Eugénio Montoro

La Dialéctica era en la antigüedad “la técnica de la conversación”. En general se planteaba un argumento y a eso se llamaba la tesis. Para analizarla se usaba algo que lo contrariara y eso se llamaba la antítesis y luego entre las dos, después de mucha saliva, se llegaba eventualmente a una síntesis.

Esta pelea de los opuestos inspiró a algunos pensadores modernos a explicar otras cosas. El más conocido fue Karl Marx que sacó del sombrero al materialismo dialéctico que le servía para explicar asuntos sociales y en especial la lucha de clases entre los dueños de las fábricas y sus trabajadores. Marx llegó a concluir que toda la historia de la humanidad era el producto del enfrentamiento y lucha inevitable entre los contrarios.

Una de las llamadas leyes de la dialéctica es la del cambio en la cualidad de una cosa mediante la cantidad que se emplee de alguna variable de influencia. Por ejemplo, el agua puede pasar de la “cualidad” de sólida a la líquida y después a vapor con solo aumentar la “cantidad” de calor. Esta verdad física gustó a muchos pensadores y la trasladaron, sin anestesia, para usarla en asuntos sociales.

Por ejemplo, las mujeres de ser consideradas como objetos en el pasado y absolutamente dominadas por los hombres, pasaron a ser sus iguales cambiando así su cualidad de objeto y llegar a tener la cualidad de individuo racional. La inmensa cantidad de preguntas sobre porqué existían las diferencias y la insistencia de miles de mujeres reclamando la igualdad fueron los elementos cuantitativos que llevaron al cambio de cualidad.

Igual cosa les pasará a los gobiernos centralistas que hasta ahora hemos tenido presumiendo ser los amos y señores de la Nación, sin percatarse de la enorme cantidad de iniciativas que ebullen pidiendo autonomía para las regiones y llegar a convertirnos en un País Federal como bien lo predica la Constitución. Esa abrumadora cantidad cambiará pronto la cualidad centralista y la convertirá en la nueva cualidad descentralizada.

La técnica de que con cantidad se cambia la cualidad la quisieron aplicar estos malvivientes rojos en nuestro País.  Así aumentaron la cantidad de emisoras de radio, controlaron o cerraron las de tv, dominaron los medios impresos hasta llegar a tener una hegemonía comunicacional. Todos los días y a toda hora, se repetían las virtudes del socialismo del siglo XXI y lo malo del capitalismo, se fomentaba la lucha de clases, imaginando que los buenos y privilegiados eran los rojos y los malos los otros. Durante veinte años no ha cesado de utilizarse una enorme cantidad de información para tratar de lograr un cambio en la sociedad.

De igual manera empresas, fincas, organizaciones fueron eliminadas o expropiadas con el fin de reducir la cantidad de enemigos. También se introducirían cambios en mucha cantidad a nivel educativo para ir creando un hombre nuevo lleno de virtudes y feliz viviendo en una comuna.

Todo iba bien, pero los que estaban en el lado preferente, sintiéndose protegidos, empezaron a hacer negocitos que fueron creciendo a medida que crecía la impunidad. El acceso privilegiado a los dólares baratos fue como el premio a los leales rojos. Las compras con comisiones, el otorgamiento de contratos con pagos de agradecimiento y miles de fechorías similares se propagaron a la velocidad del rayo. Al mismo tiempo, el colocar a leales en altos cargos, sin importar su talento y competencia empezó a llevar a todas las empresas e instituciones a un deterioro sin precedentes. Poco a poco, hasta el delito pasó a un primer plano. El contrabando de entrada y de extracción y el narcotráfico aparecieron en escena igual que aparecen los gusanos en un cuerpo que se pudre.

Así el proyecto dialéctico que buscaba un cambio de cualidad usando la influencia en enormes cantidades se desbarató por el deseo de los rojos de enriquecerse sin mucho esfuerzo. Esto llenó el espacio social con el delito y las consecuencias no se hicieron esperar. El País se deterioró en una forma espantosa. En todas las encuestas mundiales Venezuela está en los peores puestos.

Los venezolanos fueron refractarios a la manipulación mediática pues el período democrático y de libertades conquistó al pueblo y ese sigue siendo su norte, pero si a eso se le añaden los malos resultados y el robo descarado, es fácil concluir que el intento dialectico de los rojos se les fue por la poceta de la historia

«Solo nos queda seguir presionado y con la ayuda internacional terminar este mal sueño. No hay duda que lo vamos a lograr y muy pronto»

EM

montoroe@yahoo.es

Maracaibo-Estado Zulia-Venezuela

27 de julio de 2019