SIN SECRETOS – NERVIS NAVA – El Candil Pedregalero – Año II – N° 81 – Sábado, 03 de octubre 2020.-

Tenemos bastante religión para odiarnos unos a otros,  pero no la suficiente  para amarnos.

Jonathan Swift

La “religión” es un conjunto de ideas, que son aceptadas por un conjunto de personas con un mismo fin y objetivo. Estas ideas han ido desarrollándose a lo largo de los siglos, adaptándose a las necesidades del hombre. También se define “religión” como un conjunto de creencias religiosas, de normas de comportamiento y de ceremonias de oración o sacrificio que son propias de un determinado grupo humano y con las que el hombre reconoce una relación con la divinidad, con un Dios o varios dioses.

Son varias las religiones que tienen narrativas, símbolos e historias sagradas que pretenden explicar el sentido de la vida, o explicar el origen de la vida y el universo; y es a partir de sus creencias sobre el cosmos y la naturaleza humana, que las personas pueden derivar una moral, ética o leyes religiosas o un determinado estilo de vida. Es así como vemos que existen muchas religiones, sin embargo se tienen cinco religiones que se consideran las principales, por cuanto agrupan el mayor número de personas dentro de sus organizaciones; siendo las mismas, Judaísmo, Islamismo, Budismo, Cristianismo e Hinduismo, cada una con su historia particular, sus normas y pautas establecidas desde tiempos ancestrales.

Estas cinco grandes religiones tienen como característica principal  y en común, que son monoteístas, o sea, creen y profesan  la existencia de un solo Dios; teniendo cada una un Libro sagrado donde recogen su historia, doctrina y fundamentos; así se tiene que, el Judaísmo tiene el Talmud, el Islamismo el Corán, que forma la base de la cultura musulmana; el Cristianismo, tiene la Biblia dividida en el antiguo y el nuevo testamento; el Hinduismo es una religión que contempla que detrás del universo actual, hay otra existencia que es eterna y sin cambios. Esta es la religión original de la India, y tiene muchas variantes, basada en mitos protagonizados por muchos dioses; sin embargo se considera una religión monoteísta, por cuanto tienen a Brahma como Dios supremo; y el Budismo cuyo principio considera que el hombre debe sobrepasar la ilusión de este mundo, basada en cuatro verdades que permiten acceder a la unión del ser con el fundamento metafísico del mundo; y siendo su principal representante BUDA, cuyo nombre fue Siddhartha Gautama, y fue su fundador.

Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces  suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas.

Miguel de Cervantes

A través de los tiempos el ser humano siempre ha sentido una inquietud por saber y conocer su “origen” y uno de los caminos a través de los caminos que utiliza es la “religión”, sin embargo en ese aspecto las religiones no dan respuesta alguna, y se podría decir que al no comprender las religiones, la religión misma ha fracasado a través del mundo. Primeramente debemos averiguar que entendemos por “religión”, y quizás comprenderemos que si han fracasado las religiones es porque no somos religiosos; ya que el mantener ciertas creencias, adorar imágenes, quemar incienso, realizar ciertos rituales, eso no tiene nada de religioso; si observamos lo que han hecho esas ideas en el mundo, no son más que ideas que han puesto al hombre contra el hombre, creencias de separatividad, sin embargo, en esas creencias el hombre encuentra consuelo; pero todo ello encierra una tendencia a desunir, por eso se agrupan los hindús, musulmanes, cristianos y otros tantos, donde esas ideas engendran oposición, enemistad y antagonismo y es ese el camino que ha llevado al hombre a ser víctima de esas creencias, que son la raíz del fracaso de todas las religiones organizadas a través del mundo y del tiempo.

En mi criterio personal, las religiones todas, aún cuando tienen un mismo principio, como es transmitir Amor y predicar el bien y la unión en la humanidad,  lejos de unir y llevar esos principios a la práctica, han mantenido al mundo sumido en la desunión, en el egoísmo, predicando una cosa y llevando a la práctica otra realidad; por cuanto siempre han tratado de imponer cada una su criterio, sobre las demás.  No es sino, hasta el ejercicio del papado de Juan Pablo II que comenzó un peregrinaje buscando unión con el resto de las religiones, y aún cuando hizo un gran esfuerzo, no pudo alcanzar más que abrazos y estrechar las manos de otros jerarcas representantes de las demás religiones; quedando estampadas sus ideas y principios en sus publicaciones, dentro de las que se encuentran 14 Encíclicas, 11 Constituciones Apostólicas, y la publicación de 5 libros, entre otras, habiendo trabajado en todo ello en el transcurso de  26 años de papado.

La verdadera “religión” es vivencia, y nada tiene que ver con la creencia, es un estado mental donde se descubre la verdad de instante en instante; por ello la “religión” no es creencia, no es ceremonial, no es una idea de diversas ideas ensambladas para formar una ideología; sino que es “vivenciar” lo que ES de instante en instante; es cuando se alcanza a comprender la verdad de nuestro ser, por ello las creencias de esas religiones no son la verdad, no satisfacen y el hombre no encuentra realizarse en ellas. Así vemos como en el transcurrir del tiempo, el hombre ha buscado en otros caminos, en otras escuelas, llenar ese vacío que siente que “algo” le falta; y dentro de esos caminos pasa por muchos, entre ellos quiere encontrar una vía mágica, sin darse cuenta que se debe transitar un camino de evolución y aprendizaje, y que  ese camino puede convertirse en una especie de magia diaria para alcanzar el objetivo de realizarse como ser espiritual. 

“La magia es un puente que te permite ir del mundo visible hacia el invisible. Y aprender  las lecciones de ambos mundos”

A. Richardson

La magia existe y la tenemos a nuestro alcance, aunque sea algo que no podamos ver. Solamente aquellos que tienen el corazón más puro, más limpio y despejado de pensamientos turbios pueden sentirla brotar de las cosas más pequeñas de la Tierra hasta las más grandes.

