Por Nervis Nava

Para vivir el atardecer de la vida con serenidad
«La plenitud de la vida es un regalo de Dios»
Nervis Nava
Creando hábitos después de los 40
1-Ser coherentes
Ciertamente el ser humano está preparado para vivir a plenitud la última etapa, con buena calidad de vida, y no es menos cierto, que en el camino de la evolución del ser espiritual, deberá pasar por algunos eventos que están fuera del control humano, porque forman parte de las situaciones que traemos programadas para superar, trascender y evolucionar espiritualmente; es por ello, la importancia de una preparación espiritual a través de los años para cultivar la fortaleza y humildad de aceptar y superar dichos eventos.
Debemos ante todo convertirnos en personas más coherentes; ¿Y de que se trata ser “coherente”?
La Coherencia se define como la correcta conducta que debemos mantener en todo momento, basada en los principios familiares, sociales y religiosos, aprendidos a lo largo de nuestra vida.
Cultivar una conducta coherente es un medio para fortalecer el carácter y desarrollar la prudencia, con un comportamiento verdaderamente auténtico; es practicar el hecho de que pensamiento, sentimiento y acción van por un mismo camino; ya que una conducta coherente nos permitirá mantener cierto orden y control sobre nuestra vida, las situaciones que debemos enfrentar, y las decisiones que podemos tomar en el transitar por la vida.
Existen situaciones en la vida que muchos de nosotros consideraríamos desafortunadas. Sin embargo, al permanecer receptivos a un buen resultado, se pueden encontrar grandes bendiciones.
2-Líneas de conducta
Existen cuatro “Líneas de Conducta” que se deben tomar en consideración, e irlas asumiendo, cambiando, e internalizando para lograr el objetivo planteado, las cuales podemos clasificar así:
A. Línea del pensamiento B. Línea del sentimiento C. Línea de la actuación D. Línea de la alimentación
A–Línea del pensamiento
A.1. Somos lo que pensamos
“…Cuando cambias la forma de ver las cosas, cambiarán las cosas que ves…”
Wayne Dyer
La fuerza que ha movido siempre a la humanidad es el pensamiento, y aunque no siempre el hombre actúa de acuerdo con sus pensamientos, mayoritariamente se obra como se piensa.
La ambición, la avaricia, el ansia de fama, poder y riquezas acompañado todo ello de una degradación en la escala de valores, de alguna manera, han pervertido la mente humana y han canalizado los logros del hombre hacia objetivos materialistas, hurtándole su paz interna, su alegría y su salud; y siendo como es, el pensamiento, la mayor fuerza del universo, aunque tengamos ciertos parámetros grabados en nuestro cerebro, como dice el Dr. Wayne Dyer “…el día que decidas que puedes… podrás”.
Si un día consideramos que debemos borrar y hacer “Reset” en nuestro disco duro, perfectamente lo podemos lograr…considerando también el hecho de que, a través del desarrollo de nuestra vida, siempre hemos ido tomando decisiones, de acuerdo con nuestra línea de pensamiento en las diferentes etapas que nos ha tocado vivir.
De tal manera que si comenzamos a pensar en el hecho, de que “los años pasan” y las cosas cambian, podemos considerar y “aceptar” que en algún momento se van a presentar limitaciones propias y será más beneficioso y saludable, mental y emocionalmente, si lo vemos como algo natural, ya que existe la tendencia a pensar que eso de “envejecer” le pasa a los demás….no, nos pasará a todos los que contemos con la fortuna de llegar.
El cuerpo es así, y tiene fecha de vencimiento; lo que, si lo cuidamos, no causará mayores dificultades…excepto las que por proceso de evolución corresponda vivir.
En cuanto a lo concerniente a esta línea de pensamiento podemos ir adoptando una actitud de “pensar y esperar de los demás, solo aquello que nosotros seamos capaces de pensar y dar” o comenzar a sembrar aquello que esperamos cosechar algún día; una actitud a partir de “mi”; si yo no soy capaz de tomar determinada acción negativa en tu contra, y “todos somos uno” y formamos parte de una misma fuente que es Dios.
A.2. Cambiando el pensamiento
¿Por qué debo ir por la vida pensado y esperando mal de todos los demás?
Eso incluye nuestro entorno más cercano. Es el momento de poner un alto y una luz roja de alerta, en tanto y en cuanto me vea pensando mal.
