FREDDY RIERA – EL CANDIL – AÑO V – N° 243.-
Todo cuanto expondré en este artículo es producto de mi imaginación, lo cual se podría ubicar dentro del género de ficción.
Partiendo del hecho cierto -conocido muchos años después- que el Departamento de Estado de los EEUU habia diseñado una estrategia al termino de la segunda guerra mundial para evitar la penetración del comunismo en occidente, y su política hacia América Latina, fue que me dio por preguantarme el porque se ha permitido durante tanto tiempo el comunismo en Cuba. Ese cabo suelto me inspiro para lanzar la siguiente trama de ficción, como para dar respuesta a la pregunta inicial.
Como es sabido, durante la presidencia de Harry Truman en EEUU, los cuerpos de inteligencia y seguridad de ese país desarrollaron una estrategia política para evitar que la ideología comunista se esparciera por toda américa. La estrategia consistió en promover gobiernos militares con orientación de derecha para contenerlos.
Durante ese período la américa latina se llenó de gobiernos militares. En Venezuela pusieron a Marcos Pérez Jiménez quien los combatió ferozmente.
Esa estrategia no dio los resultados esperados. Los dictadores fueron abandonados por quienes los pusieron ahí, y no pudieron completar la tarea de crear las condiciones para una transición al sistema liberal republicano. El comunismo, que siempre está al asecho, llego a Venezuela de todas formas, a toda américa latina, pero esta vez con un disfraz de democracia. Llegó de la mano de los demócratas. John F. Kennedy visitó a Venezuela para apoyar esa nueva estrategia.
Pareciera que los cuerpos de inteligencia y seguridad de la primera potencia mundial descubrieron, después de sesudos análisis y después de adoptar las recomendaciones de Sun Tzu en su celebre tratado sobre el arte de la guerra, que se debía cambiar la estrategia. En lugar de combatirlos cuerpo a cuerpo, ahora lo mejor sería dejarlos entrar. Es decir, usar la fuerza del oponente para derribarlo. Lógicamente, para esa época, ya los espías americanos sabían que el sistema comunista ruso era un absoluto fracaso.
Descubrieron que, al sembrar la semilla del comunismo, y dejarla germinar y crecer, el efecto a corto y mediano plazo era la destrucción total de las instituciones, de la democracia, la libertad y sobre todo, la destrucción de su aparato creador, y productivo, eliminando así cualquier amenaza proveniente del comunismo. Es obvio. Nada más fijémonos en Cuba, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Colombia, España.
Eso garantiza una hegemonía de EEUU en el hemisferio. Esos países, por si solos, ni siquiera unidos, representan una amenaza militar para ellos.
Eso explica el porque Cuba lleva mas de 60 años con ese sistema. En Venezuela ya vamos por 25 años. ¿No creen ustedes que, si estos países fueran en verdad una amenaza real para su seguridad, no los habrían quitado ya? De hecho, no son una amenaza real. Nada más veamos el caso Guyana. El sistema socialista impide que se desarrollen.
Venezuela es el mejor ejemplo de esa teoría. El modelo socialista impuesto en nuestro país a partir de 1958 desbarató los avances logrados en el país mientras las transnacionales del petróleo y la minería operaron libremente, cumpliendo con las leyes vigentes en su momento. Los avances en urbanismo, educación, salud y vialidad fueron enormes, hasta el punto que a la fecha no ha sido superado.
Para resumir, la ciencia ficción detrás de este escrito radica en que la siembra del socialismo de forma deliberada como política de estado busca la autodestrucción de las capacidades de cada territorio donde se siembra para eliminar amenazas.
Los hechos van dando pistas, y en el camino van quedando cabos sueltos que poco a poco se unen entre sí, dando cuerpo y certeza a una teoría de la conspiración.
La realidad supera a la ficción.
Freddy Riera
Economista venezolano en el exilio. Consultor e instructor en logística de abastecimiento y cadena de suministros. Editor de El Candil-Liberalismo Clásico.
Sin ir muy lejos,es que el mismo primer presidente en democracia que tuvimos despues del 58 era un comunista pero con un nuevo traje de Acción Democrática. Romulo Betancourt fue en su juventud dirigente de un partido comunista. Pues no era un verdadero Democrata, porque los comunistas aunque cambien de traje en su corazon simpre les queda queda algo de esa doctrina.