control de un órgano central, mejor conocido como planificación centralizada.

De modo que uno de los distingos o rasgos que diferencian a estos dos modelos de organización social, es quien toma las decisiones en la producción de bienes y servicios.

En el modelo liberal las decisiones de la actividad productiva es individual, es libre, y bajo el modelo comunista es el estado quien se erige por encima del individuo cercenado su libertad, y mediante un órgano centralizado o planificación centralizada decide y controla todo el aparato productivo, reduciendo, o mejor dicho, ignorando por completo las necesidades individuales, los fines, y los medios, estableciendo patrones únicos de necesidades, imponiendo características únicas, estándares generales para la población, eliminado en consecuencia y por completo la capacidad de decisión del individuo.

La planificación económica de tipo colectivista necesita la arbitrariedad para poder funcionar. Es la arbitrariedad la condición necesaria e indispensable para poder establecer un modelo de Planificación Centralizado de la producción, para cual, antes hay que suprimir el estado de derecho.

Para muestra, aquí va este botón: Las cajas CLAP de Venezuela (Cajas con alimentos no perecederos). Si el organismo encargado de planificar y decidir cuales productos incluir, la cantidad y la calidad, con base en las necesidades particulares de cada individuo, lo mas probable es que el abanico de opciones alcanzará proporciones inmanejables por un organismo central.

Pero, además, el estado no dispone de la capacidad operativa para satisfacerlas, de tal modo que el modelo colectivista va reduciendo la variedad de productos y progresivamente van adoptando las distintas factorías a un solo tipo de bien, ya que ello les facilita el control.

Un símil utilizado por Hayek para ayudar a comprender esa diferencia es el siguiente: Hay una gran diferencia entre una ley que obliga a las personas a circular por un sitio determinado y una ley que suministra señales indicadoras y que la gente siga el camino que quiera.

La propia naturaleza ha creado millones de especies diferentes de seres vivos. Dentro de cada especie, hay miles de clases y variedades y cada uno con características particulares y su propia naturaleza y modo de sobrevivir.

Dios no es comunista, ya que de haberlo sido no habría creado tal variedad de seres vivos. Con todo su poder ya habría decretado de forma arbitraria que solo podía haber un tipo de ser vivo por especie y así reduciría a unas cuantas clases los alimentos necesarios para sobrevivir. De tal forma que en nuestro planeta solo habría un solo tipo de pez, otro de aves, etc.

El comunismo es una simplificación de lo absurdo, ya que pretende reducir, o mejor dicho, unificar los valores, las necesidades y los fines del ser humano, es decir, pretende modificar la naturaleza humana.

Uno de los puntos clave en los modelos donde impera el estado de derecho es que la norma permite prever correctamente la conducta de los demás y esa seguridad jurídica permite que haya confianza entre todos los integrantes de la sociedad, factor clave para el crecimiento económico y para el desarrollo industrial, educativo, y tecnológico.

Al no existir excepciones, se acaban los privilegios, cosa que a diario vemos en Venezuela, en Cuba y en todo régimen totalitario, pervertidores del estado de derecho.

La propiedad privada sería un privilegio en los estados comunistas totalitarios, pero en el modelo liberal es un derecho.

Mientras el estado intervenga más en los asuntos del individuo, menos libertad tendrán estos.

Naples-Fl-EEUU

Domingo, 08 de marzo de 2020