Cambiar el pensamiento ¿Por qué pienso esto de esta persona? YO no soy capaz de hacerlo, ella tampoco. Recordemos que en ocasiones las personas nos reflejan algo de nosotros mismos que no queremos reconocer.
No es que vayamos a negar la maldad que existe en el mundo, ella existe para que veamos lo bueno. Se trata de que, desde nuestro corazón, demos lo bueno y recibiremos lo bueno…desde “mi”, desde “YO”.
Nunca nadie que sembró una rosa, cosechó una serpiente. Es en el pensamiento donde verdaderamente comienzan a generarse los cambios. Muchas veces se relaciona la madurez con la pérdida de facultades mentales.
Especialistas en el funcionamiento del cerebro como Tony Buzan, – defensor de técnicas como los mapas mentales y la “alfabetización mental”, asegura que no tiene por qué ser así.
En su Manual, “Tu cerebro más joven”, pone como ejemplo de longevidad intelectual una comunidad de monjas de un recóndito lugar de Minnesota (EE.UU.) llamado Mankato.
Desde hace tiempo interesa a los investigadores del envejecimiento cerebral, ya que muchas de estas mujeres superan los 90 años y hay una cuanta centenaria. La mayor parte de ellas con una asombrosa agilidad mental. Una monja de esta comunidad, Marcella Zachman, fue portada de la revista Life porque impartió clases hasta los 97 años.
Otra hermana, Mary Esther Boor, no se jubiló de su trabajo hasta los 99 años. Igualmente, el profesor David Snowdon, de la Universidad de Kentucky, investigó por qué, entre estas mujeres hay un índice de demencia senil y otras enfermedades mentales muy inferior a la media.
A.3. Los resultados
La respuesta es que las monjas de Mankato hacen todo lo posible para mantener la mente ocupada en su vida cotidiana.
Compiten en concursos, resuelven pasatiempos y mantienen debates, además de escribir en sus publicaciones, dirigir seminarios y dar clases. Según Snowdon, el estímulo diario revitaliza los conectores del cerebro, que tienden a atrofiarse con la edad, haciendo que se ramifiquen y creen nuevos vínculos.
Esta regla también se aplica al rendimiento del cerebro. Según los neurólogos, cuando lo mantenemos ocupado a través de la lectura, la creación artística o el juego, aumenta la llamada memoria automática, que es la que nos permite hacer cosas sin pensar en ellas.
Esa es solo una mínima referencia, en cuanto a los estudios científicos que demuestran la relación entre mantener la mente ocupada, darles trabajo a las neuronas y conservar una mente lúcida, y un pensamiento más coherente con el paso de los años.
Algunos ejemplos de que la agilidad mental no está reñida totalmente con la edad fueron Miguel Ángel, que dio luz a sus mejores obras de los 60 a los 89 años, hasta su último día de vida. Goethe terminó su obra maestra Fausto a los 82 años.
Y un escritor más cercano a nosotros, José Saramago, mantuvo hasta poco más de los 87 años una más que envidiable actividad literaria. Su secreto estaba conformado de dos ingredientes básicos: trabajo e ilusión.
También puede mencionarse poetas y dramaturgos como Arturo Uslar Pietri, quien escribió hasta avanzada edad; e hizo referencia al hecho de que la lectura y la composición permitía llegar a esa edad, con una cierta lucidez.
Y aunque los ejemplos pueden ser interminables, finalmente, se hace referencia a la terapeuta Amber Hensley, quien aconseja incorporar a nuestra rutina diaria alguna de estas actividades para mantener bien lubricada nuestra red neuronal: Juegos de mesa como el ajedrez, las damas, el dominó o las cartas, incluyendo los solitarios. Puzzles, mecanos y otros juegos de construcción. Crucigramas, sudokus o cualquier pasatiempo. Cruciletras o Scrabble, juego que consiste en armar palabras sobre un tablero.
No trata este manuscrito de realizar un estudio sobre “el pensamiento”; ya existe sobrada información al respecto, pero sí de establecer el hecho que, a través del pensamiento, está demostrado que insertamos en nuestros patrones de conducta las creencias que rigen nuestro comportamiento y actitudes ante la vida; y gracias a los pensamientos el hombre ha sido capaz de elaborar todo un conjunto de ciencias que así ya lo han demostrado.
