CUENTOS DE A LOCHA EN UNA CUARTILLA – LUIS RAMÍREZ SÁNCHEZ – EL CANDIL PEDREGALERO – AÑO II – N° 73.-
El Pedregal festivo del siglo pasado que celebró con fervor católico cada aniversario del patrono San Nicolás de Tolentino, lo hacía como lo permitía la dictadura del Coronel Pérez Jiménez, nunca antes de la celebración de la tradicional homilía en el templo, por cuanto era la ceremoniosa voz del sacerdote Ángel Fuguet cuando enunciaba en perfecto latín el ocaso del acto eclesial, la que rompía el celofán de los juegos de carácter público que eran organizados y ejecutados por el versátil pedregalense Perucho Hernández, quien concluida la azarosa faena del montaje del trabuco y lanzamiento de cohetones, se aprestaba ágilmente a coordinar los anhelados juegos populares, que consistían regularmente en: carreras en sacos, caminatas de huevo en cuchara, localización de tesoros ocultos, carreras de burros y la más dramática de las proezas ejecutadas por los pobladores entusiastas, como lo era las escaladas del resbaladizo palo encebao .
Tal actividad que cautivaba el mayor número de espectadores consistía en la colocación de un tubo cilíndrico de 37 pies al que Perucho se encargaba de embadurnar en grasa de chasis, colectada en los talleres del Maestro Gil la superficie del tubular objeto, en cuyo ático reposaba una indeterminada cantidad de bolívares que los concursantes procuraban alcanzar enchucados en el resbaladizo objeto en medio de la algarabía del público asistente: Marino, Santos, Pedro Pablo, El Negrito e Candita, Chalino y Manito “Vigilio” eran, entre otros los asiduos chuqueadores del palo encebao. Éste último alcanzó la gloria al tomar los 11bolivares con cincuenta céntimos que era el premio mayor de aquellas jornadas anuales.
Llegada la hora del premio del tesoro oculto, Perucho, luego de una pausa en secreto con Ismael, anuncia a viva voz que quien encuentre una cajita de “MENTOL DAVISS” sepultada en la calzada entre su casa y la de María Josefa se hará acreedor a Bs 7,50 como premio de consolación.
Manito “Vigilio” que era el más calificado en las premiaciones, optó por arañar la tierra velozmente, mientras Chalino en el estrés de no alcanzar premio alguno le propinó un puñetazo en la espalda causando reacción inmediata del Manito, quien lívido de rabia le asestó cuatro manos a las mandíbulas del contendor, quien ni se inmutó y sólo se movió para tomar una enorme piedra a lo cual el Manito emprendió veloz carrera alrededor de la Iglesia , el Boulevard y Plaza Bolívar, y mientras enfiló su carrera al comando policial, algún espontaneo, desde la multitud , narraba como si se tratara de un evento hípico que tuvo su meta en la reja del calabozo en donde Manito “Vigilio” se encerró y los detenidos en tono jocoso le dijeron a Don René que el “nuevo” reo se había tragado la llave.
«No estoy de acuerdo contigo, pero moriría por defender tu libertad de expresarlo»
Voltaire
Coro – Capital del Estado Falcón – Venezuela
Sábado, 08 de agosto 2020.-