La magia ayuda a ciertas personas a conectar con el pasado, el presente y también el futuro, siendo más sensibles a determinados momentos en la vida de alguien. Todo el mundo puede conocer la magia que invade el mundo y el poder tan inmenso que tiene en nuestras vidas y en nuestro destino. Y que entendemos por “Magia”?….se puede decir que la “magia” es el arte premeditado de causar cambios, ya que  la magia es la búsqueda que nos lleva al descubrimiento y al perfeccionamiento de nosotros mismos.   Gran número de personas se encaminan en el camino de la magia luego que las religiones ortodoxas lo colman de desilusión; y es así como el hombre busca a través de la magia, esa Unión Divina, aplicando aquello de que: todos los caminos conducen a Roma.

El poder del pensamiento es la magia de la mente.

Anónimo

El objetivo de quien se inclina por el sendero de la “Magia” no debe ser otro que el camino hacia la Divinidad y la Unión con lo Último, ya que la “Magia” es un medio para evidenciar la Divinidad que se encuentra en el interior de los hombres. Hablando metafóricamente, la “Magia” es un medio de volvernos hacia dentro, de asirnos a nosotros mismos para levantarnos hacia el infinito; hacia la Divinidad, para evolucionar de niño a hombre, y de hombre a Dios, esa es la ruta evolutiva; establecer un vínculo entre lo conocido y lo desconocido, entre lo exterior y lo interior; conduciéndonos al camino de la Espiritualidad.

“Comulgar serenamente con la fuerza espiritual es nuestra manera de ser uno con ella”

Wayne Dyer

Llegamos al punto de la “Espiritualidad”, que no es un camino de perfección, sino de conexión; y vemos como los grandes hombres que han visto que la “Espiritualidad” es más fuerte que cualquier fuerza material, superior a los pensamientos que gobiernan el mundo, y que han encontrado que la Paz comienza dentro de nuestros propios pensamientos. Podemos decir que la “Espiritualidad” es un conjunto de principios o actitudes que configuran la vida de una persona o un colectivo;  hacia la disposición principalmente moral o psíquica que se posee para desarrollar las características del Espíritu, y cuya intención es experimentar estados especiales de bienestar con la práctica de sus virtudes, y donde a través de prácticas espirituales, se trata de encontrar soluciones espirituales a los problemas que se presentan, y buscar la comprensión en prácticas espirituales; ya que al conocer y comprender el mundo espiritual, se puede ver con claridad el origen de nuestros problemas, y todo aquello que nos  ha llevado a una separación de ese SER que llamamos “DIOS”.

Para reconocer que existe una fuerza invisible que puede em­plearse para solucionar problemas hay que superar toda una se­rie de condicionamientos que nos han ido inculcando durante toda la vida. ¿Has pensado alguna vez en las limitaciones que experimentamos cuando nos identificamos sólo como un cuer­po físico de existencia material?. Por ejemplo, ¿crees que para hacer frente a nuestros proble­mas sólo podemos remitirnos a nuestras facultades sensoriales o intelectuales? A la mayoría nos han enseñado que es así y que toda la información que hemos adquirido constituye el inventa­rio total de las opciones de que disponemos. Esta actitud condi­cionada no reconoce nuestra conexión divina, que nos ofrece la posibilidad de encontrar una solución espiritual a los problemas.

En este estado de no reconocimiento, creemos que las medi­cinas, las hierbas, la cirugía y los médicos son responsables de to­das las curaciones, o que mejorar el panorama financiero de uno supone exclusivamente que hay que trabajar mucho, estudiar, hacer entrevistas y enviar currículos. En esencia, este no reco­nocimiento nos lleva a creer que sólo conocemos los fenómenos que se pueden explicar a través de las funciones sensoriales, cuando descubrimos que el conocimiento alcanzado por la percepción es de un orden mucho más elevado que el razonamiento intelectual; y donde nuestro deseo de percibir la presencia espiritual forma parte de la dinámica inexplicable que da origen a la vida.  

«Nacemos en un mundo de naturaleza; nuestro segundo naci­miento es en un mundo de espíritu».

Wayne Dyer

Cuando comulgues serenamente con el espíritu, sentirás la presencia de un compañero sagrado. Puedes entregar tus proble­mas a este compañero «de más edad» y pasar a un estado de paz. Está escrito en el Bhagavad Gita, el antiguo libro santo oriental: Este mundo espiritual se presenta a menudo como algo separado o distinto de nuestro mundo físico. Creo que es importante ver lo espiritual como una parte de lo físico y no separar estas dos dimensiones de nuestra realidad. Juntos forman un todo. El espíritu representa lo que no podemos validar con nuestros sentidos. Algo parecido al viento, que podemos sentir pero no tocar.

La “Espiritualidad”  nada tie­ne que ver con lo religioso. La religión supone la presencia de una ortodoxia, unas reglas y unos textos sagrados por los que la gente se guía durante largos períodos de tiempo. En general, la gente nace en una religión y se la educa para que siga las cos­tumbres y prácticas de esa religión sin preguntar. Se trata de costumbres y expectativas exteriores a la persona y no entran la definición de lo espiritual. La espiritualidad viene de nuestro interior y es el resultado del reconocimiento, la per­cepción y la reverencia. La práctica espiritual es una manera de hacer que la  vida funcione a un nivel más elevado y de ser guiado hacia la solución de los problemas de una forma más sublime.

No hay nada malo en la creación de Dios. El misterio y el sufrimiento sólo existen en la mente.

Ramana Maharishi

Naguanagua -Estado Carabobo – Venezuela