Estudios realizados por Psicólogos, Médicos en las diferentes especialidades (Sobre todo en Oncología), Científicos, Biólogos Moleculares y Físicos, han demostrado y aportado primicias científicas, que permiten explicar el mecanismo de la vida, de nuestros pensamientos, de nuestra interacción con el subconsciente y de cómo utilizar una serie de técnicas que permiten acceder a una mejor calidad de vida en el devenir de los años, ya que está claramente demostrado que con nuestros pensamientos y actitudes podemos cambiar el entorno a nuestra conveniencia.
B- Línea del Sentimiento
B.1. Las emociones y la salud
Investigaciones recientes han demostrado que cuando la cabeza y el corazón entran en conflicto, siempre gana el corazón y que cuando en el corazón imperan sentimientos negativos, como la rabia, el miedo o la tristeza, solo por mencionar algunos, ello afecta directamente el sistema inmunológico, haciendo nuestro cuerpo más propenso a sufrir deterioros y enfermedades, como el cáncer, la hipertensión, los problemas digestivos.
Todos ellos, tienen su origen principalmente en nuestras emociones, de tal manera que, independientemente de cualesquiera sean las circunstancias que hayamos tenido que vivir, todo va conformando parte de un pasado, de una experiencia vivida, que nada ni nadie podrá cambiar; por lo tanto, debemos quitar, todo sentimiento negativo, toda culpa, por aquello de que “si lo hubiese dicho” “si lo hubiese hecho de otra manera”.
Lo que se hizo, lo que no se dijo, ya no podrá ser diferente; podemos empacar los errores, las experiencias vividas y quedarnos solo con el aprendizaje que todo ello pudo dejarnos. Darle la espalda a todo lo que nos lastime, y comenzar un nuevo camino, viviendo cada día como si fuera el último.
Hay momentos en que se torna muy difícil compartir los sentimientos con otras personas. Independientemente que se trate de “buenos o malos” sentimientos, es de vital importancia compartirlos, porque sentimientos y emociones acumulados o no compartidos, van alterando de alguna manera la bioquímica del organismo y afectando el sistema inmunológico que trae como consecuencia, junto a nuestras creencias, la generación de enfermedades y el deterioro físico, que disminuye nuestra calidad de vida.
B.2. Las leyes espirituales en la India
Existen cuatro leyes espirituales en la India y la segunda de ellas dice que: «Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido». Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: «si hubiera hecho tal cosa…hubiera sucedido tal otra…». No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante.
Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.
B.3. Viviendo en el presente
Desde temprana edad, podemos comenzar a vivir en el día “presente” para cuando si tenemos el privilegio de alcanzar los “años dorados” ya nos hemos formado una conciencia de perdonarnos y perdonar todo aquello y a todos aquellos que sentimos de alguna manera, nos hizo daño; y darnos cuenta lo cierto que es la frase de Lobsang Rampa: “… nadie ha osado llevarse ni un cerillo apagado a través del río de la muerte…”
Y no se trata de olvidar, sino simplemente aceptar que lo pasado nadie lo podrá cambiar, y que emocionalmente no debemos cargar con culpas que solo hacen daño y así, como al perder un familiar o alguna persona muy querida, nunca la olvidamos.
El dolor de su partida se mitiga y se recuerdan solo los buenos momentos. Igualmente debemos hacer con las circunstancias que, en un momento dado, por decisiones nuestras, porque somos responsables al cien por ciento de todo cuanto hayamos vivido, echar todo en un saco y lanzarlo al río, dejando solo la experiencia que nos queda, que detrás de todo siempre hay algo bueno que el aprendizaje nos deja.
Llega un momento de la vida en que cargar con tantos lastres emocionales no resulta ni cómodo, ni beneficioso, ya que ello, siempre traerá la sensación de amenaza y tensión que acompañan a este tipo de ataduras, lo que vuelve a uno vulnerable al desorden emocional, y la amenaza constante de no permitir mantener una paz interior.
