ÁLVARO RAMÍREZ – EL CANDIL – AÑO III – N° 131.
La semana pasada fueron las elecciones primarias en Argentina. Los últimos dos años en América han sido especialmente movidos en los procesos de selección de mandatarios. Buena parte de los países han pasado por estos procesos. En este caso después de los comicios, la vicepresidenta culpa de la derrota a su jefe el presidente, y en carta pública descarta cualquier responsabilidad por los desastrosos resultados. Es de anotar que el presidente en ejercicio fue seleccionado a dedo por la vicepresidente para la campaña. ¿Interesante verdad?
Otro país, tenía hasta hace un par de años como su “mandatario”, a un personaje que tenía 14 años en el poder, utilizó la corte de justicia para avalar sus deseos de reelección indefinida y salió huyendo, después de tratar con sus mercenarios de aislar y rendir por hambre alguna población que no comulgaba con sus deseos de reelección fraudulenta. Después que la oposición en medio de su incoherencia hizo todo el esfuerzo posible para reelegirlo, lo logró y ahora esta nuevamente en el país, dirigiéndolo detrás de bambalinas.
En otro país, con indicadores económicos de crecimiento por cierto, el pueblo dirigido “inteligentemente”, después de arrasar y reducir a cenizas la infraestructura de transporte público, decidió que sus problemas eran todos causados por la constitución y era mandatorio hacer una nueva si deseaba progresar, vivir mejor y dejar algo a la generación que se está formando. Eligieron a quienes deben redactar la nueva constitución salvadora. Mientras terminan de reparar los daños y pagar las perdidas, están esperando pacientemente que todo mejore. Por ahora y como anticipo del futuro brillante, las nuevas autoridades indujeron la autorización al pueblo a retirar y disponer de los ahorros destinados a las jubilaciones.
Otro país, después de una campaña con multitud de candidatos eligió como su mandatario, en segunda vuelta, a un brillante educador revolucionario, que entre otras cosas desea acabar con los “monopolios económicos” del estado y promete expulsar a los emigrantes al día siguiente de su elección. El proceso fue muy interesante, contar los votos llevó un mes. Lamentablemente a pesar del triunfo, no le ha sido posible empezar a moverse por la senda de la mejora revolucionaria del país porque el pueblo piensa que no se ha acompañado de un equipo confiable. Hasta su mentor está un poco molesto. Esperemos que supere ese pequeño problema a pesar de las protestas, para que el país entienda y disfrute de su elección.
Otro país, después de casi mes y medio de conteos y reparos dio a conocer los resultados de la primera vuelta en la que participaron 16 formulas presidenciales. Una buena parte de ellas obtuvo menos del 2% del favor popular. En segunda vuelta finalmente se eligió un presidente que obtuvo algo más del 4.5% por encima del candidato representante de un expresidente que había huido y se encontraba asilado por delitos y deseaba retomar el poder con su movimiento. El resultado mostró además de una polarización geográfica, un voto nulo por encima del 16%.
Otro país se prepara para hacer elecciones. Sus candidatos en la carrera han sido seleccionados por el grupo mandante (No mandatario). El grupo, después de una rutilante carrera iniciada con un golpe fallido, llegó al poder con la firme intención y promesa de convertir el país en potencia en dos años, o renunciar. Desean obtener nuevamente el favor popular para, “ahora sí”, convertir el país en un paraíso terrenal, después de 23 años en el poder.
Un país más se encuentra en campaña desde la elección del actual mandatario en 2018. La elección del nuevo debe llevarse a cabo en unos meses. Es difícil saber a ciencia cierta cuantos candidatos hay, e identificarlos claramente. Sin embargo alguno de ellos lo es, desde el mismo momento en que fue derrotado en la pasada elección y prometió, al declararse humildemente ganador del segundo lugar y después de declarar bandidos a quienes no votaron por Él, llevar a sus seguidores a las calles si el presidente electo no seguía sus deseos. En los últimos tres años y a pesar de la pandemia, los costos de destrucción de infraestructura y propiedad privada y pérdida de vidas, son incalculables.
En todos los casos mencionados hasta ahora, se han visto envueltos candidatos con problemas legales, reclamos de fraude en los procesos, solicitud de observadores internacionales, demanda y solicitud de pueblo a las calles y por otra parte, felicitación al pueblo por algún ganador o enviado extranjero, por el éxito de los comicios y su talante democrático.
Creo que nos haríamos interminables si describiéramos suscintamente como lo hemos hecho, otra serie de países con elecciones y cambio de mandatarios. Países centroamericanos, el Caribe y aun Norteamérica, han tenido o se enfrentan a procesos interesantes y no necesariamente transparentes y constructivos.
Analizando un poco estas situaciones que hace un tiempo se vienen presentando en nuestros países a la hora de “escoger autoridades” que nos representarán en cargos de elección popular, se me ocurre compararlas con la “conquista” en la especie animal. Hay similitudes y alguna diferencia que no se si sean a favor de los seres humanos, o en contra de su racionalidad:
Los conquistadores recurren a los sentimientos, deseos, hormonas e ilusiones.
Los irracionales lo mismo que el hombre, presentan sus mejores galas a su población objetivo aunque para ello deban recurrir al engaño o disfraz.
La población objetivo es “cómplice del resultado” ya que espera ser conquistada y ceder sus derechos al elegido.
Una vez conquistada, la población objetivo forma un “rebaño” que confía, ansía y espera que las promesas se cumplan.
