CUENTOS DE A LOCHA EN UNA CUARTILLA – LUIS RAMÍREZ SÁNCHEZ – EL CANDIL PEDREGALERO – AÑO II – N° 73.-
Nunca llegó inadvertido el Rio Pedregal ni al colosal recodo que él forjó, como artesano de siglos, en el tradicional Barrio Vera Verde, ni a las venturosas vegas boyantes de cujíes gachos en los solares de Ciprianito, doña Próspera, Remigia Guara y Antonia Quero en el no menos célebre populoso Barrio Chimpire.
El rio de aquellos tiempos era todo un acontecimiento por sus tormentosas crecidas y por sus aguas fleteras de animales desprevenidos, que, en agonía, solían emitir balidos presagiando el fin de sus vidas después de aquel forzoso surfing a que lo sometía el travieso truhan que nos llegaba vertiginoso desde las cabeceras de Paño Blanco en la sureña Parroquia Avaria.
No había alerta de sirenas ni de piadosas campanas. El anuncio previo eran las gigantescas nubes negrecidas con relámpagos incesantes y el rugir estruendoso de piedras, troncos y barrancos en cada media hora antes de su arribo por el Suroeste del Viejo Pueblo.
La gente del pueblo, como si supiera de la científica tesis de que todos los ríos del mundo desbordan hacia la izquierda, solían buscar tribuna para verlo pasar encrespado y presuroso con su cargamento de rumiantes en los barrancos de Napoleón Piña, de Facundo o en los estribos abismales de la línea fronteriza entre Santa María y Chimpire por allá por donde nos dio tanta alegría presenciar las proezas de nuestras glorias beisboleras en nuestra inolvidable Playa de Béisbol.
Sin embargo había fanáticos a los juegos de mesa que solían tender sus cobijas sobre los tableros en donde desplegaban jugadas de ajiley, Rumi o la baraja española bajo aquella frondosa sombra de cujíes gachos en el solar de Ciprianito, que escuchaban el rugir del río anunciando su arribo al final Sur de la Calle Comercio y permanecían compenetrados en el juego hasta que las primeras aguas sedimentadas le humedecían las alpargatas: valga mencionar algunos de ellos de los que guardo grandes y emotivos recuerdos: Chindito Jiménez, Antonio Del moral. Valoís Rodriguez, Manuel Ramírez, Vicente Leal (Canelo) y el infaltable Ciprianito entre otros.
Decena de veces el Rio Pedregal inundó las calzadas de las Calles Comercio, Calvario y Sucre y en contadas incursionó en las moradas y bares acarreando cocinas, neveras de kerosén y hasta rockolas : cuestión ésta que despertó el espíritu humorístico del pueblo y alguien se inventó que la tal rockola que el rio sacó del Bar Tropical de Polo Perozo la vieron surfeando el cajón del rio en el caserío Agua Clara y que aún encendida evocaba el tema musical Lagrimas y Lluvia del célebre Charro Mejicano Juan Gabriel……………..Cosas veredes Sancho!
Coro-Estado Falcón-Venezuela
29 de septiembre de 2019
Que alegria poder encontar este organo periodistico que me acerca de una vez hasta mis raices mas preciadas porque fue donde vi por primera vez la luz del sol y dar mis primeros pasos de mi vida. Quisiera tomar contacto literario con todos ustedes donde seguro habra amigos y conocidos por monton. Pude recorrer por lectura fugaz y veo toda mi niñez y juventud en cada paso que di. Gente que forma pqrte de mi corazon y de mi mente Cuanta alegria leer de Guillermo de Leon Calles (Catarata) en los primeros grados con la maestra Eva.En la escuela de Varones Fabio Manuel Chirinos con el Inefable Director Zavala. Dios, el tropel de recuerdos no me deja hilvanar los recuerdos.Quisiera pdirles el favor de mantener un nexo vivo con todos ustedes. Les envio mi mail
Una pregunta Luis: Esta Antonia Quero que mencionas, sería acaso mi tía abuela, una hermana de la Chiche Quero?; o era de otra rama del apellido Quero?.
ramirezsanchez28@hotmail.com Antonia QUERO HABITO EN CHIMPIRE SECTOR EL MANTECO DONDE EL RIO PASABA EN LOS SOLARES DE LAS CASAS