El soltar lastres se basa en la premisa de que cada persona es responsable de sí misma e implica vivir el momento presente, el aquí y el ahora, permitir que en la vida las cosas se den por sí solas en lugar de forzarlas y tratar de controlarlas, de este modo se pueden alcanzar fácilmente estados de gozo como son la serenidad, una profunda sensación de paz interior, la capacidad de dar y recibir amor y la libertad para encontrar soluciones creativas y reales a cualquier inconveniente que se presente, además de poder vivir la propia vida sin sentimientos excesivos de culpa o responsabilidad hacia los demás.
Y la cuarta Ley Espiritual de la India, también nos hace un enunciado al respecto: “…Cuando algo termina, termina». Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto, es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.
Creo que no es casual que estén leyendo esto. Si este texto llegue a nuestras vidas hoy; es porque estamos preparados para entender que ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado.
C- Línea de actuación
“Los seres humanos no dejan de jugar porque envejecen; Envejecen porque dejan de jugar”
Oliver Wendell Holmes
C.1. Actitud y creencias
Estamos sumidos en un estado de agitación y complicaciones que no dejan espacio para aquietarse y reflexionar sobre el rumbo a tomar.
La publicidad, el mercadeo, la globalización bombardean diariamente con una información hacia las “actitudes” que debemos asumir para mantenernos jóvenes, de cómo mantener la figura física, de ejercicios, de cirugías para estirar la piel y evitar las arrugas, aun cuando lo más importante es asumir una actitud que nos permita mantener el ALMA sin arrugas.
Es allí cuando una actitud optimista será el complemento imprescindible para que nuestro cerebro sea un generador de creatividad, en lugar de un pozo de lamentos.
Generalmente los patrones de conductas y actitudes están marcados por las “creencias” que son pensamientos, y conclusiones generadas de la información recibida o de experiencias vividas. Las creencias pueden ser conscientes o inconscientes y son una parte esencial de la personalidad, y pueden estar asociadas a valores, actitudes, emociones y comportamientos.
Aunque no estemos conscientes de su influencia en nosotros, en realidad las creencias inciden en nuestras acciones, percepciones, comportamientos y hasta en la biología de nuestro cuerpo; existiendo diferentes tipos de creencia, como creencias insanas, positivas y saludables, e incluso existen las creencias “limitantes” que pueden sesgar la percepción de la realidad y contribuir activamente a crear un determinado resultado.
Algunas creencias establecen límites a lo que podamos hacer y obtener. Ciertos comportamientos son un reflejo directo de nuestras creencias, percepciones y valores, generados por experiencias pasadas.
Muy a menudo se utiliza una expresión, que yo denomino como “lastimera”, pero que es una falsa creencia, como cuando se comentan temas sobre la vejez; como” bueno todos vamos para allá”.
El Dr. Juan Hitzig reconocido Gerontólogo y autor del libro “Cincuenta y tantos, cuerpo y mente en forma, aunque el tiempo siga pasando”, nos hace la siguiente explicación: “No hay duda de que el ser humano vive cada vez más.
C.2. Viviendo un poco más con salud
¿Cómo hacer para que esta longevidad no sea una acumulación de dolencias y enfermedades, sino una etapa vital, plena de experiencias y desarrollo personal?
Las ideas centrales de ese libro se basan en investigaciones que demuestran que alrededor de los cincuenta años se encuentra el Punto de Inflexión Biológica que define en qué forma envejeceremos.
Tomando en cuenta aspectos biológicos, sociológicos, psicológicos e incluso espirituales, presenta una manera de encarar los próximos años que permitirá frenar el envejecimiento y renovar, con inteligencia, la segunda mitad de nuestras vidas.
Este Profesor dedicado a estudiar las causas de la longevidad saludable sostiene con humor que: “El cerebro es un ‘músculo’ fácil de engañar; si sonríes cree que estás contenta(o) y te hace sentir mejor”.
Explica que el pensamiento es un evento energético que transcurre en una realidad intangible pero que rápidamente se transforma en emoción (del griego emotion, movimiento), un movimiento de neuroquímica y hormonas que cuando es negativo hace colapsar a nuestro organismo físico en forma de malestar, enfermedades e incluso de muerte.
