Responsabilidad, tolerancia y permisividad

ÁLVARO RAMÍREZ – EL CANDIL – AÑO V – N° 213.-


Escuchaba hoy en un programa la entrevista a dos líderes americanos. El uno respondiendo a acusaciones formales y condena por conducta indebida de tipo sexual con una dama que lo acusó y el otro, tratando una declaración que hizo pública donde afirma estar autorizado para ejercer un rol, que la constitución le niega. Algo así como el famoso: “el estado soy yo”. En los dos casos a pesar de la condena y las pruebas, ninguno de los pretendidos “líderes” acepta la culpa o responsabilidad por su mala actuación y consecuencias.

Simplemente, si logro reunir suficientes seguidores que me exculpen y atemoricen a mis jueces legales, soy inocente.

Recuerdo cuando de niños nos dictaban religión y estudiábamos el episodio de Eva como culpable de haber causado que la humanidad tuviese que trabajar, al caer en la tentación y sucumbir a los intentos de la serpiente malintencionada, convenciéndola de desobedecer. Desde ese mismo momento empezó para la humanidad la lucha por el concepto de CULPA y la forma de lidiar con ella. Adán culpó a la mujer que Dios le había dado por compañera, (en otras palabras, era responsabilidad de Dios, la falta) Eva culpó a la serpiente y esta, a la “injusticia” de no poder probar la deliciosa manzana disponible, e inexplicablemente prohibida. Desde allí en adelante todos los seres humanos nacemos con la carga y el pago de la culpa de la debilidad y desobediencia de Eva y la debilidad de Adán. Al crecer aprendimos de parábolas, de la interpretación de los pasajes, de las escrituras e historia. La descripción a través de ellas, de los pecados o faltas inherentes a los seres humanos como la ira, y de la redención de estas por el perdón y la misericordia con los pecadores. También aprendimos sobre los valores, y algo muy importante, sobre el poder omnímodo de la autoridad, (como la decisión de Pilatos) y de la capacidad del pueblo de cometer errores, (sin culpa) como la adoración a ídolos o el cambio del bandido Barrabás por el inocente Jesús.

Me llama la atención cómo siempre, ayer y hoy, de telón de fondo ha existido, el concepto y manejo asociado a la culpa, la responsabilidad y el juicio convertido en decisión final.

Sin embargo, creo que en nuestros días hay algunos aspectos que a mi entender están llevándonos por caminos dignos de reflexión.

Pareciera que los juicios se están volviendo “democráticos”. El pronunciamiento de una mayoría como en democracia, es suficiente para declarar la culpabilidad o inocencia de cualquiera, frente a cualquier tema. Independientemente de los hechos, investigaciones o pruebas.

Cualquiera tiene el derecho de convertirse en juez “express” para condenar.

Se pretende que la mayoría no se equivoca. A pesar de la historia demostrando lo contrario.

La herramienta mas poderosa de la justicia son los medios de comunicación.

Otra herramienta importante es la capacidad de “utilización” de las masas para atemorizar o como “arma de destrucción”.

No importa el mandato de la ley y ordenamiento jurídico Lo más importante es la opinión pública y su poder de destrucción, no el de construcción.

El uso tendencioso del léxico en ese sistema de comunicaciones formales e informales que son hoy los medios y las redes, es la munición que apoya la utilización de las masas como arma. Palabras como “derecho fundamental”, “poder del pueblo”, “solidaridad”, “tolerancia”, “mandato”, “deuda”, “libertad de expresión”, en las arengas y convocatorias, son parte importante del arsenal de cualquier aspirante a convertirse en vocero de una parte de la sociedad y su líder, o a la hora de responder al solicitarle responsabilidad por resultados.

Si a lo anterior le sumamos el deseo casi siempre presente en nuestros estados latinoamericanos, de pretender , incidir en la capacidad de decisión de los tribunales supremos de justicia de cada país, mediante negociaciones, amenazas o dadivas, o nombramientos claves, tenemos el coctel perfecto para que el trípode de poderes pierda su balance ante decisiones claves para el funcionamiento del país y a nivel de decisiones asociadas al diario discurrir de la sociedad y sus interacciones, que no exista confianza y todo se someta a voluntades políticas y no a investigación, análisis técnico y estudio.

