NERVIS NAVA – EL CANDIL – AÑO IV – N° 199.-
El término “razón” puede tener varios significados, todo va a depender de cómo sea empleado, y siempre será el argumento que una persona alega para probar algo o persuadir a otra de sus argumentos, siendo entonces la causa determinante del proceder de una persona y de un hecho.
Así tenemos que la razón es la facultad del ser humano de pensar y reflexionar para llegar a una conclusión o formar sus propios juicios sobre una determinada cosa o situación.
El razonamiento es una metodología de construir una conclusión mediante un proceso mental basado en la lógica y en la ciencia que puede ser jurídica o que resulte precisa para dar una respuesta a un asunto determinado o concreto.
“La razón se compone de verdades que hay que decir y verdades que hay que callar”
Conde de Rivarol
Dentro de los principios Socráticos – razón de la existencia del filósofo Sócrates– la razón se convierte en un fundamento legítimo a través de lo cual se permite justificar algo, explicándolo.
Del mismo modo René Descartes también se expresó al respecto al decir que “Pienso, luego existo”, significando ello que la razón se basa en la existencia, y la existencia en la razón, ya que “pienso si y sólo si existo”; así que la razón sustentada en principios, reglas o procedimientos son la base fundamental de la filosofía, es la determinación fundamental del pensar racional, y constituye el pensar filosófico como tal.
“La razón o el juicio es la única cosa que nos hace hombres y nos distingue de los animales”
René Descartes
En un mundo donde suceden crisis, la vida cotidiana es frenética y los elementos que la forman son en extremo alarmantes, se presenta una filosofía para empresarios, entrenadores o escritores, como la mejor filosofía, para que a través de ella poder alcanzar una vida plena, basada en el valor de la razón, y no intentar dominar aquello que escapa a nuestro control, y esto se refiere al estoicismo, filosofía que nació a principios del siglo III a.C. por Zenón de Citio, quien ofrecía sus lecciones al público en la ciudad de Atenas.
Se refiere la palabra estoico a la persona que aprende a ser indiferente al placer, la alegría, así como también a la pena o al dolor, siendo definida por la RAE como persona fuerte, ecuánime ante la desgracia, son personas que sufren el dolor y la desgracia sin quejarse y sin mostrar emoción alguna de lo que siente; sin embargo, la doctrina estoica, se rige y guía por la razón, y el hombre aprende a que como no puede controlar su entorno, controla lo que piensa al respecto de lo que sucede.
“La razón no me ha enseñado nada. Todo lo que yo sé me ha sido dado por el corazón”
León Tolstoi
Las características básicas del estoicismo son virtud, tranquilidad y felicidad; y para ello se fijan especialmente en las emociones, a las cuales se refieren como pasiones, y las dividen en buenas, malas e indiferentes. Las buenas hay que potenciarlas, las indiferentes obviarlas y las malas hay que trabajarlas o lidiar con ellas. Así la reflexión que hace el estoicismo al respecto es que a las personas no las perturban las cosas que pasan, sino lo que se piensa y se siente sobre lo que sucede, es por lo que entonces se trata de enfrentar esos conceptos y opiniones, antes de asumirlos y cuestionarlos como si se trataran de hipótesis o hechos certeros; de esta manera se puede rechazar u objetar buscando una perspectiva más productiva y obteniendo una respuesta racional a esas pasiones para convertirlas en emociones saludables; por lo cual el estoicismo viene a ser el valor de la razón para sobrellevar el caos.
En los actuales momentos ha habido un auge en el regreso de la teoría filosófica de los estoicos; y es debido a que las personas están comprendiendo la importancia de cultivar las emociones positivas más allá de la razón, y la filosofía estoica ayuda al ser humano a centrarse en lo que puede controlar para reducir el estrés y sentir que la vida tiene sentido, ya que los antiguos filósofos siempre le dieron un enfoque a la vida a través del desarrollo de los valores de la ética de la virtud.
Los estoicos concluyeron que una buena vida humana es aquella en la que aplicamos la razón, para mejorar la sociedad, y si comenzamos por mejorarnos como personas, estaremos entonces equilibrando la sociedad y por consecuencia cada una mejora la otra, y habiendo dado un paso más en nuestra evolución.
«Algunas cosas están bajo nuestro control y otras no. Las cosas bajo nuestro control son opinión, persecución, deseo, aversión y, en una palabra, lo que sea que sean nuestras propias acciones. Las cosas que no están bajo nuestro control son el cuerpo, la propiedad, la reputación, el mando y, en una palabra, lo que no son nuestras acciones».