C.3. Alfabeto emocional
Con los años, el Dr. Hitzig ha desarrollado un alfabeto emocional que conviene memorizar. Las conductas con R: Resentimiento, rabia, reproche, rencor, rechazo, resistencia, represión, Son generadoras de cortisol, una potente hormona del estrés, cuya presencia prolongada en sangre es letal para las células arteriales ya que aumenta el riesgo de adquirir enfermedades cardio-cerebrovasculares. Las Conductas con “R”: Resentimiento, rabia, rencor, represión, rechazo, resistencia, generan actitudes con “D”: Depresión, desánimo, desesperación, desolación. Las Conductas con “S”: Serenidad, silencio, sabiduría, sexo, sonrisa, son motorizadas de Serotonina, la hormona generadora de tranquilidad que mejora la calidad de vida aleja la enfermedad y retarda la velocidad del envejecimiento celular, estas actitudes generan actitudes “A”: Amor, amistad, acercamiento, aprecio, ánimo, alegría.
Así el Dr. Hitzig, hace las siguientes reflexiones: Presta atención a tus pensamientos, pues se harán palabras. Presta atención a tus palabras, pues se harán actitudes. Presta atención a tus actitudes, pues se harán conductas. Presta atención a tus conductas, porque se harán carácter. Presta atención a tu carácter, porque se hará biología. Así que en nuestro propio beneficio se deben mantener actitudes saludables y PRACTIQUEMOS.
C.4. Quejarse acorta la vida
La queja, por ejemplo, es un hábito común en las personas amargadas y pesimistas. Se deleitan buscando de qué quejarse para tener un tema de conversación generalmente negativa que no conduce a nada. La gente sabe que quejarse no cambia las situaciones, ni tampoco mejora las cosas, que no resuelven nada, porque es inoperante, no aporta soluciones, y solo es un recurso, para pretender inspirar lástima, y porque en el fondo no se atreven a cambiar aquello que les desagrada, ni aceptar lo que no pueden cambiar, ni aceptar a las personas como son.
Quejarse es concentrar la atención en situaciones desagradables, y esos pensamientos negativos crean la situación de esa persona, porque son los pensamientos los que generan la realidad. Muchos filósofos, profetas y sabios, sabían esto desde hace siglos, y lo transmitieron en sus doctrinas, lo lamentable es que no todas las personas toman conciencia de ello.
Todos en algún momento hasta la persona más positiva del mundo, se queja sin ser plenamente consciente, es por eso por lo que debemos aprender a no emitir juicios, a evitar las personas que siempre van pregonando sus males, ya que la queja no es sino la intención inútil de liberarse de un sufrimiento, y si tomamos consciencia de ello, evitamos la compañía de ese tipo de gente y fiscalizamos nuestros pensamientos, podemos eliminar por completo de nuestros pensamientos la negatividad y la queja.
Alimentar la curiosidad y celebrar cada día que pasamos en el mundo, es todo lo que hace falta para no retirarnos nunca del lado soleado de la vida.
C.5. La actitud positiva
Disponer la mente para ver diferentes alternativas ante las situaciones que se presenten y “ponerse” en los zapatos de los demás para no imponer nuestra manera y forma de ver las cosas..…es una actitud válida y que puede ayudarnos a liberar emociones; y, aceptar los criterios ajenos, puede evitar discusiones estériles y como dicen, así llevamos la fiesta en paz, por cuanto no todos observamos la vida con el mismo cristal.
Somos seres que estamos en un proceso continuo de cambio y una de las características que poseemos los seres humanos es que somos como el bambú, tenemos un alto grado de flexibilidad y adaptación, los cuales si comenzamos a practicar, sobre todo cuando observamos que nuestras capacidades físicas y mentales comienzan a menguar, nos pueden evitar ratos de desasosiego; porque si algo debemos tener muy presente es que todo cambia, que todo tiene su tiempo, que todo tiene un porqué y un para qué y que nuestras actitudes deben irse acoplando a nuestras necesidades y circunstancias de cada momento.
Considerar que nuestro entorno en general escapa de nuestro control y lo único que podemos cambiar y controlar es a nosotros mismos; que siempre tendremos la opción de elegir, cómo voy a actuar, que soy cien por ciento responsable de mí mismo y de mi conducta.
Alimentar una actitud positiva frente a los hechos nos permitirá encontrar siempre nuevas y mejores opciones; llega un momento en que con quejas y controversias solo podemos lograr aislarnos; ya que las demás personas no se alejan de nuestras vidas, somos nosotros con nuestra actitud los que permitimos que permanezcan en ella.