Me llaman la atención especialmente dos palabras que por sus significados pudieran ser representativas de lo descrito:

TOLERANCIA: OXFORD:

1.Actitud de la persona que respeta las opiniones, ideas o actitudes de las demás    personas, aunque no coincidan con las propias.

«Les enseñan a tener un sano espíritu de tolerancia que les haga apreciar y respetar las opiniones ajenas»

2.Capacidad que tiene un organismo para resistir y aceptar el aporte de determinadas sustancias, en especial alimentos o medicamentos.

«tolerancia a la penicilina»

PERMISIVO: OXFORD:  adjetivo.

1.- Que permite o consiente, no ofrece resistencia a lo que se considera perjudicial. «una sociedad permisiva»

¿Cuántas veces hemos sido testigos de la manipulación de estas palabras? ¿Cuántas veces se nos ha criticado como intolerantes, por no ser permisivos? ¿Cuántas veces se ha tratado de cubrir la permisividad con el manto de tolerancia?

En este caso específico no se trata de utilizar la justicia como arma de venganza o retaliación en casos especialmente importantes o notorios para la sociedad. Se trata de que la permisividad conduce ineludiblemente a la repetición y uno de los aspectos más importantes de la justicia, es trabajar para evitar la repetición. La tolerancia y el perdón, como nos han enseñado desde niños, son valores importantes para mantener la armonía y la capacidad de construir. Pero la permisividad que promueva la repetición de hechos perjudiciales o violatorios de los derechos de otros, y no tratar de lograr la no repetición, van en vía totalmente contraria a la sana administración de justicia. Peor aún si las acciones no quedan solo en la permisividad, sino que se manipula la justicia para promover activamente la repetición de hechos delictivos, con el disfraz de la tolerancia, y la suma de la promoción de falsos derechos. Es invitar a “jueces” improvisados detrás del anonimato “democrático” de las redes, a liberarse de las amarras de la responsabilidad por sus acciones y convertirse en armas de destrucción formando parte del aparente grupo de supuestas mayorías que sí se pueden equivocar. Es invitar al hombre a renunciar a su libre albedrio responsable y convertirse en esclavo de decisiones equivocadas, aunque para ello tenga que esconderse.

En este marco, no requiere mucho esfuerzo imaginar las dificultades que nuestras sociedades tienen hoy para la administración justicia. Es difícil el discurso para conquistar los diferentes sectores de la sociedad y su necesitada confianza en los mecanismos para administrarla.

El reto es difícil pero importante adoptarlo, si queremos que no se repitan indefinidamente hechos perjudiciales para la sociedad y cada vez mas graves por sus consecuencias.

Como en la mayoría de los aspectos débiles de nuestro funcionamiento como sociedad, la información, la educación y formación de nuestros descendientes es clave.

En este caso además de los valores cívicos, la enseñanza de la lengua es muy importante. La riqueza del lenguaje debe ser administrada apropiadamente y lograr que nuestra sociedad se comunique realmente y con conceptos claros. Esto contribuye a la eliminación de la manipulación del léxico y la utilización indebida de la potencialidad de nuestros ciudadanos.

Seamos tolerantes. No seamos permisivos y como herramienta utilicemos la enseñanza objetiva y rechacemos el adoctrinamiento y manipulación donde quiera que se presente. Nuestros descendientes nos lo agradecerán.  

La responsabilidad del ser humano por sus acciones tiene que seguir siendo pilar del funcionamiento de cualquier sociedad.

RESPONSABILIDAD: OXFORD: nombre femenino

1.- Cualidad de la persona responsable.

«para cubrir ese puesto buscan a una persona con responsabilidad»

2.- Circunstancia de ser el culpable de una cosa.

«Ha quedado claramente demostrado que se halla exento de responsabilidad en el caso»



Álvaro Ramírez

Ingeniero Industrial con entrenamiento en USA, England, Holland, UCLA, Penn State y Michigan.  Gerente de logística de bienes y servicios operaciones y proyectos en Shell de Venezuela, Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), Petroquímica de Venezuela, S.A. (PEQUIVEN), BARIVEN, y Canadian Oíl Company de Colombia. SEO PROCURAMOS, proyectos, consultoría y asesoramiento internacional.  


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