JON MILTIMORE – EL CANDIL – AÑO V – N° 239.-

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Políticos como Trudeau no pueden admitir que son sus propias políticas y la impresión de dinero las culpables de los altos precios de los alimentos.

Esta semana han aparecido nuevos datos gubernamentales que muestran que los precios de los alimentos en Canadá siguen subiendo.

Aunque la inflación interanual de los precios al consumo se redujo al 3,8% en septiembre, los precios de los alimentos aumentaron un 5,8% respecto a hace un año, impulsados por la subida de los precios de los productos de panadería (8%), las verduras frescas (7,6%), los productos de pasta (10,8%) y las aves de corral (6,5%).

Los precios de los alimentos han sido durante mucho tiempo un punto delicado para los canadienses. Incluso antes de 2023, las estadísticas mostraban que unos 7 millones de canadienses, incluidos 1,8 millones de niños, vivían en hogares con dificultades para llevar comida a la mesa.

A medida que la inflación seguía aumentando los precios de los alimentos en 2023, la indignación de los consumidores crecía rápidamente.

«Si estoy pagando tanto, espero que haya oro en ese pollo», respondió un usuario a un tuit viral en enero que mostraba una etiqueta de precio de 37 dólares en un paquete de pechugas de pollo.

I beg your pardon pic.twitter.com/3IIlc7xtY6

— Siobhan Morris (@siomoCTV) January 4, 2023

El episodio provocó acusaciones de precios abusivos y un artículo de gran repercusión en el New York Times, pero el periódico informó de que la indignación contra los supermercados estaba fuera de lugar.

«Es fácil enfadarse con el tendero, pero hay muy pocas pruebas de que se esté aprovechando de la situación», afirma Mike von Massow, profesor de economía alimentaria de la Universidad de Guelph, en Ontario.

Los precios de los alimentos no han hecho más que empeorar desde entonces, y el Primer Ministro Justin Trudeau, que al parecer no lee el New York Times, ha encontrado el mismo chivo expiatorio que muchos otros poco versados en economía básica: los ultramarinos.

El mes pasado, Trudeau amenazó con aplicar nuevos impuestos a las tiendas de comestibles si no encontraban la manera de bajar los precios de los alimentos.

«Las grandes cadenas de supermercados están obteniendo beneficios récord. Esos beneficios no deberían obtenerse a costa de las personas que luchan por alimentar a sus familias», dijo Trudeau ante una multitud en Ontario.

Al apuntar a los supermercados y a los «beneficios récord», Trudeau está repitiendo la retórica de algunos políticos estadounidenses, como la senadora demócrata Elizabeth Warren, que ha afirmado que la inflación se debe a la «avaricia empresarial».

La idea de que las empresas se volvieron repentinamente codiciosas tras la pandemia nunca pasó la prueba del olfato económico, y fue rebatida recientemente en un documento de la Reserva Federal.

«Los márgenes de beneficio de las empresas no fueron anormalmente altos tras la pandemia de COVID-19, una vez contabilizadas las intervenciones fiscales y monetarias», señaló Dino Palazzo, economista jefe de la Junta de la Reserva Federal.

Sin embargo, políticos como Trudeau, que hace menos de un año criticó la idea de aplicar un impuesto extraordinario a las empresas de comestibles para bajar los precios de los alimentos, han repetido una y otra vez la afirmación de que las empresas codiciosas son la causa fundamental de la inflación. ¿Por qué?

La respuesta es sencilla: la verdadera culpa de la inflación la tienen ellas.

Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador de Canadá, dio en el clavo en una entrevista reciente cuando señaló que las políticas del gobierno canadiense son las culpables de la inflación, al igual que quienes las dirigen.

«[Trudeau] imprime 600.000 millones de dólares, hace crecer nuestra masa monetaria un 32% en tres años», dijo Poilievre. «Eso es hacer crecer el dinero ocho veces más rápido que la economía. No es de extrañar que tengamos la peor inflación en cuatro décadas».

Pierre Poilievre casually smacks down a left wing journalist while munching on an apple. pic.twitter.com/FeAcjCncvw

— Townhall.com (@townhallcom) October 17, 2023

Este es el misterio de la inflación. (En realidad no es un misterio.) Los políticos y los bancos centrales inundaron la economía de dinero, lo que devaluó la moneda.

La economía básica enseña que el aumento de la oferta monetaria más rápido de lo que una economía puede proporcionar nuevos bienes y servicios dará lugar a la inflación de precios, y eso es precisamente lo que hemos presenciado. De hecho, durante gran parte de la historia moderna, la inflación se definió como la expansión de la oferta monetaria, no como un aumento de los precios (que es la consecuencia de la expansión de la oferta monetaria). Henry Hazlitt explicó célebremente la diferencia en Economía en una lección.

«La inflación es un aumento de la cantidad de dinero y crédito. Su principal consecuencia es la subida de los precios», explicaba Hazlitt. «Por lo tanto, la inflación -si usamos mal el término para referirnos a la subida de los precios en sí- está causada únicamente por imprimir más dinero».

Políticos como Trudeau no pueden, por supuesto, admitir que son sus propias políticas y la impresión de dinero las culpables de los altos precios de los alimentos. Así que pronuncian discursos en los que culpan a las tiendas de comestibles y a los productores de alimentos de la inflación que han provocado y les amenazan con nuevos impuestos.

No está claro si los canadienses se darán cuenta de la burda farsa de Trudeau. Lo que está claro es que los tenderos canadienses no son responsables de la subida desorbitada del precio de los alimentos en Canadá. Justin Trudeau y el Banco de Canadá lo son.

Este artículo apareció originalmente en The Washington Examiner.

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