Asumir una actitud de respeto hacia los demás, no querer imponer criterios, aceptar que así como un día uno tomó sus propias decisiones, todas esas que me trajeron al sitio donde estoy, acertadas o no; mi entorno, hijos, nietos, sobrinos, todos, cuando llegan a una edad adulta, tienen el mismo derecho, de aprender y procesar sus propias experiencias.
C.6. Somos el resultado de nuestras decisiones
Son ellos los que tienen en su poder sus elecciones, que todos somos responsables al cien por ciento de nuestra vida, que la decisión sobre cuáles ejemplos seguir y las experiencias que desean realizar deben ser tomadas individualmente; así todos somos responsables de nuestros éxitos y nuestros errores; y sobre todo, debemos llevar a la práctica, el proverbio “ los consejos y las sugerencias son como el agua; dársela a quien la pida” y no, que por un patrón errado de actitud de tratar de justificar con “yo quiero lo mejor para ti”, pecamos de intromisión, ganando con ello frases que no deseamos escuchar, para luego asumir una actitud de víctima, que tampoco favorece para nada.
En líneas generales, luego de haber llevado un ritmo de vida, con todos los altibajos propios de cada tiempo; podemos elegir en beneficio de nuestra paz, armonía y salud, llevar una vida sencilla, que no significa retirarse a dormir en una hamaca, regar matas, cuidar loros o simplemente compartir la vida con una mascota ; sino aligerar el ritmo de ese estilo de vida; que bien podríamos resumir en primer lugar a darle valor a lo que no tiene precio y quitarle valor a lo que tiene precio; comer sano, hacer un poco de ejercicio, compartir eventualmente en actividades sociales, y lo más importante diariamente dedicarle tiempo a
Dios; no solo a primera hora del día agradecerle el milagro de amanecer con vida y al anochecer por habernos permitido disfrutar otro día más, sino a través de todo el día vivir en presente y como dijo Jesús de Nazareth…” lo demás viene por añadidura…”
También como medida preventiva y si es su elección, para su tranquilidad realizarse una evaluación médica general, una vez al año, aunque en el mayor de los casos, todos los médicos, de todas las especialidades, sin excepción, a menos que presente una problemática de salud muy severa, le informarán que sus achaques son propios de la edad.
De tal manera que, si consideramos que la actitud es la postura con que elegimos enfrentar las circunstancias de la vida, e igualmente es la manera en que comunicamos nuestros sentimientos a los demás, debemos entonces cultivar una actitud positiva, y así podemos manejar un estado mental consciente de mantener el pensamiento en positivo, y formar de esta manera paradigmas que van a reforzar con el tiempo, una actitud que sin importar las circunstancias que nos toque vivir, siempre podemos elegir, el lado bueno de la situación, ya que estaremos haciendo uso de la decisión de sentirnos libres; y vivir por encima de las cosas básicas, como enunció Víctor Frankl, “…La última de las libertades humanas es escoger la actitud de uno en cualquier clase de circunstancias…”
No es sabio ni prudente insistir en querer continuar haciendo y manteniendo situaciones que nos colocan en situaciones de riesgo, tanto físico como emocional.
Si es usted una persona que cuenta con la fortuna de llegar a los “Años Dorados”, en compañía de una pareja, juntos deberían complementarse con este tipo de conducta o actuación y así servirse de apoyo, pero sin desconocer el paso del tiempo, que es igual para ambos; sin entrar en descalificaciones que deterioran la convivencia en común y reconociendo las limitaciones físicas propias que vayan apareciendo, y brindarse hasta donde sea posible la ayuda necesaria, y llegado el caso pedir con humildad, ayuda a un tercero,
Eventualmente puede uno hacerse las siguientes reflexiones: – ¿Con qué actitud comienzo cada día? – ¿Cuál es mi posición ante las situaciones que debo enfrentar diariamente? – ¿Cómo reacciona la gente a mi alrededor con mi actitud? Cuando tenemos una actitud positiva la gente responde favorablemente. Cuando tenemos una actitud negativa la gente tiende a rehuirnos y alejarse.
C.7. Los buenos hábitos
Ahora bien, la actitud viene dada en gran parte por los hábitos, que pueden ser definidos como la segunda naturaleza de lo humano; los hábitos son la proyección del ser en el hacer; “casi sin pensarlo hago lo que soy, porque en algún momento construí con mi pensamiento y mi voluntad la decisión” de mantener una actitud positiva…así los hábitos vuelven estables una conducta por encima de los hechos circunstanciales que se deben enfrentar en el mundo.
