FREDDY RIERA – EL CANDIL – AÑO IV – N° 191.-
Recientemente leí un interesante artículo en el cual se describe el proceso social de expansión y difusión de nuevas ideas y productos tecnológicos, propuesto por primera vez en el año 1962 por Everett M. Rogers en su libro “Difusión de la innovación”, formulando lo que el llamo la “Ley de difusión de las ideas”.
Posteriormente, esta propuesta fue retomada por Geoffrey Moore en su libro “Cruzando el abismo” y por Simon Sinek en su libro “El circulo de oro”. Hoy día esta ley tiene múltiples aplicaciones en diversos campos como el de la educación, el mercadeo, la política, el económico y social.
Esta ley enuncia que toda nueva idea que reta el estado de cosas dominante pasa por un proceso de aceptación gradual, el cual depende de la respuesta de cada individuo, según su estado mental, el mensaje y la forma como es difundida.
Esta ley asume que el comportamiento de la sociedad ante las nuevas innovaciones o ideas se puede representar mediante una función de distribución normal o curva de Gauss y está dividida en cinco segmentos: innovadores, primeros seguidores, mayoría precoz, mayoría tardía y rezagados, tal como se observa en la siguiente gráfica:
EL RETO
Esta ley es perfectamente aplicable al reto que tenemos quienes apoyamos el liberalismo y al sistema republicano.
Los venezolanos en su gran mayoría quieren salir de este régimen delincuencial, no quieren saber nada de socialismo del siglo XXI. Una gran porción de la población, sobre todo quienes integran la extensa franja de miseria no sabe que es el liberalismo ni cómo funciona una república federal descentralizada.
Por otro lado, los políticos agrupados en el G4, y casi todos los candidatos que compiten por ser el representante de la unidad mediante primarias, a excepción de MCM, todos ofrecen más de lo mismo, es decir, si nos ajustamos a la ley de difusión de las ideas, a estos dinosaurios los ubicamos perfectamente en el segmento de “los rezagados”, de igual forma ubicamos aquí a quienes promueven el voto ilegal.
Los «rezagados”, son en este caso, aquellos políticos venezolanos que se aferran a las ideas del pasado, y no se preguntan si lo que ellos defienden aún sigue vigente. Los rezagados permanecen en modo de sobrevivencia; no tienen capacidad para transformar su entorno; con ellos jamás pasaremos al modo de supervivencia, de transformación, y desarrollo. No quieren salir de ese modo, no entienden, no interpretan la causa del problema, por tanto, son el problema. Ahí permanecerán hasta que la corriente se los lleve. Podríamos afirmar que los rezagados son los menos aptos para conducir el pais a un estado de desarrollo.
De las agrupaciones políticas que ofrecen una alternativa liberal y republicana son “Vente Venezuela” con MCM y “Rumbo Propio” con el Economista zuliano Néstor Suarez, quien apoya a MCM. Estas organizaciones se ubican en el segmento de “Innovadores entusiastas”. Otros personajes que recientemente salieron del grupo de los “Rezagados” y se unieron a la “Mayoría Tardía” (después de 60 años) son Calderón Berti y César Pérez Vivas, ambos copeyanos, quienes ahora proponen que el estado no intervenga en la actividad económica.
Creo que una cantidad importante de venezolanos entusiastas, creativos, innovadores y emprendedores, sobre todo quienes están en el exilio, y otra gran porción de residentes en Venezuela, están ávidos de recibir una propuesta alternativa al modelo rentista fracasado de la cuarta.
Quienes defendemos el liberalismo y el republicanismo tenemos el reto de masificar y difundir estas ideas, que, aunque son relativamente viejas, no lo son para los venezolanos, acostumbrados al caos, al desorden, al amiguismo, clientelismo, al cuanto hay pa eso. “El Candil”, tiene por delante esta misión, de aportar un granito de arena para llevar los principios y valores de esta corriente económica y política al mayor número de personas y sumar voluntades para una verdadera transición hacia el desarrollo.
La otra idea que proponemos es que, dado el contexto actual, se debe defender el hilo constitucional y permanecer dentro de la ley, por tanto, lo ético es defender la institución del «voto legal» si queremos ser congruentes con los principios que profesamos. Eso es lo que haría una verdadera oposición. Lo que hacen el G4 y quienes promueven el voto ilegal es agudizar el estado fallido en Venezuela. Son parte del caos institucional y están actuando fuera del marco legal. Esta propuesta encaja en el segmento de los «innovadores» y créanme, el 80% de los venezolanos que pueden ejercer el voto apoyan esta idea; solo los «rezagados», como muchacho porfiao, no lo ven.