FREDDY RIERA – EL CANDIL – AÑO IV – N° 192.-

Los verdaderos artífices del éxito

Los verdaderos artífices del éxito de la PDVSA azul fueron las empresas petroleras transnacionales a quienes la “democracia” venezolana no les renovó las concesiones.

El personal de cada una de las empresas extranjeras, (Shell, Mobil o Creole), fue objeto de un riguroso proceso de selección, y capacitación. La ética, la responsabilidad, la organización, la honestidad, el sentido de pertenencia, el respeto por las leyes, el ser buen ciudadano, y la excelencia, fueron su distingo.  

Las empresas petroleras extranjeras habían reclutado a los mejores, y esa cualidad se trasladó a la nueva PDVSA. El personal de las transnacionales poseía elevadísimos niveles de conocimiento técnico operacional, administrativo, financiero y gerencial.

Sin ese personal altamente calificado PDVSA no hubiese podido operar. Es decir, la nueva empresa estatal se seguiría administrando de la misma forma que lo venían haciendo en las transnacionales. Esto demuestra que el estado no debe intervenir en las empresas privadas y eso fue lo que ocurrió con PDVSA.

Prueba irrefutable del fracaso de las intervenciones del estado fue la política ejecutada por Hugo Chávez cuando intervino a PDVSA. Mientras a PDVSA la mantuvieron alejada de la intervención de estado fue todo un éxito y al intervenirla la arruinaron.

Propiedad privada desplazada por estado interventor

Carlos Andrés Perez en su primer periodo presidencial decide aplicar la política de no más concesiones a las empresas petroleras transnacionales y resuelve adelantar la aplicación de la Ley de Reversión petrolera, que consistía en no renovar ni extender las concesiones de exploración, extracción, refinación y comercialización, así que, eso deriva en la nacionalización de la industria petrolera, pagando las indemnizaciones correspondientes.

Con esta medida política se consuma el acto comunista más relevante de todo el periodo democrático, incluyendo el periodo chavista. Pues se desplaza al sector privado de la principal actividad económica del país y es sustituida por mas estado. Tambien nacionaliza las industrias de hierro, aluminio y sector eléctrico. Solo un comunista podia hacer eso. Jamas un republicano liberal lo haría.

La decisión de no politizar a PDVSA

Cuando el estado venezolano crea el monopolio petrolero llamado PDVSA, ésta absorbe en su totalidad a todos los trabajadores de las empresas filiales manteniendo cada una su estructura gerencial, operacional, y administrativa. 

Así que, se sustituyeron las denominaciones comerciales originales de cada una por las filiales Maraven (Antes Shell), Lagoven (Antes Creole), Meneven(Antes Móvil) y Corpoven(Antes CVP), manteniendo cada una su propia identidad como empresas filiales, pero agrupadas en un holding petrolero estatal.

Vale mencionar que la CVP, luego Corpoven, fue una empresa estatal muy impactada políticamente, la cual se vio sustancialmente mejorada al formar parte del conglomerado de empresas que venían operando según los esquemas comerciales, administrativos y gerenciales con un alto nivel de calidad y rendimiento.

A pesar de la mala decisión política de desplazar al sector privado por mas estado, los politicos del momento toman una decisión sensata cuando resuelven no partidizar a la recién creada empresa con sus filiales.

Modelo PDVSA replicado

El modelo de no intervención política aplicado a PDVSA se replicó en Enelven, Enelbar y la Electricidad de Caracas, las cuales fueron nacionalizadas, manteniendo la calidad de las operaciones y del servicio por largo tiempo, gracias a que preservaron los mismos empleados preparados por las transnacionales.

El caso opuesto con resultado catastróficos fue CADAFE; empresa estatal de electricidad, intervenida políticamente, la cual se destacó por su mal servicio, y porque nunca produjo ganancias. Sus deficit eran cubiertos por las asignaciones presupuestarias provenientes de la renta petrolera.

De igual modo ocurrió con el IVP y Nitroven. Ambas, empresas petroquímicas propiedad del estado, altamente impactadas por la política. Estas empresas fueron integradas en una nueva empresa llamada PEQUIVEN, S.A, la cual fue convertida posteriormente en filial de PDVSA.

Aquí ocurrió un fenómeno impresionante, ya que la despolitización y la creación de una nueva cultura empresarial y comercial al estilo de las petroleras transnacionales produjo lo que se conoce como “El milagro de la petroquímica”. Convirtiendo a esta industria en un negocio rentable, ejemplar, dejando de ser una carga para el estado.

El estado no debe ser propietario

Hoy en día, todos estamos de acuerdo en que el estado venezolano no debe ser propietario de empresas, y mucho menos que intervenga en ningún sector de la economía; tendencia totalmente opuesta a la corriente que imperaba en los 40 años del período democrático.

CAP se equivocó políticamente al nacionalizar la industria del petróleo, las industrias básicas, y la electricidad, porque eso conduce al socialismo, dando mayor poder al estado y subordinando la participación privada. El mismo CAP intentó revertir y remendar el error en su segundo mandato.

No igualado el legado de las transnacionales

Las obras de urbanismo, de vialidad, escuelas y hospitales construidos por las transnacionales del petróleo en Venezuela no ha podido ser superado hasta los momentos. En los cuarenta años el período democrático en nuestro país, el estado no construyó nada que lo supere.

Así que, fueron las transnacionales del petróleo los verdaderos artífices del éxito de la PDVSA azul, no fue CAP ni los políticos, ni el militar Ravard. Los lauros son para el personal preparado y capacitado por las transnacionales. Honor a quien honor merece.     

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