De tal manera entonces, que en la medida que practicamos y nos hacemos de hábitos positivos, llegado el momento ya se habrá sembrado la actitud que marcará la pauta en la plenitud de la vida…
Lo siguiente bien podría ser una oración diaria. “…Con una actitud positiva y un corazón dispuesto, experimento el bien de Dios.
Tengo el poder de decidir —a cada momento— cómo tratar a las personas y las situaciones en mi vida, y qué actitud y cuáles acciones debo fomentar para seguir adelante. En mí yace la habilidad para ser dichoso y sentirme satisfecho.
Al estar consciente de ello, elijo ser feliz hoy y vivir al máximo. Elijo tener una actitud libre de temor, no importa lo que experimente.
Veo más allá de las apariencias y vivo con gratitud. Elijo ser optimista acerca del futuro y permanecer receptivo al bien de Dios en mayor medida.
Mi actitud me ayuda a crear una realidad mejor para los demás y para mí.
D. Línea de alimentación
«Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina»
Hipócrates
La conducta en la línea de alimentación es una línea que debe asumirse desde temprana edad. Mantener una dieta sana, alta en fibra y baja en grasa y carbohidratos, seguramente no se hace por lo agitado de la agenda en la juventud, no se toma de manera estricta, aunque ya puede observarse con mayor frecuencia que los jóvenes están dedicando más espacio de su tiempo, a dietas sanas, ir a gimnasios, hacer ejercicios al aire libre y evitando el consumo excesivo de alcohol, y otros vicios que perjudiquen la salud.
Es entonces que llegado el momento, si se ha llevado un ritmo de vida, un tanto extravagante en este sentido, se debe tomar conciencia de ello, y para mantener los niveles químicos (colesterol, triglicéridos, urea, glicemia, etc..) en parámetros “normales” y en beneficio del mantenimiento de los órganos y vías como venas y arterias, es necesario establecer un régimen alimenticio lo más sano posible, con el consumo de cereales, vegetales y frutas, que le permitan de manera eventual cometer algún exceso….pero que ello no sea la norma sino la excepción; obviamente hay mucho qué decir acerca de la alimentación y del ejercicio, necesarios para crear y sostener un balance saludable en el cuerpo.
Dentro de esta conducta se debe llevar una línea por mantener orden en el horario de comidas, al ser estas elaboradas de forma balanceada, permiten hacerlo ya que de esa forma el organismo evitará el consumo fuera de horario.
Sin convertirse en un esclavo de la comida, en el mercado se encuentra numerosa literatura, acerca de los beneficios de los diferentes vegetales, frutas, cereales y la manera de incluirlos en la dieta diaria, de acuerdo con las necesidades de cada persona.
Igualmente existen diferentes tips en la forma de alimentación que pueden regular las diferentes funciones del organismo, que son válidas y pertinentes de manera individual; sin embargo, también hay detalles como, por ejemplo: que las frutas deben consumirse antes de las 2 pm; que la cena debe ser ligera; en fin, aplicar un tanto aquello que debemos desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo.
Se debe acostumbrar al organismo a tomar una cena suave y no consumir alimentos altos en azúcar, grasa y carbohidratos. El consumo de alimentos ricos en antioxidantes –frutas y verduras, legumbres, frutos secos, té verde– no sólo ayuda por ejemplo a prevenir el cáncer, sino que neutraliza los temidos radicales libres que envejecen el cerebro.
Una dieta demasiado grasa, además, puede derivar en presión arterial alta, diabetes, obesidad o altos índices en nuestra química, los cuales dificultan el riego sanguíneo también en el cerebro. De tal manera, que, si tomamos en cuenta algo de la medicina china, que dice que nos enfermamos por “lo que pensamos, lo que sentimos y lo que ingerimos”, si a temprana edad se asumen ciertos patrones al respecto, pues podemos disfrutar de una plenitud en nuestra vida con buena calidad de vida.
La semana entrante vendré con la tercera y última parte de este libro.
Naguanagua, Estado Carabobo, Venezuela
18 de mayo de 2019

Excelente articulo para reflexionar !!!