La revolución de los cobardes

ÁLVARO RAMÍREZ – EL CANDIL – AÑO IV – N° 204.-

Es interesante lo que viene ocurriendo por lo menos en Norteamérica con la actividad de compraventa de negocios. Especialmente después de la pandemia. Normalmente cuando se trata de empresas y resultados se piensa y hasta generaliza, con el estado de los negocios de las empresas gigantes, Amazon, Walmart, Google, Apple. Con la situación de la recesión técnica en USA. se despierta una gran preocupación y se toma como mal indicio cuando estas empresas hablan de disminución de su plantilla de trabajadores en miles. Sin embargo, la tasa de desempleo se mantiene por debajo de 4%. desde hace más de un año y no hay día que salgas a la calle sin ver anuncios en todas partes de solicitud de personal. Pareciera que la realidad es que gran parte de la economía de USA incluyendo el empleo, depende de las pequeñas empresas. De acuerdo a la SBA (Agencia Federal para Pequeños Negocios) en los últimos 25 años el 66% de los nuevos empleos en USA fueron creados por pequeñas empresas.

A raíz de la pandemia, una gran cantidad de esas pequeñas empresas se vieron impactadas por las alteraciones logísticas y por la dependencia del intercambio global. Sin embargo, lo que parece interesante es que muchas de ellas no desaparecieron. Cambiaron de dueño, de razón social o modificaron sus líneas de negocio y cadenas de suministro. Se adaptaron y se crearon muchos nuevos emprendimientos, pequeños.

Por otro lado, los fondos privados o mutuales han estado acumulando capital ávido de ser utilizado. En su libro THE EXIT STRATEGY PLAYBOOK, Adam Coffey habla de un crecimiento de aprox. 10% en el número de fondos de capital privado buscando invertir. El fenómeno de comprar y rescatar, integrar, o modificar empresas, se encuentra en su apogeo en USA.

Hay quienes piensan que se trata de tiburones acabando con empresas pequeñas. Otros piensan que se trata de fondos de inversión que compran empresas para rescatarlas, integrando negocios más grandes y que pueden soportar mejor la competencia al hacer procesos más eficientes. De cualquier forma, lo que deseo destacar es que es un ambiente donde todos los jugadores están claros. Buscan un beneficio personal para los actores, sean estos los ciudadanos que están invirtiendo para tratar de garantizar la educación futura de sus hijos, o quienes están preparando su retiro, o quienes desean dejar un capital de arranque a sus descendientes. También los administradores de los fondos buscan capitalizar el fruto de su esfuerzo al administrar con ganancias, los fondos de los inversionistas. Los vendedores también pueden capitalizar el fruto de sus esfuerzos inclusive permaneciendo como parte importante del negocio que venden. Los colaboradores del negocio que se compra vende, también obtienen el beneficio de reforzar un negocio que quiere expandirse integrándose, o salir de una crisis con el apoyo de nueva inversión.  

Lo importante es que es un negocio para todas las partes, dentro de un marco regulatorio claro, sobre libre inversión, propiedad privada, derecho a asociación y promoción del emprendimiento. Y lo más importante no es “demonizado”. Imaginemos por un momento que se crea un fondo donde Ud. puede invertir sus ahorros para su retiro y ese fondo compra una cadena de farmacias que las integra a unas clínicas, propiedad de un grupo de médicos. ¿Tendría que manejar Ud subrepticiamente sus ahorros de pensión porque la salud no puede ser negocio? Los médicos la única relación que pueden tener con su clínica es de empleados, porque las clínicas por ser prestadoras de servicio de salud no pueden ser negocio?  Saliendo del ámbito de Norteamérica, ¿Que se saca en común en nuestra historia en Latinoamérica? Que después de nacer la importancia de los llamados “descamisados” en el sur del continente, como volumen de ciudadanos con capacidad de nombrar mandatarios y legisladores, (Democracia) se empezó a conformar una polarización, una confrontación general pero especialmente alrededor de la capacidad de producción. El enemigo a vencer entonces fue el dinero… los negocios, y en la nueva narrativa: lo que huela a negocio es malo. El beneficio personal es malo.

