PDVSA: estrategia vs parchetes

PETROLEO SIN RESERVAS – RAFAEL GALLEGOS – EL CANDIL – AÑO III – N° 124.

Las “revoluciones” latinoamericanas utilizan el mismo diccionario de excusas a través de las décadas. Para el hambre, el bloqueo. Para la represión, la guerra económica. Para elevar el ego y el desfallecimiento de los hambrientos reprimidos, el “heroico” pueblo. Así nos han dicho de Cuba por más de sesenta años y nos repiten a los venezolanos de hoy.

Ahora resulta que no hay gasolina ni gasoil, ni moneda, ni precios estables, ni desayunos, almuerzos o cenas (ahorita sí, ahorita no), casi que ni país … por las sanciones. Las sanciones del imperio. Como si el pueblo olvidara los exprópiese y las empresas tomadas y quebradas que han llevado al parque empresarial de Venezuela al 25%; o la monumental destrucción de Pdvsa, de la que el gigante Chávez asumió la responsabilidad cuando dijo Tenía que tomar esa colina que era Pdvsa.

Y porsiacaso el pueblo se queja de su pobreza, los “revolucionarios” le explican que ser rico es malo y buscan que las familias más inocentes se sientan candorosamente orgullosas de su pobreza y de su miseria. Y pensar que a veces lo logran. Qué razón tenía el Libertador – tan falsificado por esta “revolución”- cuando expresaba que un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción.

Moral y luces…

LA DESTRUCCIÓN DE PDVSA…

… no tiene parangón en la historia del mundo. Por más que el gobierno trate de ocultarla y haga lo imposible para que los venezolanos no midamos la verdadera dimensión del colapso operacional: disminución de la producción de petróleo desde más de tres millones de barriles diarios de petróleo hasta apurado medio millón, el desperdicio de la producción de gas, que se quema y arroja al aire en enormes cantidades; o el desmantelamiento de las refinerías de petróleo que tienen al país durmiendo en las estaciones de servicio.

Igualmente, el gobierno trata de ocultar la destrucción de la organización de Pdvsa, sentenciada cuando excluyeron ilegalmente a más de veinte mil gerentes y técnicos (casi la mitad de la nómina) hoy agrupados más vivos que nunca en Gente del Petróleo y Unapetrol (a mucha honra); y luego con la persecución política, la politización y la desidia gerencial que ha devenido en una empresa incapaz de asumir sus retos.

Por cierto, el gobierno demagógicamente exalta a los trabajadores como los reconstructores de Pdvsa, mientras le paga salarios de hambre. ¡Los explota!

Y de los jubilados y pensionados… esta semana denunciaron por televisión que han fallecido decenas de sus miembros este año por falta de atención médica.

Un colapso inocultable, por más que el gobierno trate de tapar el sol con un dedo.

Lesa humanidad.

FALSAS PROMESAS

El ministro de petróleo prometió acabar con las colas de la gasolina para finales de junio, y elevar la producción de petróleo a 1,5 millones de barriles por día para fin de año.

Las colas de la gasolina son el producto de la destrucción de las refinerías. La “parapetean” y un día producen alguito y tres nada. Puro parchete. A las refinerías hay que reactivarlas mediante un plan integral que incluya: inversiones, gente preparada y organización… tres cosas que no puedo darte, podrían parafrasear en Pdvsa a Gustavo Adolfo Bécquer…

Acabaron con la continuidad del personal de refinerías formado a lo largo de más de setenta años, y no tienen equipos capaces, contimenos organización.

Planificación Sr. ministro. Pdvsa era capaz – antes de que Chávez “tomara esa colina”- de procesar 1,3 millones de barriles por día en Venezuela y 1,8 en el extranjero… recuerdos de un ayer.  La “revolución” (no las sanciones) acabaron con las refinerías.

Y solo acabarán las colas, o importando o recuperando lo que se pueda de las refinerías. Se solicita plan estratégico.

Y en cuanto al millón y medio de barriles de producción ofrecidos para Pdvsa en diciembre, sería un “milagro petrolero” generar 250.000 barriles por mes de aquí a fin de año. Sin taladros, sin inversiones y sin organización… un verdadero milagro.

Seriedad señores. Seguirán las colas y la baja producción, o sea Pdvsa destruida, mientras no se hagan las cosas de manera diferente.

“SOBERANÍA” EN PETROCEDEÑO

Se fueron de la faja las empresas Total y Equinor. Dejaron atrás una gigantesca inversión de 4.000 millones de dólares que hoy costaría 9.000.  Se estimaba una producción de 200.000 barriles por día, (hoy apenas 30.000), convirtiendo en los mejoradores al crudo extrapesado de 7 u 8 grados API en petróleo liviano de 30 o 32.

El gobierno nos sorprende cuando se jacta de una gran negociación que reforzó la “soberanía”. Pero no publica los términos. Pura caja negra. Además, no aclara si las transnacionales se fueron por la falta de expectativas en la recuperación de Venezuela, o para concentrase en negocios más rentables que la faja, o para ajustarse a las exigencias del cambio climático.

El gobierno, que hace poco aprobó la Ley Antibloqueo con la intención de atraer capitales, y elaboró un plan cuya columna vertebral fue llenar de inversiones privadas a Pdvsa. Hoy, cambian la seña y dicen que salida de esas empresas de Petrocedeño es un triunfo de la “soberanía petrolera”. ¿En el nombre de esa “soberanía” se irán los demás socios de la faja? ¿Más “triunfos”?

Entonces, ¿quieren o no quieren atraer capitales para la industria? Señales contradictorias. Por eso nadie les cree. Eso de “soberanía” es como el individuo que botan del trabajo y se jacta que se liberó de la empresa. Libre… y sin sueldo.

Seriedad señores.

ESTRATEGIA

La recuperación de la industria petrolera requiere, en primer lugar, generar confianza. Se trata de atraer miles de millones de dólares que los inversionistas colocarían en el país que les garantice mejor ambiente para retorno de su inversión. La Ley antibloqueo no da seguridad, eso lo dan la coherencia de las instituciones, las actitudes y la confianza en las acciones gubernamentales; todas fallidas en este gobierno.  Por otra parte, las sorpresivas señales de “soberanía” son contradictorias y espantan hasta a los inversionistas más “panas”.

También se requieren equipos técnico- gerenciales de primera línea. No se trata de competir con el bodeguero de la esquina, sino con empresas transnacionales de primer nivel.

Y además, es imperativo un plan sistémico, que abraque todas las fases de la industria. Que pase por rescatar Pdvsa, atender la Emergencia (hay un Plan Táctico de Emergencia elaborado por más de 150 técnicos venezolanos). Luego, elaborar una nueva Ley de Hidrocarburos que apoye la despolitización y atracción de capitales privados, que sirva de soporte para la reconstrucción de una industria petrolera de primer nivel, capaz de competir exitosamente en el mundo y generar para los venezolanos gasolina y gasoil para el transporte,  gas y combustibles para la industria, las cocinas de los hogares y la electricidad;  y divisas para la economía. Y sobre todo estrategia para hacer que los beneficios de esa industria sean utilizados en la reconstrucción de Venezuela.

Y eso, no se logra con parchetes ni con medidas aisladas, ni con falsas promesas, ni con excusas. Se logra con estrategia.

Es hora de enfocarnos en las verdaderas causas, para desarrollar soluciones asertivas. Hasta cuándo tanto parchete en un techo que se derrumba. 

Venezuela merece una industria petrolera de primera, que sea capaz de contribuir a la construcción de un país de primera. ¡Hasta cuándo!

Caracas – Distrito Capital – Venezuela

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