Profesión: Empleado público

ÁLVARO RAMÍREZ – EL CANDIL – AÑO V – N° 231.-


Es interesante y lo he dicho antes, ver cómo la figura de “cadena de suministro” a partir de la pandemia se ha hecho popular y entendido por gran parte de la ciudadanía. Ante el impacto del desabastecimiento y en la búsqueda de causas, el común de la sociedad empezó a entender más fácilmente cómo, el cierre de algún puerto en China o algunas fábricas podía obligar a muchos ciudadanos o empresas a cancelar sus planes de compra de vehículos. Se empezó a hacer palpable el impacto de la globalización en la vida rutinaria. Hoy es comprensible más fácilmente, cómo se debe pagar más por un desayuno en este lado del mundo, por la invasión de Ucrania.

El concepto de cadena de abastecimiento y la globalización como marco necesario para incrementar la productividad y obtención de resultados en la satisfacción de demanda, es el resultado del esfuerzo continuado de mejoramiento y la búsqueda de beneficios individuales. Los emprendimientos, las empresas, para progresar, han desarrollado el respeto por la integración y suma de esfuerzos como el camino para lograr la recompensa y el mejoramiento de sus resultados y las condiciones de vida de sus asociados, mediante la satisfacción exitosa de la demanda de sus clientes.

Tal como en las empresas privadas, para el alcance de su visión y cumplimiento de su misión, son aspecto clave su organización y normas de funcionamiento, en la sociedad en general, parte importante del buen funcionamiento está asociado a la definición de roles, normas y leyes rigiendo la interacción. En otras palabras, un marco de funcionamiento. La forma de gobierno, dirían algunos, aunque la palabra gobierno ya se asocia al ejercicio de poder por parte de unos y sumisión por parte de otros.

Lo más aceptado o deseado por la sociedad, como forma de gobierno, se predica, que es la democracia. Digo se predica, porque, aunque no sea una realidad, no hay estado que no se declare democrático.

En un estado democrático la división de poderes, Ejecutivo Legislativo y Judicial y la presencia de organismos de control, busca el equilibrio en el ejercicio de funciones y a través de ese equilibrio, resultados favorables para la sociedad toda. La mayor satisfacción posible de sus necesidades. Ese estado, ante sus “mandantes” y clientes, a quienes sirve y de quienes recibe el requerimiento de satisfacer sus demandas, no puede pretender en ningún momento ser soberano, independiente y autónomo. Guardando las diferencias, ningún estado o sus instituciones puede pretender actuar de espaldas a la demanda de sus clientes, así como ningún emprendimiento o empresa consolidada puede actuar en contra de los intereses de sus clientes y entorno, sin el riesgo de fracasar y perder su soporte y fuente de ingresos. Además de no ser conceptualmente posible funcionar en contra de los intereses de sus clientes y propietarios, tanto en las empresas como en los estados, no es posible vivir en aislamiento. No es posible ser autosuficiente.

Concentrándonos en el estado, no es posible, cumplir su misión de servicio sin contar con el apoyo de proveedores, especializados en las diferentes actividades por las cuales debe responsabilizarse.

Pensamos en ¿Mantenimiento y operación de instalaciones e infraestructura en general? ¿Educación? ¿Servicios públicos? ¿Distribución de insumos? ¿Transporte? ¿Producción de energía? ¿Salud? Todas estas áreas citadas como ejemplo requieren niveles específicos de conocimiento no solo técnico, sino de administración e integración para lograr llevar a cabo sus operaciones y proyectos. El estado para cumplir con sus funciones requiere la integración de los esfuerzos en múltiples áreas o especialidades. Requiere la contratación. No creo que sea difícil aceptarlo y entenderlo como necesario.  Porqué, a pesar de ser aparentemente comprensible la necesidad de integrar esfuerzos y contratar entidades privadas para funcionar, cada vez más estados muestran pobres resultados, no solo a nivel nacional como un todo, ¿sino también en cualquier región o ciudad?

¿Cuál es la diferencia entre el funcionamiento del sector público y la empresa privada? ¿El conocimiento está solo en un sector? La capacidad de integrar, coordinar, controlar, ¿está solo en un sector? La respuesta es un categórico, no. El recurso humano es el mismo en el sector privado que en el público. Son los mismos ciudadanos tratando de cumplir las funciones encomendadas. Probablemente graduados de los mismos institutos y universidades. La tecnología disponible en el mercado lo está para la empresa privada y los organismos públicos.

Recuerdo cuando era niño cómo mis padres y abuelos admiraban a los funcionarios, ingenieros del “Ministerio de Obras Públicas”. Las obras del estado eran frecuentemente admiración de otros países y premios nacionales o internacionales. Las sedes universitarias no solo eran templo del saber sino sobresalientes obras arquitectónicas. ¿Como es hoy? No creo que haya que hacer mucho esfuerzo para contabilizar los puentes caídos en el hermano país bolivariano o la cantidad de “elefantes blancos” sin terminar, aunque pagados 2 y 3 veces el estimado inicial.

¿Qué ha pasado?

