El Candil Pedregalero – Año II – N° 83 .-
I Viendo pasar las nubes fue pasando la vida, y tú, como una nube, pasaste por mi hastío. II Y se unieron entonces tu corazón y el mío, como se van uniendo los bordes de una herida. III Los últimos ensueños y las primeras canas entristecen de sombra todas las cosas bellas; IV y hoy tu vida y mi vida son como estrellas, pues pueden verse juntas, estando tan lejanas... V Yo bien sé que el olvido, como un agua maldita, nos da una sed más honda que la sed que nos quita, VI pero estoy tan seguro de poder olvidar... Y miraré las nubes sin pensar que te quiero, con el hábito sordo de un viejo marinero que aún siente, en tierra firme, la ondulación del mar. AUTOR : José Ángel Buesa Recopilado por María Elena Finol
