LEONARD BATISTA – EL CANDIL – AÑO V – N° 225.-
La propiedad privada y la libertad individual son pilares fundamentales del pensamiento liberal y libertario, con influencias de filósofos como John Locke y economistas como Frédéric Bastiat.
Estos pensadores defienden la idea de que la propiedad privada es un derecho natural, y que el Estado debe garantizar su protección. Los principios de Locke y Bastiat son herramientas esenciales para analizar las invasiones de tierras llevadas a cabo por el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) en Brasil.
John Locke, en su libro «Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil», argumenta que la propiedad privada se adquiere a través del trabajo individual y es esencial para la preservación de la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
La propiedad privada no es sólo una mera acumulación de bienes, sino una extensión de la personalidad y el esfuerzo humano. Es a través del trabajo y la adquisición de la propiedad que los individuos ejercen su libertad y mejoran sus condiciones de vida. Frédéric Bastiat, economista y defensor del liberalismo clásico, señala que el Estado debería tener un papel limitado en la sociedad.
Su función principal es proteger los derechos individuales, incluido el derecho a la propiedad. Sin embargo, el Estado no debe intervenir más allá de eso, no debe promover la redistribución forzada de la riqueza o la expropiación de la propiedad.
En opinión de Bastiat, el papel del Estado frente a la invasión de la propiedad privada sería proteger los derechos individuales y la propiedad. El autor sostiene que la función legítima del gobierno es garantizar la justicia y el orden, no intervenir en las relaciones económicas y sociales más allá de eso.
Por lo tanto, desde el punto de vista de Bastiat, el Estado debe actuar para prevenir y castigar la invasión de la propiedad privada, ya que esto representa una violación de los derechos naturales de los individuos, como el derecho a la propiedad. El estado sería responsable de establecer y hacer cumplir las leyes que protegen la propiedad y garantizan la seguridad de los ciudadanos.
Basado en los principios de Locke y Bastiat, es posible criticar las invasiones de tierras llevadas a cabo por el MST. Aunque el movimiento reivindica la lucha por la reforma agraria y la redistribución de la tierra, sus acciones violan los principios de la propiedad privada y la limitación del papel del Estado.
En primer lugar, las invasiones de tierras promovidas por el MST no respetan los derechos de propiedad de los propietarios. Al invadir y ocupar tierras privadas, aunque el movimiento las considere improductivas, el MST no respeta los derechos de las personas que han adquirido legalmente estas propiedades.
Esto crea un entorno de inseguridad jurídica y socava la confianza en la protección de los derechos de propiedad, que son esenciales para el desarrollo económico y social. Además, el MST busca una acción estatal excesiva presionando al gobierno para que lleve a cabo la reforma agraria de manera coercitiva.
Esto contradice los principios de Bastiat, que abogan por un estado limitado y no intervencionista. La búsqueda de cambios en la estructura agraria del país debe hacerse dentro de los límites de la legalidad y el respeto a la propiedad privada, a través del diálogo, las negociaciones pacíficas y los instrumentos legales disponibles.
Otro aspecto para considerar es la ineficiencia de las invasiones de tierras como estrategia para promover la justicia social y la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores rurales. La propiedad de la tierra invadida no es garantía de prosperidad y sostenibilidad económica para las familias involucradas.
Se necesita un entorno propicio para el desarrollo agrícola, incluido el acceso al crédito, la tecnología y la capacitación, factores que pueden lograrse más eficazmente mediante políticas públicas y programas gubernamentales apropiados.
De los principios de Locke y Bastiat, se puede coludir que las invasiones de tierras promovidas por el MST son incompatibles con la defensa de la propiedad privada, la limitación del papel del Estado y la búsqueda de la libertad individual.
El respeto de los derechos de propiedad, el diálogo y el establecimiento de mecanismos legales son las formas más adecuadas para abordar el tema de la reforma agraria y buscar una sociedad más justa.
La promoción del desarrollo rural y el acceso a las oportunidades económicas debe perseguirse a través de políticas que fomenten la iniciativa privada, la libre competencia y el espíritu empresarial, de conformidad con los principios defendidos por Locke y Bastiat.
Leonard Batista
Asociado III del Instituto Líderes del Mañana