La tristeza

El Candil Pedregalero – Año II – N° 82 .-

Estado de ánimo que asume una persona para expresar sentimientos de pesar, pena, dolor, sufrimiento, pérdida, que producen cambios químicos en el organismo como respuesta natural a estímulos y eventos que pueden ser reales o imaginarios.

Sentimiento frecuente que se puede presentar en diferentes grados de intensidad, desde la tristeza pasajera que finaliza cuando la causa que la ocasionó desaparece por lo que puede durar minutos, horas, días o la tristeza profunda o intensa que puede persistir por mucho tiempo. Puede ser tomada como una señal de un problema más complejo como la depresión, caso que amerita una ayuda profesional.

Cuando se vive en situaciones con un ‘entorno’ difícil, -como ahora con la pandemia – suele sentirse tristeza ante la impotencia de generar cambios radicales y rápidos.

La tristeza frecuente produce efectos en la química del cuerpo y puede incluso ser causa de disminución en las defensas del organismo, y afectar el sistema inmune, exponiéndolo a enfermedades comunes como la gripe, resfriado, dolores generales y otros.

Chistes: Estoy tan triste que, si me invitan a una reunión con carne asada, tequila y cerveza…   Voy de pura tristeza.

El rey que quería pescar

Había una vez un rey que quería ir a pescar. Llamó al meteorólogo real y preguntó por el pronóstico del tiempo para las próximas horas. El meteorólogo le aseguró que no había ninguna posibilidad de lluvia en los próximos días. Así que el rey fue a pescar con su esposa, la reina. En el camino se encontró con un granjero que iba en su burro. Al ver al rey, el granjero le dijo:

– Su Majestad, debe regresar al palacio de inmediato porque en poco tiempo una gran cantidad de lluvia caerá en esta zona.

El rey hizo caso omiso confiando en su pronosticador profesional del tiempo. Así que siguió su camino. Poco tiempo después una lluvia torrencial cayó del cielo. El rey y la reina quedaron totalmente empapados y su séquito se rió al verlos en ese estado tan vergonzoso. Furioso, el rey regresó al palacio y dio la orden de despedir al profesional. Entonces convocó al granjero y le ofreció el prestigioso y muy bien pagado trabajo de pronosticador real.

Pero el granjero le contestó:

– Su Majestad, no sé nada de previsiones, obtengo mi información de mi asno, si veo las orejas de mi asno caer, significa con certeza que lloverá.

Así que el rey contrató al burro. Y así comenzó la práctica de contratar burros para trabajar en el gobierno y ocupar las posiciones más altas e influyentes.

VERSÍCULOS DE LA BIBLIA SOBRE TRISTEZA

Eclesiastés 7:3      Mejor es la tristeza que la risa, porque cuando el rostro está triste el corazón puede estar contento.

Nehemías 2:1-3    Aconteció que en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, {estando ya} el vino delante de él, tomé el vino y se lo di al rey. Yo nunca había estado triste en su presencia, y el rey me dijo: ¿Por qué está triste tu rostro? Tú no estás enfermo; eso no es más que tristeza de corazón. Entonces tuve mucho temor, y dije al rey: Viva para siempre el rey. ¿Cómo no ha de estar triste mi rostro cuando la ciudad, lugar de los sepulcros de mis padres, está desolada y sus puertas han sido consumidas por el fuego?

Génesis 40:6-7     Y José vino a ellos por la mañana y los observó, y he aquí, estaban decaídos. Y preguntó a los oficiales de Faraón que estaban con él bajo custodia en casa de su señor: ¿Por qué están vuestros rostros tan tristes hoy?

Mateo 19:21-22   Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, ve y vende lo que posees y da a los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme. Pero al oír el joven estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes.

Marcos 10:21-22 Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo: Una cosa te falta: ve {y} vende cuanto tienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Pero él, afligido por estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes.

Lucas 18:22-23    Cuando Jesús oyó {esto,} le dijo: Te falta todavía una cosa; vende todo lo que tienes y reparte entre los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme. Pero al oír esto, se puso muy triste, pues era sumamente rico.

Mateo 26:21-22    Y mientras comían, dijo: En verdad os digo que uno de vosotros me entregará. Y ellos, profundamente entristecidos, comenzaron a decirle uno por uno: ¿Acaso soy yo, Señor?

Norfolk – Virginia – EE.UU

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