ROBERTO RACHEWSKY – EL CANDIL – AÑO IV – N° 179.-
Siempre supe que Cuba era socialista. Por eso me imaginé ser un país pobre, con un pueblo sufrido, una élite privilegiada gobernando e imponiendo a los gobernados sacrificios que solo existen en un país socialista.
Fui a Cuba, invitado por amigos. ¿Qué confirmé? Que cuando tenemos premisas verdaderas, basadas en la realidad, cuando usamos el método adecuado para sacar conclusiones de ellas, podemos decir que elaboramos una teoría que confirma y es confirmada en la práctica, por la realidad.
Sabía que encontraría en Cuba lo que realmente me esperaba allí. Algunos dicen que Cuba tiene problemas que encontramos en los países capitalistas. Es verdad. Los problemas que vemos en Cuba, los vemos en algunos países capitalistas.
Sin embargo, lo que vemos en los países capitalistas y lo que no vemos en Cuba son soluciones a estos mismos problemas. Mientras el 90% de la población cubana se ve obligada a padecer perennemente la pobreza, gran parte de los individuos en los países capitalistas logran escapar de la pobreza.
La pregunta nunca ha sido quién nos permite crear valor, la pregunta siempre ha sido quién nos impide hacerlo. Esta es la gran diferencia entre un sistema social basado en el libre mercado, una sociedad capitalista y un sistema social basado en el Estado que planifica, emplea y produce, diciéndole al individuo lo que comerá, soñará y hará con su vida.
En las fotos…
1. Sin energía, sin refrigeración. Carne solo in natura;
2. Estado de escasez permanente;
3. No hay internet excepto en los hoteles. El cubano busca señal de wi-fi para intentar conectarse con el mundo;
4. La comida está protegida contra robos como si fuera un artículo de lujo. Sí hay robos en Cuba;
5. Colas;
6. Más colas;
7. Transporte de trabajadores como ganado.
NOTA DEL EDITOR: Artículo publicado en la página del Instituto Liberal de Brasil y es compartido con «El Candil» con autorización de sus administradores.