Objetivismo, la filosofía del bien

ENFOQUE LIBERAL – EL CANDIL – AÑO V – N° 247.-


En los círculos de discusión sobre ética, ya sea entre personas estudiadas en el tema o gente que llanamente aborda los temas en relación en el afán de intercambiar pareceres con sus semejantes, resulta habitual que muchas veces se llegue a conclusiones tales como que, lo que es posible de considerar como «bueno», está siempre supeditado a uno de dos criterios: el parecer subjetivo o la aceptación mayoritaria.

Esta tendencia de procurar evitar admitir y aceptar la objetividad de la verdad, no es más que una consecuencia lógica de la misma pretensión por evadir el absolutismo de la realidad.

Y es que uno no puede simplemente aseverar que la verdad es objetiva, es decir, única e independiente del deseo individual, y a la vez negar que la existencia es una sola y que no es producto de algún caprichoso delirio.

Todo esto, en conjunto con las nefastas implicancias relativas, es el producto de siglos y siglos de enseñanza de enfoque filosóficos inobjetablemente nocivos para la vida humana, cuyos efectos han podido ser contrarrestados, en un grado limitado, por los remanentes de viejos, pero valiosos principios legados desde tiempos de Aristóteles.

En este contexto, si bien es posible nombrar algunos de los más destacados de la historia que han influido en mayor medida en esta interminable batalla de ideas, tales como los de John Locke, Alexis de Tocqueville, Frédéric Bastiat, Charles de Montesquieu, Adam Smith, entre tantos otros, en tiempos más recientes la tendencia ha ido hacia atrás, esto gracias al terreno que han ido ganando las doctrinas colectivistas, mismas que han gozado de una amplia difusión en la academia, no por su idoneidad, sino por lo beneficioso que le resulta a sus propagandistas, tanto para quienes ansían el control del poder económico como del político.

En medio de toda esta maleza intelectual, un nombre en particular se alza como una brillante luz en medio de la sempiterna oscuridad: AYN RAND, la filósofa creadora del sistema de principios filosóficos más acorde ?por no decir la única? con la naturaleza de la vida humana.

Una filosofía que le enseña al hombre que esta realidad es la única que existe y que cualquiera intento por falsificarla nunca podrá alterarla; que su vida es la fuente de sus valores y que es su propia existencia el mayor valor que posee; que no importa que tan alta o baja sea su capacidad para desempeñar una labor, siempre que la realice al más alto nivel que le sea posible; que no hay ninguna maldad implicada en el hecho de preocuparse por el bienestar personal y que este no es mutuamente excluyente con el bienestar ajeno de personas cuyo actuar sea igualmente racional; que el derecho de ser feliz es tan importante como el que tiene para conservar y desarrollar su vida, pero que esto no obliga a sus semejantes a procurarle lo necesario para lograrlo, sino que tiene que esforzarse y hacer lo correcto para colmar su ser de felicidad.

Nunca, en tantos siglos, hubo una filosofía cuyos principios estén tan bien alineados con la naturaleza del hombre como sucede con el Objetivismo, la filosofía de Ayn Rand.

Aun cuando sus detractores se esfuercen por atacar sus bases por medio de falsedades y risibles hombres de paja, sus pilares, que son sus postulados metafísicos, epistemológicos, éticos, políticos y estéticos, permanecen incólumes.

No por capricho de sus simpatizantes, sino porque son siempre coherentes con los hechos de la realidad, razón por la cual puede ser también denominada, sin temor a equivocarse, como una filosofía del bien, puesto que, por medio de su base de principios, promueve lo mejor para la vida humana a través de la razón, la lógica y la práctica de virtudes que contribuyan con la vida del hombre; no con la de uno o algunos, como es típico en el pensamiento colectivista en el que siempre se beneficia exclusivamente a la cúpula que ha tomado el poder, sino con la vida de todas y cada una de las personas que hayan entendido que, para lograr su pleno desarrollo, no tienen que buscar su beneficio en la causación de perjuicio del prójimo, sino en el libre, voluntario y principalmente racional acuerdo mutuo y colaboración entre seres pensantes que procuran su bienestar en el calor del trabajo honesto y racional.


Enfoque Liberal

Concebido con el objetivo de difundir las ideas liberales en los distintos campos que rigen la vida del hombre, tales como la Economía, la Política, la Ética y la vida en sociedad. Las publicaciones que se realizan en esta página se basan en el conocimiento adquirido del estudio del Liberalismo Clásico, el Objetivismo y la Escuela Austríaca de Economía.


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