Epicteto
Ahora bien, aplicando aquello de que “los extremos son viciosos”, y en beneficio de la libertad humana, se debe buscar un equilibrio entre las actitudes guiadas por la razón o por la emoción; aunque la esencia del estoicismo sea el control sobre las emociones. Así tenemos que una actitud guiada por la razón es aquella cuya mente prioriza para establecer relaciones entre ideas, conceptos y obtener conclusiones y juicios en su capacidad mental, es lo que se conoce como personas “racionales” donde predomina el hemisferio izquierdo del cerebro.
“Si la razón hace al hombre, el sentimiento lo conduce”
Jean Jacques Rousseau
Mientras que otras personas tienen la habilidad de “percibir” conductas o situaciones de forma clara sin la intervención de la razón, predominando el sentimiento, manteniendo un control emocional en su conducta y tomando decisiones, generadas en el hemisferio derecho del cerebro, vienen a ser las personas “emocionales”; o muy sentimentales, y es que debemos estar claros en que las emociones se sienten, no se piensan, por lo que debemos aprender a escuchar nuestras emociones y comprender qué sucede en nuestro mundo interior y así encontrar la calma y el equilibrio para asumir conductas equilibradas.
De acuerdo con los estoicos, se debe dejar de lado la idea de que tenemos un control directo y completo sobre muchas de las cosas que nos preocupan, como lo que otras personas piensan de nosotros, lo que sucedió en el pasado e incluso lo que podría suceder en el futuro; lo único sobre lo que tenemos control directo, de acuerdo con los estoicos, es sobre cómo pensamos sobre las cosas y lo que hacemos voluntariamente.
Los estoicos, junto con muchos otros filósofos antiguos, argumentaban que no había un conflicto trágico entre ser feliz y ser ético; solo habría que desarrollar un buen carácter y ello podría ayudar al ser humano a lograr ambas cosas. Se decía que cuatro virtudes cardinales centrales eran la clave para un buen carácter: sabiduría, coraje, autocontrol y justicia. Los estoicos recomiendan que cultivemos estas virtudes y que prioricemos mantener nuestro buen carácter por encima de todo lo demás. Siempre debes hacer lo correcto en lugar de tomar lo que puede ser la opción más fácil, y aunque los eventos en sí mismos no tiene el poder de angustiarnos, es importante destacar que al no reprimir las emociones negativas se tiene la tendencia a ver y reaccionar ante las situaciones de manera diferente.
Es extensa la literatura que existe sobre la importancia del control que debemos mantener sobre nuestras emociones, lo que la “salud emocional” representa, e infinitas las recomendaciones y sugerencias acerca de cómo aplicarlas para mantenernos emocionalmente estables. Mucho se habla y se escribe al respecto, sin embargo, no es lo mismo que te anuncien y te hablen del asunto a encontrarte de frente una situación difícil, la impresión y las emociones que ello pueda generar.
La vida es un laberinto, y cuando creemos conocer la salida a todos nuestros problemas, aparece repentinamente algún obstáculo que nos obliga a replantearnos nuestros valores, se pierde totalmente el control emocional, se apaga la luz, no encuentras piso, el conocimiento desaparece, y al reaccionar, entramos en razón que se tiene el conocimiento, pero nadie dijo nunca, “cómo” llevarlo a la práctica.
“Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas”
Mario Benedetti
Entrenarse específicamente para cuando se presenten los malos momentos, hay quien opina que tiene un toque de masoquismo, además de mostrar una visión distorsionada de la vida, y si algo ha puesto de manifiesto la historia de la humanidad es que el ser humano, siempre encuentra la manera de superar sus momento difíciles, que para ello no debemos estudiar o entrenar, porque es una realidad que cuando los peores momentos llegan, sin aviso ni prescripción, se encuentra el cómo superarlo sin guiones establecidos y está claro que está relacionado con nuestras emociones, y es porque el miedo siempre nos hace ver las cosas más difíciles de lo que realmente puedan ser, de allí la importancia de mantener un control emocional, a la par de cultivar un espíritu atento ante la vida, sin caer en extremos de razón o emoción.
“El hombre que escucha la razón está perdido. La razón esclaviza a todos los que no son bastante fuertes para dominarla»
George Bernard Shaw
Tomar decisiones desde las emociones olvidando la razón tampoco es garantía de buenos resultados; de tal manera que para tomar decisiones es más sensato buscar el equilibrio entre la razón y la emoción, entre lo racional y lo emocional, he allí la clave para garantizar el éxito al momento de tomar decisiones.
Así tenemos que, la primera decisión inteligente es no dejarse dominar absolutamente por la razón o por las emociones, actuar con sensatez y aunque no es cosa fácil, armonizar la razón con las emociones, y en beneficio de nuestra salud mental y emocional debemos intentarlo.
«El corazón tiene razones que la razón no entiende»
Jacques Benigne Bossuel
La Cuantica nos enseña a tratar con cuidado al ‘razonamiento logico’ porque ‘puede no ser tal’. Estamos en umbral de grandes cambios en el devenir de los procesos del cercano futuro…!