Soy un convencido que el deseo de obtener satisfacción de sus necesidades reales o aparentes (aquellas que se imponen producto del desenvolvimiento en un medio que exige o valora ciertas cosas), es inherente al ser humano, que sabe que debe hacer algún esfuerzo para obtener esa satisfacción.

¿Acaso no es ese deseo de cada uno de vivir cada vez mejor y su derivado la demanda de bienes y servicios, el motor del mundo? 

¿El deseo del ser humano de obtener una retribución por el esfuerzo y los logros y su libertad de dedicarla libremente a satisfacer sus necesidades, lo podemos llamar “ambición”? ¿Después de llamarlo ambición (bendito léxico y su manejo tendencioso dependiendo de la audiencia) lo podemos penalizar? ¿Será que podemos penalizar al empleado hincha, que dedica unos días de su esfuerzo a trabajar y espera su remuneración para comprarle a su hijo la camiseta de su equipo favorito?

En la empresa privada, la política de remuneración normalmente reconoce que a mayores logros mejor remuneración. A mayor aporte, mejores oportunidades de crecimiento y progreso.

¿Cuáles son las bases de selección y remuneración del recurso humano en los organismos públicos? ¿Cuáles son los elementos de motivación, de incentivo, de los empleados públicos?

¿Las bases son que quienes están ubicados en una misma clasificación deben ser remunerados igual y que lo importante son las horas de trabajo y que la remuneración no está asociada al resultado?

¿Con esta política de remuneración se puede esperar compromiso de los actores con los resultados?

En cuanto a la contratación pública, la contratación de bienes y servicios se rige por licitaciones.  La base de las licitaciones es una competencia con igualdad de oportunidades a los participantes. Sin embargo, se debe tener siempre claro, que el precio es solo una parte de la comparación, especialmente si se trata de servicios. No dudo que los empleados que preparan los términos pueden tener la capacidad, conocimiento y voluntad de introducir elementos de comparación como niveles de servicio, capacidad de respuesta, experiencia, inversión inicial requerida, etc. ¿Sin embargo, quien es el juez que decide? ¿Esos técnicos contratantes? o la opinión pública, especialmente dirigida por consideraciones externas como ideología, ¿e intereses políticos?

Expresiones como, la educación no puede ser negocio, la salud no puede ser negocio, los sagrados recursos públicos no pueden ser manejados por entes privados, el estado no puede ser socio en empresas donde no tenga mayoría, el estado no puede ser el socio bobo con los dineros públicos, se escuchan fácilmente en las plazas públicas, en recintos parlamentarios y en foros de formación de opinión.

¿Le es posible al estado en ese marco, hacer contrataciones a largo plazo, alianzas estratégicas o convenios de abastecimiento y administración de recursos? ¿En ese marco le podemos apostar a ganador? ¿A obtener buenos resultados?

¿Cuál empleado público se puede comprometer con la toma de decisiones orientada a resultados en ese ambiente? ¿Especialmente si es conocido que el empleo público no contempla una carrera y que cada uno es un fusible que se funde ante cualquier error que le pueda “delegar su jefe”, o sale ante la necesidad de adjudicarle su posición a alguien nominado por el entorno familiar de cualquier mandatario, en su afán de distribuir y pagar favores? Será posible esperar una actuación proactiva, innovadora, de esfuerzo sostenido de un colaborador cuyo mayor incentivo en el marco de la ética y honestidad es esperar que no prescindan de sus servicios ante cualquier cambio de naturaleza ideológica o movimiento político?

¿Será posible seguir pensando que los pretendidos lideres, “adalides del bien común” deben ver y exponer a los “tecnócratas” (Así con connotación negativa) como los enemigos de los pueblos?

Debemos proteger nuestras instituciones. Una de las formas de hacerlo es recordar que son conformadas por personas con su deseo natural de superación, a quienes se debería remunerar apropiadamente según los resultados que obtenga para la sociedad y no como ficha, peón político o fusible del cual se puede disponer. El populismo habla del maltrato al empleado de las empresas. ¿Habrá mejor muestra de maltrato, que los esquemas de remuneración, manejo y trato a los empleados públicos de quienes se prescinde a voluntad independientemente de su aporte y potencial?

Desde niños debemos enseñar a nuestra descendencia que el fruto del esfuerzo sistemático, más el conocimiento, es el único camino para mejorar las condiciones de vida. Bajo este patrón, aprender a medirse honestamente, es la forma de presentar resultados y apostarle a una adecuada remuneración y progreso, en un ambiente de valoración al aporte y lejos de populismos manipuladores malsanos. En algún momento agradecerán esa fortaleza.



Álvaro Ramírez

Ingeniero Industrial con entrenamiento en USA, England, Holland, UCLA, Penn State y Michigan.  Gerente de logística de bienes y servicios operaciones y proyectos en Shell de Venezuela, Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), Petroquímica de Venezuela, S.A. (PEQUIVEN), BARIVEN, y Canadian Oíl Company de Colombia. SEO PROCURAMOS, proyectos, consultoría y asesoramiento internacional.


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