Debemos estar conscientes que la prosperidad de un país está en la capacidad de generar recursos que sirvan para cubrir las necesidades de su sociedad. Esa generación de recursos debe también suplir la necesidad de invertir para hacerse sostenible a futuro, es decir mantener la capacidad de continuar generando recursos para satisfacer las necesidades. Un país que solo produzca para cumplir sus necesidades de funcionamiento, pero no invierta, no tiene futuro. Parece fácilmente comprensible que la economía, y el cuidado de los factores que hacen que funcione, son claves para lograr esa satisfacción de las necesidades y sostenibilidad. Capital, recurso humano saludable y entrenado, infraestructura. Son indispensables. No creo que alguien en su sano juicio se empeñe en arrancar un emprendimiento sin analizar los diferentes factores. Viene a mi mente la respuesta de un alcalde cuando un hombre de empresa le solicito que mantuviera las calles de la capital: “No voy a reparar las calles para que no se le dañen las ruedas de su carro” Populismo, tesoro de espejitos de nuestros días, como si los alimentos se distribuyeran sin vías.

También pienso en las dificultades que un presidente con muchos cambios en mente tuvo que enfrentar para permitirle al hombre más rico del mundo montar una planta de producción de vehículos en su país. No sé cómo haría para sugerirle que no fuera negocio y no obtuviera beneficio personal, pero que sí le permitiera presentar como su logro, la creación de miles de puestos de trabajo sin ser producto del capitalismo. No sé qué estará haciendo para permitir la formación de tanta gente y ejecutivos, si la educación en ese país no puede ser negocio.

Se vuelve importante cómo se cuida esos factores de producción. Es necesario que en una democracia haya multiplicidad y libertad de pensamientos, que se incremente la participación de la ciudadanía y que la representen actores políticos con una concepción realista del mundo.

Además de la representatividad también es muy importante que se entienda y acepte principios básicos: El hombre tiene derecho al usufructo de su creatividad y capacidad de emprender e innovar. El ser humano tiene derecho a la propiedad privada de aquello que se ha ganado con su esfuerzo y las reglas de juego deben ser claras, además de serias.

Los aspectos anteriores, como complemento a los factores de producción, es lo que podríamos llamar Confianza en las Instituciones

Para que un país y su sector productivo avance, es indispensable la confianza de los actores en las instituciones y para ello, pienso que es necesaria la verdadera representatividad. Legal, sin disfraces que permitan seguir exclamando “la salud no es negocio” o “la educación no es negocio” o “el deporte no es negocio”

La academia, la industria, el comercio, las finanzas, el agro, la tecnología deberían estar presentes y aportando, más que defendiéndose, en los foros donde se definen las reglas de juego, las leyes. No movernos a hacerlo, es continuar con las posibilidades abiertas que se trate de sobrevivir, unos obteniendo “apoyos” en lugares oscuros para subsidiar campañas y otros sobrevivir obteniendo contratos a lo mejor inmerecidos, encareciendo los servicios u obras. No intentar darle representatividad legal y transparente en las asambleas legislativas a representantes reconocidos de los diferentes sectores económicos, es seguir dejando en evidencia la falta, muchas veces, de conocimiento y acuciosidad en el análisis de datos duros y reales, sobre tópicos específicos al proponer reglas y a la hora de legislar, sobre esas propuestas, imponiendo la negociación política sobre la información real. Independiente que sea con la mejor de las intenciones. Es privarnos de alimentar el análisis con autoridad, de datos, hechos, experiencias, que pueden hacer mejores leyes.

En otros sitios funciona el conocimiento claro de los grupos económicos que representan los diferentes miembros del legislativo y de la labor de cabildeo.

No intentarlo es seguir corriendo el riesgo de caer en la REVOLUCION DE LOS COBARDES: NO HAYA NADA MAS COBARDE QUE UN MILLON DE DOLARES EN RIESGO. ¿Esperamos que la mesada pensional se vuelva 5 U$, para los profesionales después de una vida de trabajo y los empresarios protejan sus capitales y se marchen? o empezamos a participar sugiriendo acciones potencialmente constructivas?  



Álvaro Ramírez
Álvaro Ramírez

Ingeniero Industrial con entrenamiento en USA, England, Holland, UCLA, Penn State y Michigan.  Gerente de logística de bienes y servicios operaciones y proyectos en Shell de Venezuela, Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), Petroquímica de Venezuela, S.A. (PEQUIVEN), BARIVEN, y Canadian Oíl Company de Colombia. SEO PROCURAMOS, proyectos, consultoría y asesoramiento internacional.
 

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