CANTACLARO – MANUEL BARRETO HERNAIZ – EL CANDIL PEDREGALERO – AÑO II – N° 103 .-
Sólo tenemos que apelar a nuestro subconsciente o “bandeja de reciclaje”, donde guardamos todos los pensamientos llamados “recuerdos” sean buenos o malos, a lo largo de nuestra vida
Esos pensamientos que muchas veces, queremos olvidar, borrar todo rastro o huella, que deje evidencia de su existencia….Pero los recuerdos están ahí, anclados en tu alma, ocupando tal vez un recóndito lugar en tu mente, escondidos en tu corazón. Aquellos pasajes, que en más de una ocasión, te sacaron una lágrima… o te regalaron una sonrisa.
Para los científicos los recuerdos son imágenes del pasado que se archivan en la memoria. Esos recuerdos nos sirven para traer al presente algo o a alguien. Así mismo, los recuerdos también se definen como una reproducción de algo anteriormente aprendido o vivido, por lo que están vinculados directamente con la experiencia.
Para un pragmático puro los recuerdos son información que almacenamos en nuestro cerebro, se llaman engremas. Se forman a partir de lo que los órganos de los sentidos reciben, de ahí van a la corteza cerebral y pasan por un filtro en el área del afecto, en donde les damos la connotación de placenteros o displacenteros y los guardamos.
Para el poeta puede ser un torbellino de soledades, un torrente de lágrimas que anegan el alma, pero también pueden ser una chispa de luz en medio de la oscuridad, una sonrisa. Los recuerdos pueden ser hermosos cuando evocamos aquellos momentos dichosos en los que fuimos felices, pero también pueden ser muy dolorosos cuando nos cruzan el alma con imágenes y palabras que fueron hirientes.
Más lo importante es reconozcamos que NO se trata de que todo tiempo pasado fue mejor, sino de que nuestra memoria es tan noble que la mayoría de los RECUERDOS que aflora son gratos y placenteros…de lo contrario, NO podríamos vivir con tal cúmulo de pesar…
Mi cariñoso recuerdo…
Valencia – Estado Carabobo – Venezuela
