CUENTOS DE A LOCHA EN UNA CUARTILLA – LUIS RAMÍREZ SÁNCHEZ – EL CANDIL PEDREGALERO – AÑO 52 – AÑO II .-
Moisés López Fonseca Aguilar: nació en el populoso sector «La Quebraíta» en el Pedregal nostálgico del año 1912; fue el último de los hijos de don Moisés López Fonseca y Adelina Aguilar y un alumno ejemplar de José Antonio Pulido (padre), de quien obtuvo un extraordinario aprendizaje en materia literaria.
Habitó, nuestro protagonista de hoy en la solariega casona de doña Rosenda en un hogar cristiano-católico de muy distinguida formación pedregalense, propias del siglo y de la década. Él fue poseedor de un talento natural sin igual en versificación y elaboración de poemas en donde describía el ambiente semiárido de su entorno, al tiempo que declamaba de manera magistral obras poéticas de excelsos autores como Andrés Eloy Blanco y Luis Edgardo Ramírez, entre otros.
Sin embargo; como solían decir las ancianas de mi pueblo: «Los Pedregaleros: nacen, crecen, se desarrollan y beben»; Moisés no estaba exento de tan incuestionable premisa; sólo que, el desarrollo de ésta anécdota se escenifica en una locación diferente al Pedregal de ayer; pues, él, impecablemente ataviado en traje de casimir, corbata y sombrero de fieltro negro, irrumpió en las batientes del legendario Bar Palmasola del sector San Nicolás de Coro; y dirigiéndose al insigne barman de todos los tiempos: Alcides Petit, le solicita dos cervezas que consumió fondo blanco y una copa de Ron Carta Roja que dejó «standbay» en la barra junto al sombrero, mientras ingresaba apresuradamente a la sala de baño; desde donde salió en evidente «Relax», tarareando la canción «Triste Recuerdo» de Antonio Aguilar; compases románticos que él detuvo intempestivamente, cuando descubrió que, sólo su copa de «Carta Roja» se divisaba en la barra del Bar;… ¿ Y el sombrero?, ¡Ni lo sueñes!, por lo que nuestro estimado coterráneo cambió el semblante ipso facto y lanzó una frase lapidaria y enérgica: -Que aparezca mi sombrero, o aquí va a pasar lo que pasó en Pedregal-.
En el regio salón se hizo un silencio sepulcral, la rockola detuvo su estridencia y nuestro protagonista plantado en el centro del Bar, destacándose por su frondoso bigote al mero estilo del rudo mejicano Pancho Villa volvió a exclamar : – Que aparezca mi sombrero, o aquí va a pasar lo que pasó en Pedregal- por lo cual uno de los concurrentes etílicos desde la barra le preguntó: Oiga señor , ¿ Y qué fue lo que ocurrió en Pedregal? a lo que Moisés, tomando las batientes para despedirse contagiado del buen humor pedregalense le respondió: ¿- Que va a pasar pues-? -Que tuve que «comprá» otro sombrero-.
Coro, Estado Falcón, Venezuela
23 de abril de 2019
