ÁNGEL ALBERTO BELLORÍN – EL CANDIL – AÑO V – N° 216.-

«AQUÍ DISFRUTANDO LA REVOLCADA QUE EN EL CANAL DE RUPERTI LE ESTÁ DANDO MARÍA CORINA MACHADO A MIGUEL ANTONIO SALAZAR RONDÓN. DEBIÓ HACERLE CASO AL CONSEJO DE NAPOLEÓN BONAPARTE Y HABER SALIDO CORRIENDO»

Ángel Alberto Bellorín 28 de mayo del 2016

Una fecha como hoy del año 2016, recuerdo que era Domingo, luego de estar viendo la entrevista que Miguel Salazar le hacía a María Corina Machado en el Canal (i)… escribí este mensaje que me distanció definitivamente de Miguel Salazar, aquel de unas «Verdades» que poco a poco se fueron ajustando a las circunstancias del autor.

No he sido militante de ningún partido y fui formado en valores dónde callar verdades es peor que mentir ya que te hace cómplice pasivo.

La adulación ha sido para mí una «cualidad » difícil de practicar, es por ello por lo que como el uruguayo Artigas siempre repito que con la verdad no se ofende ni se teme. No importa que genere problemas y rupturas.

Conocía y trataba a Miguel Salazar desde muchos años, varias veces fui entrevistado en su semanario y en él, algunas otras publicaron mis opiniones y escritos.

Fui invitado consecuente a sus reuniones de aniversario del semanario y por allí ruedan muchas fotos. En cambio, nunca he conocido personalmente a la Sra. Machado, aunque comencé a opinar sobre ella desde que irrumpió como Diputada.

Ahora bien, no debe haber discusión que la objetividad debe ser una rutina para el que trata de pensar en forma verdaderamente acertada y eso me ocurrió mientras observaba el desigual debate que se originó en esa entrevista.

Podía evidenciarse por un lado a un irreconocible periodista, ahora timorato y guabinoso avasallado ante una entrevistada contundente en argumentos.

Eso fue así desde el inicio hasta un final vergonzoso de sonrisas forzadas y por ello hice mi comentario que no gustó a Salazar quien, entre otra cosa, me preguntó que canal estaba viendo.

Pude nuevamente apreciar en esa entrevista, esa claridad de ideas honestas que escuché por vez primera de la Sra. Machado en enero del 2011. En aquel momento, me pareció una seriedad argumental inusual en la politiquería a que estamos acostumbrado los venezolanos.

Me refiero en la oportunidad que le dijo a Chávez, a Venezuela y al mundo, desde su curul de diputado, que «Expropiar es Robar».

En ese momento y a mi parecer, sólo le faltó el tecnicismo jurídico de aclarar que expropiar sin juicio previo, sin pago justo y oportuno, anterior al desalojo del propietario del inmueble expropiado, sería una abusiva e inconstitucional confiscación por parte del gobierno.

Era decir lo mismo en otros términos y posiblemente un entrecortado Chávez, tomado de sorpresa en ese momento, no se hubiera arrechado tanto y Diosdado no la hubiera votado de la Asamblea en el 2014. Aunque las cosas pasan por algo.

A un ladrón con poder efectivo real, no le gusta que le digan ladrón en su cara; por tal razón, para este año 2023 recomiendo que a los responsables de este tipo de «robo» que surge de la violencia del Estado, se les califique con el neologismo jurídico de «Extinguidores de dominio», que significa lo mismo, pero ahora tiene fuerza de ley y suena menos vulgar.

Hoy, siete años después del hecho que narro, observo a la Sra. Machado con mayor contundencia en sus planteamientos, aunque menos impulsiva. Eso sí, transmite sus ideas sin confundir prudencia con cobardía, pero sin dejar dudas de su potencial.

Parece de esas personas que tiene en sintonía lo que piensa, lo que dice y lo que hace, y eso se llama coherencia, una cualidad también en extinción que siempre trato de poner en práctica y que admiro en los demás.

Caracas 28 de mayo del 2023.

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