Una diferencia importante es que las etapas de conquista en los animales solo se presentan en los periodos reproductivos con el fin de preservar la especie. Las “Conquistas de las Campañas Políticas” de los seres humanos no son necesariamente para preservar la especie y cada vez los períodos son más largos. Prácticamente desde la culminación de una campaña se decreta el inicio de la siguiente en un ciclo cada vez más largo, hasta hacerlas permanentes y omnipresentes, en todas las actividades, a todo el público y sin importar ninguna circunstancia. Ejemplo representativo es la politización de la pandemia actual.
Esta última característica de las campañas, unida a la manipulación de sentimientos, probablemente es la que ha generado paulatinamente los resultados que se ven hoy en día en nuestros países y que prácticamente se pueden tipificar:
Acciones aparentemente irracionales casi que suicidas como sociedad, con la destrucción de infraestructura, atentados contra la vida, violación indiscriminada de los derechos de los demás y daños premeditados contra la economía.
Polarización extrema que no permite ver más allá de los pensamientos y creencias, y adopción del odio y la anulación de cualquier acción positiva adoptada por la contraparte política, que ha dejado de serlo para convertirse en grupo enemigo y objetivo.
La búsqueda y elección de “mesías vengadores” que prometan adoptar el papel de “acabar” con los enemigos políticos a cualquier precio.
La obnubilación y pérdida de la capacidad de análisis y búsqueda de planes racionales para lograr objetivos que beneficien a la comunidad como tal. El discernimiento llega solo a la capacidad de seguir a alguien y la adopción de su nombre o apellido como slogan y elemento de unión, tipo secta.
La aparición de múltiples candidatos a captar y hacer suyas las voluntades de sus seguidores, para convertirlas en elemento de negociación o canje para la obtención de beneficios individuales.
La desaparición de mecanismos sistemáticos de evaluación y selección de representantes, y su reemplazo por decisiones a voluntad de “dueños” de cotos o “franquicias” electorales.
No creo que ese perfil, que ya casi es típico de los procesos de selección de los “mejores” líderes y representantes de nuestras sociedades, pueda causar orgullo y podamos mostrarlo como el ejemplo a seguir para las nuevas generaciones. De hecho ya se está logrando tal grado de contaminación, adoctrinamiento y manipulación, que cada vez es mayor el papel destructivo que juegan algunos jóvenes.
En días pasados leyendo algún artículo sobre Jeff Bezos y sus éxitos como capitán de empresa, me encontré con un principio que considera que le ha ayudado en su carrera. En una empresa como cualquier grupo humano, el análisis, la experiencia, la intuición y el perfil diferente conduce a propuestas diferentes a la hora de adoptar una decisión colegiada. En esos casos, después de una discusión que puede llegar a ser apasionada, se toma una decisión teniendo en cuenta por lo general las diferentes posiciones. Sin embargo y allí estriba la diferencia que El cree que ayuda a hacer exitosas sus empresas, es que una vez adoptada una decisión existe solo una opción, apoyar para que la decisión tomada sea exitosa. No hay excusas. No importa que inclusive quien pudiera haber tenido una propuesta diferente haya sido el presidente de la empresa. Una vez adoptada una decisión, TODOS la apoyan y trabajan para su éxito. Ninguno, incluido el presidente, piensa que su éxito pudiera ser demostrar que la decisión fue la equivocada por no haber adoptado la suya. Todos se juegan su futuro en el éxito de la decisión, no en su fracaso.
Una actitud de una lógica aplastante, que aparentemente cualquiera podría decir que es la forma “racional” de actuar en una empresa y en cualquier grupo con objetivos que realmente persigan su sostenibilidad.
¿Pudiéramos imaginar en una sociedad, aun no racional como la de un panal, un grupo de abejas destruyéndolo, para tratar de demostrar que el sitio escogido por algunos miembros electos para construirlo no fue el adecuado?
¿Que acciones pudieran ayudar en la búsqueda de caminos para mejorar la situación? No se trata de encontrar situaciones salvadoras, como las revolucionarias o mesiánicas, autocráticas o con alcance galáctico. Ya la humanidad ha tratado de encontrar mediante la creación de organismos internacionales y de intercambio, la forma de encausar las diferencias y neutralizar las desviaciones y amenazas de algunos países a la convivencia y bienestar global. Resaltan los pronunciamientos de “profunda preocupación” de algunos de estos organismos, sobre violaciones a las leyes, delitos de lesa humanidad o manipulación de la justicia en algún país integrante. Difícilmente puede ser de otra forma, considerando que no es aceptable el ejercicio de mecanismos de hecho para superar las situaciones, que cada país tiene sus propios intereses, que es miembro del organismo por derecho y puede estar o no, de acuerdo con los demás.
Los aportes en la búsqueda de una mejora de la situación deben ser de abajo hacia arriba. El proceso de selección de lideres y candidatos de un grupo o país determinado, debe ser mejorado mediante aportes y esfuerzo de los miembros de esa sociedad. Nadie puede llegar a un país a decirle cómo organizarse para escoger sus líderes y representantes para la toma de decisiones.

Esa es la tarea que tenemos por delante si no queremos seguir siendo reprobados y terminar en casi todos los casos, desde antes de terminar cada periodo, con la sensación de habernos equivocado, y la esperanza, alimentada por cada nuevo candidato, que ahora si vamos a salvar el país y el mundo, simplemente votando y confiando en sus promesas, en un SAINETE O FARSA SIN FIN, JUGANDO A LA AUTODESTRUCCION.
BOGOTÁ – COLOMBIA

Que lastima que este foro, que era para resaltar los valores de nuestro pueblo y así tener un espacio libre de la diatriba política que nos ha venido carcomiendo y dividiéndonos como pueblo, se ha convertido en un medio más para continuar con lo anterior. ¿Será que no hay suficientes foros de discusión política en nuestro medio?