TARSO VIDAL – EL CANDIL – AÑO IV – N° 175.-
Definiciones:
¡Acción y resultado de preocuparse por una persona, cosa o situación…! La preocupación puede generar: ansiedad, pánico, estrés…
Preocuparse: Sentir desasosiego, inquietud o temor por algo que puede ser perjudicial o negativo y que se piensa con insistencia. «Me preocupé de verte tan delgado»
Prestar atención a una persona o una cosa y hacer lo necesario para que estén bien o correctamente.
Comentarios:
Una preocupación puede surgir cuando estamos frente a una situación, conflicto o problema que nos atañe directa o indirectamente, y que en ese momento no encontramos una salida o una solución. El sentido del deber, la obligación, principios, valores y creencias influyen de forma determinante en la aparición de esta reacción emocional.
Hay situaciones que nos afectan cuya solución escapa de nuestro alcance, pero en la mayoría de los casos pueden tener solución favorable, todo depende de la actitud que asumimos frente al conflicto.
Hoy en día nos preocupamos casi por todo. Nos agobian tantas cosas y hechos que generan preocupaciones en el ser humano en general. Es el resultado de un bombardeo diario de lo que ocurre en el Planeta todo.
El gran problema es la cantidad de situaciones de distinta índole que nos invade nuestra existencia día a día. Situaciones en nuestro entorno inmediato, cercano, y en toda la Humanidad en general. Tv.
Hay un viejo adagio que ayuda a tomar posición de equilibrio frente a un conflicto: Señor, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo y sabiduría para poder diferenciarlas.
La preocupación es el primer paso para la solución de problemas, el siguiente es buscar las soluciones y luego tener la voluntad para accionar las soluciones.
Referencia Bíblicas
DE NADA SIRVE PREOCUPARSE: Mateo 6:25-34
25. Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?
26. Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?
27 ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?
28 ¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan;
29 Sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos.
30 Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe?
31 Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?”
32 Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan.
33 Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.
34 Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.
«Un día de preocupación es más agotador que un mes de trabajo cotidiano. Sigamos las enseñanzas bíblicas y tratemos de ser feliz en este primer nivel de existencia humana».
Tarso Vidal